Por todos es sabido que la programación de una institución cultural es la columna vertebral de la misma. De su solidez, calidad y los nombres de los artistas dependerá la asistencia de público y afianzará el prestigio del centro en cuestión. Se ha comprobado que dependiendo de la propuesta que la institución ofrece, así será la asistencia de público aunque en estos temas, las opiniones, son diversas. Lo que sí es cierto, que cuando hay obras de calidad, buenos nombres y buena promoción, la exposición tiene una alta demanda y el público acude, en algunos casos varias veces.
En la actualidad, dentro del arte contemporáneo, abundan las propuestas de obras en video, como video instalaciones, proyecciones y algunos creadores lindan con el documental. Estas piezas son presentadas en centros de arte e instituciones de las artes visuales, con las comodidades requeridas para que el público, disfrute de la obra en su totalidad. Es por ello que tal vez una muestra de este tipo, requiera la visita en varias ocasiones y de igual forma mucho tiempo se pasa el espectador viendo el material a disposición del público. Por cierto, recientemente fue inaugurada en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, el espacio Caja Negra, espacio dentro de la misma institución para la promoción y debate del video cubano, comenzando con una muy buena propuesta, la del artista Lázaro Saavedra.
En el caso de los centros de nivel nacional como el Centro Wifredo Lam, la Fototeca de Cuba y el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, así como otros que no pertenecen al Consejo Nacional de las Artes Plásticas, tienen una característica especial. Por tratarse de importantes centros a nivel nacional, tienen programaciones especiales, acogen eventos y asumen a los creadores consagrados con una obra y un nivel ya establecidos. Cada institución cultural, en este caso de las artes visuales, debe cumplir con un programa de exposiciones y actividades variadas.
El Centro Lam por su parte tiene la misión de realizar la Bienal de La Habana, y promover lo más representativo del arte internacional, además del estudio de la vida y obra de Wifredo Lam. Nuestra Bienal funcionó bajo el eje curatorial Entre la idea y la experiencia, y pretendió potenciar la relación del artista y el arte con el público, abrirse a temas interdisciplinarios y ofrecer un panorama variado de la creación a nivel internacional hoy día. Fue entonces un momento especial para compartir con artistas, curadores, especialistas, directivos de museos y centros de arte y ponernos al día en lo que a las artes visuales internacionales, se refiere. Una rápida mirada a la última edición de la Bienal de La Habana, mayo- junio 2015, nos mostró que fue una bienal diferente. Pretendía así, incidir en diversos procesos como la ciencia, la botánica, la tecnología, la relación profunda con las diversas manifestaciones del arte como la música, las artes escénicas y la danza, y mantendría de igual forma su vocación de relación arte-público y el vínculo con el espectador, algo que, como sabemos, prácticamente desde sus inicios, la Bienal potenció.
El evento ha mantenido su esencia fundacional, al invitar de forma continua a artistas latinoamericanos, caribeños, africanos y asiáticos, aunque se ha ido abriendo en los últimos años, a creaciones y artistas cuyas propuestas son atractivas y novedosas, de otras regiones del mundo, que además por supuesto dialoguen con el tema en cuestión.
Como estructura, esta Bienal, mantuvo en síntesis, lo que hemos venido haciendo hace años: un grupo de invitados individuales, en esta ocasión 116, que si desglosamos, y contamos los dúos y grupos artísticos, sumamos 154, y algunos proyectos colectivos, 8 en este caso, con 205 artistas aproximadamente, que se presentaron en diversos sitios de la ciudad, donde tuvieron la oportunidad de estar presentes los grupos poblacionales, cercanos al lugar donde ocurría la propuesta. El total de creadores, aproximado fue de 359. Algunos de estos proyectos constituyeron, una especie de mini bienal, pues encerraban en sí mismos, talleres, conferencias y participación de públicos. Esto igual ocurrió, en el caso de los invitados individuales. Continuando con la estadística, podemos comentar que de esos 116 invitados, 93 fueron de nuestras regiones y áreas de atención de la Bienal.
La doce edición de la Bienal de La Habana, se vio por toda la ciudad en espacios y lugares no tradicionales para exhibir arte. Esta fue una característica de este encuentro. Sitios como el edificio La Metropolitana, en O´Reilly y Aguacate, con la obra de Lang and Baumann, el lobby del edificio sede del Instituto Cubano del Libro, en Obispo y Aguiar, la Biblioteca pública Rubén Martínez Villena, en la Plaza de Armas con la obra de Shilpa Gupta y Eduardo Basualdo a dúo con Sofia Bothlingk, en sus propias salas de lectura, el Polideportivo de San Isidro con la pieza de Steeve Bauras, la Termoeléctrica Tallapiedra, ya en desuso, son algunos ejemplos de ello.
Durante el año que concluyó, además de la bienal como plato fuerte, se realizaron 4 exhibiciones de gran importancia, contando con la muestra Quisiera ser Wifredo Lam,……pero no se va a poder, del artista cubano Flavio Garciandía, con la cual comenzamos el año, ya que se había inaugurado el 20 de noviembre de 2014. Mayo fue un mes de gran importancia para la institución por la ya comentada Bienal. Seguidamente, inauguramos en octubre Diálogos Imaginarios, una excelente muestra que duró poco tiempo en exhibición, lamentablemente; con dos grandes artistas Wifredo Lam y André Masson. Cerramos el año el día 28 de noviembre, con la muestra Follia Continua!, una excelente exhibición con 16 artistas internacionales, casi todos presentes en algunas de las ediciones de nuestras bienales de La Habana; que se mantuvo en los espacios del Centro, hasta el 30 de enero de este año.
Como datos interesantes podemos aportar, que hemos tenido en este año 2015, que ya concluyó, 239 días de exhibición, para un total de 16 802 visitantes, cifra muy superior a la del año pasado en la totalidad del año. El tema asistencia de púbico en la Bienal, es muy difícil de determinar, pues hubo muchas obras en espacios públicos esparcidos por toda La Habana. Miles de espectadores pudieron disfrutar de ellas, por lo que en el caso de la Bienal la asistencia podría acerarse a la cifra de 20 000 espectadores. El tema de la asistencia de público es algo en lo que las instituciones tienen que trabajar mucho. Nuestras institución es privilegiada en este tema pues acuden muchas personas a nuestras salas. En la muestra de Follia Continua! por ejemplo, hubo una asistencia promedio a las salas de 90 espectadores.
Hubo días del año pasado que fuimos visitados por 190 personas, buena cifra para un día de exhibición, mostrándose los de mayor acogida los días iniciales de la semana como martes y miércoles y los sábados. Hemos realizado de igual forma encuestas para conocer la opinión del público y su relación con la institución y la Bienal, trabajo que ya en breve se retomará.
Podemos concluir que la institución ha ganado en una programación más sólida y coherente, cuyos resultados se aprecian en la cantidad de visitantes y los días de exhibición. Otro detalle importante es que de las 4 muestras de este año, todas tuvieron al menos una postal informativa o catálogo, una promoción coherente y sistemática, se realizaron conferencias de prensa en casi todas y el gran evento de las artes visuales en nuestro país fue realizado con mucho éxito y presencia del público. De igual forma se realizaron acciones de animación en la institución, como encuentros con artistas y presentación de la revista Arte Cubano y catálogos de artistas.
Para 2016 se nos presenta un buen año, con 12 proyectos expositivos, entre ellos algunos de artistas cubanos como Lázaro Saavedra, nuestro Premio Nacional de Artes Plásticas 2014, Luis Gárciga y Ruslan Torres y una gran exhibición de 50 artistas cubanos con el tema de la arquitectura dentro de las artes visuales cubanas. En el plano internacional, exhibiciones de artistas de Colombia, Chile y el importante artista griego, radicado en Francia, Jannis Kounellis, que cerrará nuestro año 2016. Ya desde ahora también, comenzaremos a perfilar la 13 edición de la Bienal de La Habana, evento que sin prisa, pero sin pausa, debemos comenzar a diseñar desde ahora.
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