Desde el pasado 24 de septiembre, la ciudad holguinera de los parques es plaza tomada para la danza.
Talleres para fortalecer el desempeño y la creación dancística, clases y conferencias magistrales, integran el amplio programa de actividades de la segunda edición del Concurso de Danza del Atlántico Norte y Grand Prix Vladimir Malakhov, con sede en esa urbe nororiental, y que tiene como plato fuerte la presentación de las obras inscritas en el certamen desde la sala principal del teatro Comandante Eddy Suñol.
Conversatorios, debates y sesiones teórico prácticas en torno a temas concernientes a la manifestación, a cargo de especialistas y maestros en la materia como Ernesto Alejo, Noel Bonilla, Guillermo Horta y Luvyen Mederos, han contribuido asimismo a enriquecer los diversos espacios colaterales que ocupan los horarios matutino y vespertino de los días de competición.
“Recibir las enseñanzas de una figura como Malakhov, es sencillamente una experiencia única –asegura Liannet Rodríguez, joven concursante guantanamera-. Solo por eso, y además por poder compartir con otros grandes maestros de danza, es un privilegio participar aquí, más allá del interés en competir”.
A lo largo de las jornadas en que ha sesionado el evento, actualmente considerado el más importante como estímulo a la creación de danza contemporánea en el país, agrupaciones cubanas con gran prestigio en ese ámbito han expuesto lo mejor y en la mayoría de los casos, lo más reciente de su quehacer, ante el jurado que preside Vladimir Malakhov e integran el empresario internacional Paul Seaquist y la Premio Nacional de Danza Silvina Fabars.
Danza Espiral, de Matanzas; Danza del Alma, de Santa Clara; el Ballet Contemporáneo Endedans, de Camagüey; Codanza, de Holguín; Danza Libre y Danza Fragmentada, de Guantánamo, han demostrado la calidad de sus intérpretes y puestas en escena junto a colectivos noveles como Médula e ISA Danza.
“Es innegable que el evento ha crecido en todo sentido, -asegura Yoel González, director de Médula y ganador del Premio de Coreografía en el capítulo anterior- no sólo por el aumento en el número de participantes y piezas en competencia, sino también por la creciente calidad de las propuestas y las otras ofertas teóricas y prácticas que integran la programación. Definitivamente –continúa- el concurso Malakhov se está convirtiendo en un marco indispensable para la promoción y el disfrute de lo mejor de la danza que se hace en Cuba en la actualidad”
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