Bradford Richardson: “Llegar a Cuba me decidió a llevar la fotografía a otro nivel”


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El mundo del empresariado centró, durante 25 años, la vida profesional de Bradford Richardson. Según confiesa, siempre le interesó el arte fotográfico, pero no fue hasta que visitó Cuba en la pasada edición de la Bienal de La Habana cuando tomó la decisión de dedicarse a él a tiempo completo.

Hoy exhibe su muestra personal Oasis y Espejismo en el espacio cultural Fucina des Artistas, creado por el artista de la plástica Leonardo Salgado con el objetivo de propiciar y promover proyectos artísticos dentro y fuera de Cuba.

Dos años atrás, Richardson realizó una expo en Beijing y para 2016 tiene otra programada en Dubai. Oasis y Espejismo constituye su segunda exhibición personal, aunque la considera en alto valor por ser la primera luego de haber renunciado a su trabajo anterior y representar el inicio de su vida profesional como fotógrafo.

“Llegar a Cuba fue como un desafío, una apertura en mi mente que me decidió a llevar la fotografía a otro nivel, por eso esta expo es una celebración de una nueva etapa en mi vida. Lo que me interesa ahora es aprender, exhibir mi obra y continuar dedicándome a tiempo completo a la fotografía”.

Imágenes de lugares que en un momento fugaz estuvieron llenos de vida y hoy yacen abandonados, en espacios tan distintos y separados como la India y Estados Unidos, conforman las series fotográficas PushkarMele y Ferals no More, que se exhiben, hasta el próximo 23 de junio, en Fucina, sito en calle 23 esq. 12, El Vedado.

“El oasis es un lugar que está en medio de la nada, donde la persona se detiene a descansar, y el espejismo no existe; entonces se trata de encontrar sitios que pueden resultar muy placenteros dentro de un contexto negativo y darles un sentido de inexistencia, la idea del espejismo”, explica Richardson.

¿Por qué apostar por el blanco y negro en ambas series fotográficas?

La India es un país grande y muy complejo. Sus colores son hermosos, pero a veces pueden distraerte de lo que verdaderamente está pasando en el país. Y si quieres hablar de cosas reales, tienes que quitar la superficie y el color e ir más adentro, captando los detalles.

También hacer fotos en blanco y negro te da la posibilidad de borrar las referencias temporales y convertir la imagen en atemporal. Además, el espejismo está a lo lejos, no es real, es como un sueño y hay una frase que afirma que no se sueña en colores.

Las fotos de la India son muy grandes, porque se trata de un país inmenso y pintoresco; de ahí que me interese más la escala. En el caso de las de Estados Unidos, reflejan sitios no muy difundidos y tengo el propósito de que las personas entren y se acerquen más a las fotos para descubrir cosas del país que, por lo general, no se exhiben.

¿Cómo se produjo la conjugación de los espacios con la idea central de oasis y espejismo?

Las fotos de la India fueron tomadas en una región desierta del norte llamada Rajastán, donde todos los años tiene lugar el festival más grande de camellos del mundo. Durante ese mes, el desierto se convierte en un mercado y también en un evento religioso.

Muchas personas de diferentes lugares van juntas allá buscando éxito, encontrar a viejos amigos, experiencias religiosas, y eso es también el concepto del oasis y el espejismo, porque marchan con ideas que al final no se concretan y al mes siguiente ya no hay nada.

Pensé que era interesante mostrar este lugar, porque es muy efímero y a la vez fantástico por todas las cosas que pasan. Las fotografías permiten traer detalles, pestañazos, no pueden captar la dimensión de todo, sino porciones de esa realidad.

En el caso de los Estados Unidos, estas fotos son de lugares que están a solo una hora y media de California, Los Ángeles, Hollywood, una de las zonas del país más glamorosas, visibles y famosas; pero la realidad es que muchas personas no logran sus sueños ni el éxito.

Se llama Salton Sea, un lago de agua salada en el sur de California. Lo interesante de este lago es que en la parte norte hay una comunidad muy rica y próspera, a donde mucha gente de Los Ángeles va a pasar las vacaciones. En los años 50 quisieron desarrollar el sur para que prosperara, pero no resultó y ahora hay gasolineras vacías, casas destruidas… Me interesó mucho la visualidad y división que hay entre rico y pobre, sobre quién gana y quién pierde. Allí ya no hay casi nada, vive mucha gente pobre, personas en trailers o casas móviles, existen muy pocos recursos. El lago es como un mar muerto, muy pestilente, y las personas van ahí solamente para morirse.

Lo interesante de estas fotos es que Estados Unidos se ha construido sobre el petróleo, el gas y los yacimientos fósiles, y es como si se estuviera perdiendo o destruyendo el propio país y su esencia, porque se trata de gasolineras vacías y destruidas. Antes los carros caminaban 10 o 15 kilómetros por litro de combustible, ahora un carro puede transitar 40 o 50 kilómetros, entonces muchas gasolineras están quebrando, pues al ser el sistema más productivo y eficiente, necesita menos de esos servicios. También cuando viajas por el oeste de Estados Unidos, donde las distancias son muy largas, desiertas, calurosas y secas, las personas buscan las gasolineras como un oasis y se topan mucho con esta realidad, se acercan al lugar y está vacío, como un espejismo.

¿En qué otros proyectos fotográficos se encuentra trabajando?

Tengo una serie de desnudos y ahora estoy pensando en trabajar otra sobre personas mayores de alrededor de 70 y 80 años, de diferentes estratos sociales: ¿qué hacen a esa edad?, ¿A dónde van? Las personas se dirigen a California cuando son jóvenes para prosperar y quiero hacer esta serie en Florida, porque es allí donde van a retirarse y a morir. Hay personas de distintos niveles y condiciones, pero de la misma edad, y me interesa mostrar cómo es la vida en Estados Unidos, y el desarrollo y fin de la gente.

En Israel trabajaré otra serie acerca de lo que queda después de la guerra, como el eco y las consecuencias de lo que sucedió. Hubo una guerra entre Israel y Jordania y cada tres kilómetros ellos tienen una garita de cuartel de soldados en toda la frontera; pero ahora no hay guerra y estas garitas siguen ahí. Las construcciones quedan, al igual que las huellas de lo que sucedió en las mentes de las personas, son como reminiscencias. A esta serie pienso nombrarla Postas abandonadas.


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