“Nunca pensé que iba a ser una actriz profesional, pero empecé a canalizar mis inquietudes artísticas en un grupo de teatro de aficionados al cual el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) llegó buscando un rostro nuevo para una película. Me hicieron una prueba y aunque no tenia estudios en actuación, sí tenía don natural.”
Así describe, brevemente, sus inicios en el arte la gran actriz Daisy Granados (Cienfuegos, 9 de diciembre de 1942), calificada como “el rostro del cine cubano”, por su participación en más de 20 producciones del séptimo arte, entre las que son memorables sus actuaciones en Memorias del subdesarrollo (1968) —uno de los 100 mejores filmes de la historia del cine mundial—, de Tomás Gutiérrez Alea; Retrato de Teresa (1979, de Pastor Vega; Cecilia (1981, dirigida por Humberto Solás; y Las profecías de Amanda (1999), también de Pastor Vega.
En el año 1964, la hoy también reconocida actriz del teatro y la televisión trabajaba como dependiente en la tienda capitalina Fin de Siglo, en tanto despuntaba como una de las figuras principales en un grupo de teatro de aficionados, desempeño que por azares de la vida fue disfrutado por el entonces joven realizador José Massip, quien sin pensarlo mucho le propuso nada más y nada menos que un papel protagónico en su largometraje de ficción La decisión, estrenado ese mismo año por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, donde compartió espacio junto a consagradas figuras, como Mario Limonta, Miguel Benavides, Alfredo Perojo y Julito Martínez. Esta producción, de 86 minutos de duración, obtuvo el Premio a la dirección de actores en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary, Checoslovaquia.
Daysi recuerda que en la realización de ese filme se desempeñaba como director asistente un apuesto joven que llevaba por nombre Pastor Vega. Entre ambos prontamente se estableció una química amorosa que culminó con la unión formal del casamiento. Ella tenía entonces 19 años de edad y él 24. “Me llegó todo de golpe: la posibilidad de empezar a desarrollar algo que siempre me había gustado, la actuación, y la historia de amor con Pastor”.
Su compañero en la vida, también uno de los más reconocidos cineastas y director de teatro en Cuba, admiraba las dotes de su esposa como actriz y le aconsejó que estudiara en la Escuela Nacional de Arte Dramático, y así lo hizo hasta que se graduó en una especialidad a la que ha hecho honores durante toda su posterior trayectoria artística.
Su amor por Pastor perduró durante 42 años, hasta el fallecimiento de este en el año 2005. Esa relación igualmente fue muy fuerte en el set de cine, porque, según ella, “me conocía muchísimo mejor que cualquier otro director y trataba de sacar lo mejor de mí”.
De tal unión surgió la que fue el primer gran éxito cinematográfico de los dos: Retrato de Teresa, que la lanzó a la fama internacional luego de que este filme obtuviera cerca de una veintena de importantes premios, como el de Mejor actuación femenina en el XI Festival Internacional Cinematográfico de Moscú, URSS (1979); de largometraje, en el Primer Concurso de la Sección de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac, 1979); el Catalina de Oro a la Mejor actriz en el XX Festival Internacional de Cine, Cartagena, Colombia (1980), categoría que igualmente alcanzó en el Concurso de actuación de la Sección de Artes Escénicas de la Uneac, organización que también le confirió otros lauros similares.
Retrato de Teresa, con la extraordinaria actuación de la Granado, fue seleccionado por la crítica entre los filmes más significativos del año 1979; y se alzó asimismo con el Premio del Comité de Mujeres Soviéticas, en el XI Festival Internacional de Cine. Moscú (antigua URSS); y obtuvo Mención especial del Jurado en el IX Festival Internacional de Cine de Huelva, España; aparte de una Mención especial a Daysi por su actuación en la Semana Internacional de Cine Iberoamericano; relación de reconocimientos nacionales y extranjeros a las que se unen el Segundo Premio (otorgado por el público) en la Semana Internacional de Cine de Autor de Benalmadena, también en España; la adjudicación de Filme notable del año en el Festival de Londres, Inglaterra (1980) y el Premio a la mejor actuación femenina (otorgado por el público) en el Festival del Joven Cine, en Hyeres, Francia (1980).
Tales laureles avalan la calidad artística de este largometraje de ficción, producido por el ICAIC, cuya repercusión en las diferentes esferas sociales sobrepasó todos los pronósticos, al influir notablemente en la histórica polémica de la emancipación de la mujer. Allí la excelsa actriz compartió su protagonismo con otros reconocidos actores, como Adolfo Llauradó, Alina Sánchez, Raúl Pomares, Eloísa Álvarez, Asenneh Rodríguez y Parmenia Silva; además de los hijos de Daysi y Pastor: Aarón, Herón e Hirán.
La última producción donde la pareja trabajó fue en Diatriba de amor con un hombre sentado (monólogo), único texto teatral que se conoce de Gabriel García Márquez, aunque varias de sus obras literarias han sido llevadas a las tablas. Con esta puesta en escena del año 2003, Pastor volvió a sus orígenes teatrales con el fin de estrenarla en el 31 Festival Internacional Cervantino, en Guanajuato, México, donde fue todo un éxito que se repitió durante sus presentaciones en la Isla.
Luego de emprender unidos otros proyectos cinematográficos, en el año 1999, acometen el último, Las profecías de Amanda, el cual Pastor dirigió junto a su hijo Arón, con Daysi en el papel protagónico; en un elenco artístico que incluyó además de sus otros retoños, Herón e Hiram, a una sobrina nieta de la actriz: Doren, quien encarnó a Amanda. En esta multi-premiada realización trabajaron además otras grandes figuras del séptimo arte en Cuba, como Consuelo Vidal, Adolfo Llauradó, Luis Alberto García, Isabel Santos, Broselianda Hernández, Aurora Basnuevo, José Antonio Rodríguez, Natalia Herera y Maritza Rosales.
Según ha expresado la Granado, su esposo dedicó largos años de trabajo en diferentes tareas de dirección, que “le restaron tiempo para conformar una obra aún mayor. Un precio que a veces hay que pagar y que él no dudó en hacerlo”.
Ella asegura que aún no ha podido adaptarse a una vida sin Pastor, quien se “ocupaba de tantas cosas, entre las que hacía mucho énfasis en que me cuidara físicamente para mis futuros trabajos… Lo extraño mucho todos los días de mi vida, desde que me levanto hasta que me acuesto.” De este binomio surgieron, además, las películas De la guerra americana (1969); Habanera (1984); Amor en campo minado (1987); Vidas paralelas (1992) y Solamente una vez (2002).
No por gusto a Daysi se le conoce como “el rostro del cine cubano”, calificativo que no comparte mucho pues reconoce que existen otras destacadas actrices que igualmente han descollado en el cine nacional; pero lo cierto es que su protagonismo ha estado presente en relevantes producciones consideradas clave dentro del desarrollo de nuestra cinematografía.
Otra de sus sonadas actuaciones se produjo en la polémica cinta de Humberto Solás, Cecilia (1982), la cual su director “pensaba hacer desde que yo estaba muy joven, pero me llegó cuando yo tenía 38 años; en tanto considera su trabajo más divertido en Plaf- Demasiado Miedo a la Vida (1988), de Juan Carlos Tabío. “No podíamos aguantar la risa que nos ocasionaba toda la película en sí”, dijo la actriz sobre esta producción del Icaic que contó igualmente con la actuación de Luis Alberto García, Raúl Pomares, Thais Valdés y Alicia Bustamante; y ocupó el lugar 19 en la encuesta realizada por la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica sobre los filmes más significativos del cine cubano realizados entre 1959 y 2008 y alcanzó, además, numerosos lauros, entre estos el Tercer Premio Coral, Premio FIPRESCI y Premio al mejor guión inédito en el X Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (1988); el Premio Caracol a la mejor dirección de largometraje y al mejor guión en el Festival Nacional de Cine, Radio y TV de la Uneac (1989); el Premio a la mejor actuación femenina en el Festival Internacional de Cinema, Troia, Portugal (1989); el Premio al mejor filme en el II Festival de Cine del Caribe, Fort de France, Martinica (1990); y el Premio a la mejor actuación femenina en el Festival Internacional de Cine de Asunción, Paraguay (1990).
Igualmente exitosas han sido las actuaciones de esta actriz en obras de teatro dramático y comedias musicales. Además de su espectacular actuación en el monólogo Diatriba de amor…, también brilló en otras puestas en escena para el teatro, como en La noche de los asesinos y Juegos de odio, esta última en coproducción con Costa Rica, dirigidas por Pastor Vega (México); y Meteoro, dirigida por Diego de la Tejera, en coproducción con Brasil.
Tras un largo tiempo alejada de la pequeña pantalla, regresó a este medio con su excelente papel (actuación especial) de Mercedes, en la telenovela El Rostro de los Días, donde demostró una vez más la recia formación de una de las más grandes actrices de Iberoamérica que este 9 de diciembre celebra sus 79 años de vida.
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