La pasión y la entrega al teatro han marcado la vida de Carlos Díaz Alfonso. Tal vez nunca imaginó que el arte escénico lo atraparía tanto y sería parte indispensable de su vida. Fue quizás, el ambiente cultural de su natal Bejucal, lo que le encendió la chispa por el arte y la cultura y lo motivó a emprender un largo camino por el arte de las tablas que inició con el montaje de obras de reconocidos y de autores nacionales en Teatro Ensayo, y posteriormente como asesor de Teatro Irrumpe y el Ballet Teatro de La Habana, hasta convertirlo con el paso de los años en uno de los más reconocidos y prolíferos directores de la escena cubana.
Graduado de la especialidad de Teatrología en la antigua Facultas de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte, hoy Universidad de las Artes, se nutrió de herramientas y técnicas heredadas de grandes maestros del teatro cubano, para comenzar un largo y escabroso camino por arte teatral en la búsqueda de nuevos derroteros.
Su formación multidisciplinaria en el ISA, donde se rompen las fronteras entre las diversas expresiones artísticas, lo llevó a hacer un teatro con un sello distinguible, en el que están presentes la mezcla de discursos y lenguajes contemporáneos en una dimensión multidisciplinaria.
Sus montajes, con una estética singular, son el resultado de la búsqueda en nuestras esencias, con el apoyo no solo de actores, sino también de otros componentes esenciales en sus creaciones como dramaturgos, diseñadores, músicos, coreógrafos, bailarines y artistas de la plática.
Con la fundación de Teatro El Público en 1992 bajo su dirección, Carlos Díaz abre un nuevo camino para la creación escénica, manteniendo su estética y modos concebir la puesta en escena. Así nacen aquellas primeras obras de la compañía como Las Criadas, de Jean Genet; La niñita querida, de Virgilio Piñera; El público, de Federico García Lorca y muchas otras que poco a poco marcaron la línea de trabajo del colectivo.
Actores de primer nivel se unieron a aquellas iniciativas de la entonces joven agrupación y así el público comenzó a colmar las salas ante propuestas de la compañía como Fresa y chocolate, de Senel Paz; Las Brujas de Salem, de Arthur Miller, y otras que a partir del año 2000 lograron el éxito de las cien funciones ininterrumpidas como La Celestina, de Fernando de Rojas; La loca de Chaillot, de Jean Giraudoux; La Puta Respetuosa, de Jean Paul Sartré; Las amargas lágrimas de Petra von Kant, de Reiner W. Fasssbinder y Noche de reyes, de William Shakespeare.
Osado y controvertido para unos, espectacular y desmesurado para otros, el trabajo que este director ha formulado en cada una de sus producciones ha mantenido, a lo largo de décadas, un espacio privilegiado para la confrontación de lenguajes y opciones artísticas.
Siempre en busca de una mejor comunicación con el público, de perfeccionamiento con el equilibrio que persigue la belleza, el instinto teatral de Díaz, su pasión por romper los convencionalismos, la meticulosa preparación del escenario y la utilización de las técnicas siempre subordinadas al impulso de la creación, hacen de él uno de nuestros directores contemporáneos más virtuosos y talentosos Carlos Díaz ha logrado con Teatro El Público, una casa, una escuela, un laboratorio de experimentación para la búsqueda de las esencias del teatro.
Ha sido maestro de generaciones de actores, guía de montajes de graduación de nuevos jóvenes que se forman en la Escuela Nacional de Teatro. Su labor va más allá de la dirección de actores para ofrecer la docencia y apoyar la formación de nuevos rostros en el panorama teatral de la Isla.
Él es más que un maestro, es el padre de esa gran familia en la que confluyen diversas generaciones, llamada Teatro El Público. Merecedor de innumerables reconocimientos y distinciones que son testigo de su entrega y constancia en el teatro cubano, obtuvo en 2015 el Premio Nacional de Teatro. A sus 65 años de edad, Carlos Díaz, sigue fiel a ese arte que le abrió las puertas y lo cautivó, creando y apostando cada día por hacer un teatro más auténtico y cercano a nuestras realidades.
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