Un acercamiento peculiar a la producción visual y al proceso creativo de Manuel López Oliva (Manzanillo, 1947) fue el que propició este miércoles en el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) la presentación de un catálogo bilingüe con la obra pictórica y performática de quien también ha destacado notablemente en la pedagogía y el ejercicio del criterio.
Al presentar el volumen publicado por Ediciones Collage del Fondo Cubano de Bienes Culturales, Jorge Fernández Torres, director del MNBA, dijo que en él se aprecia, además, la mano del editor que es López Oliva, en cuanto a la selección de las obras y los textos reunidos en el libro.
En un breve recorrido por las críticas que acompañan a las reproducciones, mencionó la que con la firma de Nelson Herrera Ysla destaca la dimensión ética dentro de la obra de este artista; en tanto, a la estadounidense Donna Gold, la citó cuando esta afirma que López Oliva no amenaza nuestro sentido de lo clásico.
La presencia del barroco y el neobarroco en el quehacer del manzanillero, su transdisciplinariedad, el modo en que trabaja los arquetipos y el reiterado uso de las máscaras, señalados por teóricos como la Dra. Lilliam Guerra, Jorge Bermúdez o Virginia Alberdi, también fueron repasados por Fernández Torres.
Momento singular de la presentación fue la entrevista que le realizara al artista Laura Arañón, curadora del MNBA, la cual lo instó a hablar acerca de cuál esfera de su variado quehacer le satisface más, cuánto le ha aportado la labor docente y en qué sentido se mueven sus intereses artísticos actualmente.
A las interrogantes, López Oliva respondió que no encuentra contradicciones entre la pintura, el performance y la crítica de arte, aunque las dos primeras son expresiones que nacen de lo más profundo de su ser; mientras que la tercera siempre la asumió como una necesidad en momentos en que el ejercicio del criterio era muy pobre en Cuba.
De la docencia dijo que, a su entender, la enseñanza artística es una de las labores más importantes que se acometen en el país y que, en su caso, le ha facilitado un enriquecedor intercambio con las generaciones más jóvenes.
Sobre sus actuales proyecciones artísticas confesó que están regidas por el interés de no repetirse, de ahí la trascendencia que para él tiene el performance, al permitirle unir rápidamente distintas dimensiones de su ser: al teatrista, al pensador, al hombre de cine y al artista de la visualidad.
“El performance y otras formas que puedan surgir me permiten encontrar salidas a crisis que inevitablemente aparecen. Creo que el que no tiene etapa de crisis en su vida es porque no se desarrolla”, expresó el artista que también tuvo palabras de elogio para el equipo encargado de la confección del catálogo impreso por Selvi Artes Gráficas con diseño de Patricio Herrera Vega, edición de Martha Ivis Sánchez y coordinación de Deney Terry.
Deje un comentario