Uno de los entrevistados en el documental dedicado a Celia Sánchez Manduley, quien compartiera con ella muchos de los avatares de la última etapa de la lucha por la libración de Cuba, visiblemente conmovido, concluyó afirmando que Celia era la madre de la Revolución.
El centro cultural Palacio de los Torcedores, una vez más abrió sus puertas a los homenajes de la Central de Trabajadores de Cuba, en esta ocasión para rendir tributo de admiración y reconocimiento a la mujer cubana, con motivo del 8 de Marzo.
En ese empeño, eligió la presentación del documental Celia, la más hermosa flor, producido por la casa productora de documentales Mundo Latino, entidad que tiene como su objetivo permanente, dejar para la posteridad momentos esenciales del acontecer histórico cubano a través de momentos, acontecimientos y personalidades.
Una vez más el acierto a que nos tiene acostumbrados el Palacio de Torcedores, entidad nacional al tiempo que comunitaria centrohabanera, nos regaló, con motivo de la fecha del 8 de marzo, más que una actividad de felicitación a la usanza, la presentación de un documental que nos enriqueció a todas las presentes, reviviendo en nuestros corazones el amor profundo por nuestra patria, la admiración inagotable por el rol que en la sociedad ocupamos las mujeres y nuestro papel decisivo en la defensa y engrandecimiento de una sociedad que mujeres como Celia, quien, desde su proverbial humildad, se entregó con todas sus fuerzas a trabajar sin descanso por aquello en lo que creía, sin desmayar en el empeño hasta el momento de su misma muerte.
En dicho testimonio aprendimos también que las personalidades históricas no son diferentes. Apreciamos la inquieta niñez de Celia, ejecutora de maldades que nos asombran, juegos divertidos y atrayentes muchas veces creados por ella y sus hermanas, la manera de asumir los estudios, la disciplina, el respeto por sus mayores, la firmeza que desde muy joven empleaba para defender aquello que consideraba justo sin el empleo de formas irrespetuosas, su excepcional amor por las flores y la naturaleza, su vida íntima de adolescencia y juventud y hasta su aprendizaje consciente de las artes manuales, la pintura y el corte y costura. Por ello supimos que, desde que aprendió esas artes hasta el último día de su vida, por ejemplo, todas las ropas que usaba, tan originales y hermosas, se las confeccionaba ella totalmente, en las cuales impregnaba también su personalidad y su gusto.
Entre las diversas representaciones que integraron el público asistente, se destacó la presencia de un grupo de mujeres de la Policía Nacional Revolucionaria perteneciente a la unidad de Zanja, una de las cuales solicitó la palabra de inmediato para agradecer que se les hubiese invitado, y pedir que en lo adelante siempre se les invitara a las actividades del lugar, así como una copia del documental para que pudiera ser visto por todas las mujeres y el personal de la unidad, insistiendo, como muchas otras asistentes, miembros de los bloques de la FMC del territorio, en la necesidad de que materiales como ese se difundan por los medios, ante todo, por el poco conocimiento que tienen sobre nuestra historia las generaciones que no vivieron aquellos años y que apenas tienen información, coincidiendo en que, materiales como ese, no solo sirven para el aprendizaje, sino también para la comprensión de la realidad y para hacernos mejores personas, además de despertar la admiración por el acontecer que se narra a través de un trabajo hecho con tanto atractivo, capaz de movilizar tantas emociones internas sin faltar o edulcorar la historia como parte de la realidad de todo ser humano.
No menos importante fue la presencia de niñas y niños de la Escuela Primaria municipal República Plurinacional de Bolivia. Todos los presentes destacaron el extraordinario interés con el cual siguieron la totalidad del documental, sin moverse apenas, y alguna que otra lágrima que aparecía en las caritas de aquellos infantes que se pusieron de pie y aplaudieron con fuerza al final de la presentación, mientras una de sus maestras, no menos emocionada, agradeció la invitación y la posibilidad que tuvo ese grupo de interiorizar una etapa de nuestra historia, que estudian en este momento, y que les es muy difícil interiorizar o comprender sin recursos como este.
Inspiradas por lo visto, varias de las mujeres presentes destacaron el valor del documental, alguna hasta dijo una poesía, le agradecieron mucho al subdirector de Mundo Latino, Ernesto Almaguer, y al productor del documental, Waldo Pérez, presentes en la proyección, por esa joya histórica, humana y revolucionaria que nos enriquece a todos.
No faltó el reconocimiento a Raimundo Estrada, director del Centro Cultural por la cotidiana realización de tan valiosas actividades y el aplauso caluroso para Alejandro Ferrás Pellicer, legendario Asaltante al Moncada, quien como jubilado residente en la comunidad, participa con entusiasmo en la valiosa vida cultural del Palacio.
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