Yo no sé cómo será en otros países, pero en Cuba la comunicación de boca a boca funciona con una eficacia tremenda. En la tarde de ayer domingo, compartí un programa de radio con David Blanco como invitado, reconocido compositor e intérprete, quien junto con el saludo habitual, me dijo que Mick Jagger estaba en Cuba. La euforia fue tremenda al conocer de esa noticia, pero esta fue mayor cuando siete horas después el propio David me manda un mensaje para decirme que Mick iría por la Fábrica de Arte Cubano (FAC). Sin pensarlo una vez siquiera, arranqué de inmediato para dicha instalación cultural y fui testigo de un verdadero hechizo.
Acompañado por familiares, amigos y de un eficaz escolta que no permitía tirar fotos con nuestros celulares, Jagger recorrió junto al relevante músico Equis Alfonso los diferentes espacios de la FAC que él dirige. Y mientras esto pasaba, no podía dejar de asombrarme de estar caminando a menos de un metro de una verdadera leyenda de la música contemporánea. Circunspecto como todo británico, pero gentil con quienes lo acompañábamos, costaba trabajo creer que este hombre con más de 70 años, sea el núcleo principal de los conciertos de los Rolling Stones, con una energía increíble en la escena, asombrosa si nos limitáramos al concepto tradicional de cómo se debe de comportar un músico de semejante edad. Pero a la vez se amontonaban en nuestra sensibilidad recuerdos tan diversos como cuando lo vimos como invitado de Los Beatles en la grabación de la pieza All you need is love; cuando con los Stones ofreciera un concierto gratuito en el Hyde Park, de Londres, en homenaje a su desaparecido colega Brian Jones o en el memorable concierto llamado Rock and Roll Circus donde Jagger comparte con su amigo John Lennon junto a otras celebridades del rock de los años 60, como Jethro Tull y los Who ¿Cuánto más se pudiera contar acerca de la historia de la banda más longeva del rock anglosajón? ¿De cuántas canciones que son verdaderos clásicos del género, pudiéramos hablar ahora mismo?
Casi, casi estaríamos rozando algo así como el borde de lo infinito, pero de lo que sí estamos plenamente seguros es que si en algún momento se concretara la posibilidad de hacer un concierto de los Rolling Stones en Cuba, este sería un suceso cultural de grandes proporciones para nuestro pueblo, pero a la vez los Stones y en especial Jagger, tendrían el tremendo privilegio de hacer el concierto de sus vidas, un concierto sin comparación a otros de los tantos que han ofrecido en su larga trayectoria porque se llevarán consigo las profundas emociones de la experiencia cubana. Que no nos quepa la menor duda, así será.
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