En el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos se realizó la entrega oficial del certificado de inclusión de la colección Carteles Cubanos de Cine, que custodia la Cinemateca de Cuba, en el Registro Nacional del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO.
El lobby del ICAIC resultó el contexto natural para esta ceremonia en la que participaron la doctora Nuria Gregori, presidenta del Comité Nacional del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO, Roberto Smith de Castro, presidente del ICAIC, Luciano Castillo, director de la Cinemateca de Cuba, trabajadores y directivos de estas instituciones, así como representantes de la oficina de la UNESCO en La Habana y de la Comisión Nacional Cubana de esa organización.
La doctora Gregori al hacer uso de la palabra confesó su regocijo al entregar esta condición a los “carteles de cine del ICAIC que tanta alegría nos han dado a todos los cubanos” y manifestó su deseo y vaticinio de que estos sean inscritos en el registro mundial al igual que, recordó, en el año 2009 lo fue la Colección de los Negativos originales del Noticiero ICAIC Latinoamericano.
A continuación hizo entrega del mencionado certificado a Roberto Smith y a Luciano Castillo, a los que se sumaron otros especialistas de la Cinemateca y los diseñadores presentes, entre ellos Rafael Morante, Premio Nacional de Diseño y Premio de la Asociación Cubana de Publicitarios y Propagandistas por la Obra de la Vida 2001, autor del cartel inaugural de la Cinemateca de Cuba, el inolvidable rostro de Chaplin sobre blanco.
El reconocimiento a estos carteles se confiere—según documento que lo argumenta—atendiendo a “que son la expresión gráfica que ha acompañado a la cinematografía cubana en todo su devenir. Desde la primera pieza conservada en la Cinemateca de Cuba, La manigua o la mujer cubana, de 1915, realizada para el filme de Enrique Díaz Quesada, hasta los últimos carteles producidos, conforman una colección de alto valor patrimonial”.
El texto resalta más adelante la impronta visual marcada por estos carteles que constituyeron una excepción en el panorama de las artes visuales cubanas y subraya que habían sido concebidos como soportes para la promoción pero que sin embargo muchos devinieron obras artísticas en tanto ser propuestas novedosas de gran belleza, impacto visual y eficacia comunicativa.
Luciano Castillo tuvo a su cargo las palabras de agradecimiento por esta distinción; significó entonces que estos carteles “verdadero prodigio manufacturado en silkscreen en un modesto taller”, proponían el disfrute de los filmes a la vez que convertían en metáforas visuales sus rasgos esenciales.
Evocó entonces al prestigioso intelectual cubano Alejo Carpentier quien tempranamente advirtió desde las páginas de la revista Cine Cubano: “Los artistas cubanos del cartel, del afiche, libres de la idea fija de la incitación comercial, tratan de llevar un arte a la calle, allí donde todos lo vean”.
Castillo mencionó entonces reverente a Eduardo Muñoz Bach, quien concibiera el primero de los carteles para la antológica cinta Historias de la Revolución, de Tomás Gutiérrez Alea, y a otros importantes diseñadores que consolidaron esta colección y le aseguraron un innegable esplendor como Morante, Reboiro, Azcuy, Rostgaard, Ñico, entre otros, y señaló que la cifra total de creadores cubanos de carteles del ICAIC “es imposible de precisar”.
Al final agradeció en nombre de la Cinemateca y del ICAIC la inscripción en el Registro Nacional del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO de esta colección “capaz de dejar boquiabierto a los espectadores contemporáneos”.
De Cuba, además de la colección del Noticiero ICAIC, están inscritos en el Registro de la Memoria del Mundo de la UNESCO: el Fondo José Martí Pérez (2005) y la Colección Documental “Vida y obra de Ernesto Che Guevara: desde los manuscritos originales de la adolescencia y la juventud, hasta el Diario de Campaña en Bolivia.” (2013).
El Registro de la Memoria del Mundo es una lista del patrimonio documental que ha sido aprobado por el Comité Consultivo Internacional y ratificado por el Director General de la UNESCO como elemento que cumple los criterios de selección del patrimonio documental considerado de importancia mundial.
Este reconocimiento es sobre todo una reafirmación de la permanencia en la memoria de ya varias generaciones de cubanos de los tan entrañables “afiches del ICAIC”, los que se encuentran aún en casas y sitios de trabajo en la Isla, y que también han viajado, como regalo o como recuerdo, del buen hacer de estas originales piezas de las artes visuales nacionales.
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