La compañía Argos Teatro celebra sus 25 años de fundación. Las dos décadas y media de intenso y continuo bregar por las tablas cubanas han sido testigo de valía y compromiso con la escena cubana de la agrupación, que fundara el dramaturgo y director escénico Carlos Celdrán en 1996.
Desde su nacimiento ha defendido una estética diferente que los distingue en el panorama teatral cubano. Se caracterizan por tener una forma particular de contextualizar obra de renombrados autores internacionales y cubanos, aportándole características singulares en cada una de las puestas en escenas. Sus obras, además, han hurgado en temáticas vitales de la nacionalidad cubana, revisitan la historia, las esencias del país, el reflejo social desde la óptica teatral.
Carlos Celdrán se nutrió de la sabia de importantes maestros del arte escénico durante su etapa de estudiante de Dramaturgia en el Instituto Superior de Arte. De su maestra Flora Lauten, supo apropiarse de herramientas para emprender el camino con el proyecto llamado Argos Teatro que bien ha sabido asumir la escena como parte su vida. Un grupo de actores y actrices de alta profesionalidad y dominio de una técnica consolidada y depurada han formado parte en estos 25 años de la agrupación, junto a diseñadores, escenógrafos y asistentes. Todos han defendido la estética del colectivo en escenarios internacionales como Venezuela, República Dominicana, Colombia, Alemania, España, Brasil, y México. A este último país al que llegó con una de sus más recientes producciones, "Hierro", para participar en la edición 49 del Festival Cervantino tuvo a Cuba como nación invitada de honor este año.
El amplio repertorio de la agrupación contempla un número valioso de obras como La Tríada o La Pequeña Orestíada, basado en La Orestíada de Esquilo y Las Moscas de Jean Paul Sartre; Baal y El Alma Buena de Se-Chuan, ambos de Bertolt Brecht; La Vida es Sueño, de Calderón de la Barca; La Señorita Julia, de August Strindberg; Roberto Zucco, de Bernard-Marie Koltès; Vida y Muerte de Pier Paolo Pasolini, de Michel Azama, Stockman; Un Enemigo del Pueblo, de Henrik Ibsen; Chamaco, de Abel González Melo; Fango, de María Irene Fornés; Abalon, One Nite in Bangkok, de Fritz Kater; Final de Partida (2009), de Samuel Beckett; Reino Dividido (2010) de Amado del Pino y Talco (2010) de Abel González Melo; todas llevadas a escena y dirigidas por Carlos Celdrán, Premio Nacional de Teatro 2016.
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