Este 28 de mayo arribaremos al centenario del pintor Servando Cabrera Moreno. Como parte de las actividades que se estarán realizando en su honor; el Museo Nacional de Bellas Artes realizó la conferencia titulada «Crónica de un turbulento viaje por la pintura».

La ponencia estuvo a cargo del curador de arte, con más de cuatro décadas de experiencia en el campo de la curaduría, Roberto Cobas Amate en la Sala de audiovisuales del Edificio de Arte Cubano.

Para la inauguración la curadora Teresa Toranzo Castillo fue la encargada de las palabras de bienvenida y de dar a conocer las actividades que se estarán efectuando en el marco de la festividad.

Entre el público asistente estuvo la presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba, Sonia Virgen Pérez Mojena; la directora del Museo Biblioteca Servando Cabrera Moreno, Lourdes Álvarez Betancourt; el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Jorge Fernández y Nivaldo Carbonell, presidente de la Fundación de los Carbonell; quien atesora la mayor colección privada del artista.

Al terminar el evento, Roberto Cobas nos dio una entrevista.

¿Cómo surge Servando Cabrera Moreno: Crónica de un turbulento viaje por la pintura?

La idea fue parte de las iniciativas por el centenario de su natalicio, fundamentalmente la realización más adelante de una exposición en el Museo de Bellas Artes; aunque ya fue efectuada otra expo en Panamá. Estaremos presentando el catálogo de la galería y un libro sobre la colección de los Carbonell.

En la ponencia realicé un recorrido por la obra de Servando Cabrera, haciendo énfasis fundamental en su periodo erótico y la importancia de su obra en los años cincuenta y sesenta.

Inicié con el hecho de haber participado en la exhibición de su obra en el año 1983. Cuando colaboré con un curador de gran experiencia, Ramón Vázquez. En aquel entonces, yo solamente llevaba trabajando apenas un año en el Museo. Esta expo abarcó gran parte de su obra.

Traté de abarcar los aspectos fundamentales de su pintura; aunque dejé algunas zonas que son epidérmicas. La serie «Las Habaneras» es una serie decorativa que no es significativa, como sí lo es la obra erótica, que desarrolla hasta sus últimas consecuencias.