Este no fue un viernes cualquiera. Aunque todo lo que circunda la capitalina calle 23 funcionó como de costumbre, una oleada literaria salpicó no pocos rincones de la arteria, a la que también llegaron otras manifestaciones artísticas para cerrar a fuerza de belleza la presente temporada veraniega.
Instituciones culturales y centros que radican a lo largo y ancho de la citada avenida, desde 12 hasta Malecón, abrieron sus puertas para acoger algún punto de venta (en total 35) con ofertas de varias editoriales o alguna casa editora en específico. Así las sedes nacionales de la FEU y de la UPEC, los ministerios de Salud Pública y del Comercio Exterior, la Casa de combatientes y la cafetería La Pelota, por solo citar algunos, fueron espacios para la comercialización de libros u otras actividades relacionadas con ellos.
Sin embargo, otros sitios más informales y no por ello menos concurridos, como portales de cines, de bodegas o áreas de algún parque a la sombra de los árboles, acogieron a la literatura, tal como sucedió en el parque del Quijote, donde leyó, junto a otros de su grupo, la poeta comunitaria Gladys Argudín, de 64 años, quien espera pronto ver en letra impresa su primer libro por la editorial Extramuros. «Para mí esta experiencia es única. Me llena de satisfacción recibir estos aplausos al leer mis emociones llevadas a un poema», expresó a Granma.
Para presenciar otro suceso literario basta con dar unos pasos. La editorial Unión presentó en el portal del cine Riviera los textos Sin pudor, de Lourdes de Armas, un cuaderno de cuentos sobre el amor y el desamor y los conflictos que estos sentimientos acarrean; Regreso a Utopía, de Daniel Díaz Mantilla, una novela donde un hombre interactúa con su devenir y con su entorno y Habana Año Cero, de Karla Suárez, novela homenaje a Antonio Meucci, inventor del teléfono.
Como en muchas otras áreas, en el parque Mariana Grajales también hubo presentaciones. Textos de la Colección 21 y de Ámbar, de Gente Nueva fueron presentados por los escritores Elaine Vilar y Erick Flores. «Venimos a mostrarle al público lector lo último que traen estas colecciones, la primera, con temas problemáticos y la segunda de ciencia ficción y policíacos para jóvenes. Me parece importante que a los niños y jóvenes no se les veten áreas de la realidad, a las que ellos se enfrentan cada día, y hacerlo desde la literatura, que es una puerta hacia otros mundos, los prepara para la vida.», dijo a nuestro diario Vilar.
Los referentes anteriores son solo algunas de las escenas que dejó ver la jornada a la que se sumaron bandas de música, agrupaciones jazzísticas y guitarras de trovadores, tal como sucedió en todas las provincias del país. Moncada «asaltó» la calle G y dejó en la noche su habitual ritmo de cubanísima alegría.
(Tomado de Granma Digital)
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