A Carlos Sarduy la trompeta le acompaña desde que abrió los ojos al mundo. El padre puso bien pronto en los labios de este artista la boquilla de ese instrumento y, al hacerlo, le dio alas para iniciar un camino que le ha permitido brillar en grandes escenarios del mundo.
Nacido en el capitalino municipio de Guanabacoa y graduado del Sistema Nacional de Enseñanza Artística en Cuba, Sarduy toca la trompeta desde los 4 años de edad y es elogiado con frecuencia por su musicalidad, sonido y versatilidad.
Radicado en España desde hace más de una década, llegó al jazz de la mano de su padre. "Él fue mi guía. Era trompetista y le gustaban los jazzistas norteamericanos. De pequeño me compraba muchos discos de vinilo de las grandes bandas del 30 y el 40 del siglo pasado. Cuando entré a la escuela de música me relacioné con otros muchachos con intereses similares a los míos", expresó poco después de concluir los ensayos de lo que será esta noche un concierto que promete y que tendrá lugar en la sala Covarrubias del Teatro Nacional, como parte del programa del Festival Jazz Plaza.
"Será un concierto ameno en el que estaré junto a grandes amigos como Rolando Luna, Gastón Joya, Oliver Valdes...Seremos muchos y haremos música de mi autoría", adelantó el también percusionista y compositor.
En la Covarrubias, dijo, "tocaré temas de mi disco anterior y del proyecto en el que estoy trabajando que se llama Carlos Sarduy y The Groove Messeguer. Será mi próximo fonograma , el cual saldrá bajo el sello discográfico Juan World Record e incluirá música jazz fusionada", dijo Carlos Sarduy.
"He tenido la oportunidad de tocar con muchos artistas del mundo: africanos, españoles. Me interesa la música de raíces y la incorporo a lo que hago. Será una mezcla de culturas con la participación de muy buenos artistas.
Mi música tiene mucho que ver con las tradiciones caribeñas y la música afrocubana. También con el jazz moderno actual, pero parte de las raíces y de la fusión. A mi me gusta que suene cercana, que el público la disfrute. El jazz también se puede bailar. Nació en las calles.
Yo quisiera estar haciendo música toda la vida. Mi meta es no parar de crear. Quiero hacer sentir bien a las personas con lo que hago y llegar a todos los lugares posibles porque la música es mágica y sanadora. Me gustaría , además, dar clases, pero en un futuro lejano porque ahora lo que más deseo es tocar, viajar e investigar mucho", concluyó.
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