Cosas que son detalles


cosas-que-son-detalles

El arte —todo— está lleno de marcas. La experiencia personal lo inunda y nuestras huellas terminan por reconfigurarlo. Es en este proceso que se instrumenta lo ontológico y autorreferencial como portadores de un contenido único y auténtico, que termina por diferenciar a la obra y al artista de todo lo demás.

Las fuentes más lejanas y los referentes siguen siendo necesarios para comprender el estado actual del arte y, también, para poder construir la historia que nos antecede. Es algo lógico: sin pasado no hay presente y, sin este: ¿cómo sabremos continuar? Un verdadero artista no se cuestione este argumento.

      

Otro fenómeno que puede ser o no discutido es el talante original y creativo de cada hacedor. La propia Historia del Arte nos enseña el ritmo cíclico, negador y reivindicador de los procesos de creación. Así, cada uno de los momentos particulares de esta historia, ya sea en sus movimientos o en sus etapas de giro, se ha negado y se ha reproducido, se ha pirateado o se ha imitado. Han tratado de ser originales y, sin embargo, han quedado atrapados en los límites propios del arte. No es un fenómeno nuevo.

No estamos en épocas de genios, lo cual no indica que no se pueda medir la genialidad. ¿Hasta dónde se puede saber lo efectivo o no de una obra que no recurre a los patrones «tradicionales» del arte? ¿Cuáles son, entonces, los nuevos referentes que nos ayudan a descifrar los niveles o grados de la genialidad de un artista?

    

¿Qué es lo auténtico? ¿Sigue siendo válido como fundamento de la producción en tiempos de la copia, la apropiación, la interpretación o la postproducción? ¿No hay autenticidad en una copia desde cánones particularmente subjetivos? ¿Murió nuevamente el arte?

Sin crisis no hay desarrollo ni tampoco arte. La expresión artística más comprometida y menos romántica pasa siempre por el filtro de lo crítico-contestatario. ¿No es lo interpretativo apropiativo recurrente en el trasfondo crítico-contestatario del arte? No hay nada nuevo en esto.

Desde que se tiene memoria, el arte se ha retomado y se ha negado, se ha citado y se ha contradicho, se ha vuelto original y, a la vez, copia. Para Dan Cohen hay autenticidad siempre que se es creativo y, en esto radica el concepto de la autoría contemporánea.

      

No nos encontramos frente a un discurso diferente ni novedoso salvo que, por esta vez, el cuestionamiento es sincero, aunque un poco ingenuo. Si revisamos la bibliografía y la cuidada lista de antecedentes del artista-diplomante, podremos advertir que el tema ha sido explorado y resuelto en más de una ocasión.

La relación texto-imagen es tan vieja como lo es el arte, el diseño o la ciencia en sí. Es una situación que apuntaron los semiotas hace más de cien años y que aún genera libros y reúne a miles en conferencias y congresos. ¿Qué dirían de esto Peirce, Saussure, Lotman, Barthes, Lacán, Kristeva o Eco? ¿Estamos frente a una nueva Diference? No. Solamente frente a un estudiante inquieto, que ha «descubierto» en su justo momento los resortes más primarios de un proceso complejo, que lo conducirán —si se deja y quiere— a nuevos cuestionamientos; a entender por qué el arte es imperecedero y universal.

   

El chisme, el rejuego tras la ironía y la parodia, la cita y la minimalización de una idea hasta el simple hecho de una palabra o un sonido… ¿no son armas de los pasados postmodernos? Siento que hoy ha regresado un fantasma que creía desterrado de estos predios. Y no porque sea errada la mención lo advierto, pero, a los tutores: ¡cuidado! No somos nada si no nos actualizamos y si no buscamos en el día a día nuestro crecimiento teórico. No basta lo formal, que hace mal en no señalar el defendido, sino que lo especulativo ha de fraguarse con base para que, sobre este, descanse lo visual.

Cosas que son detalles, del joven artista Alberto Campos, que se presenta por estos días en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, es una propuesta fresca, con aires reflexivos pero cuestionables, que no deja de ser atractiva como ejercicio pero que dista mucho de ser el resultado que ella misma propone. Tampoco es una propuesta cerrada, y en esto apoyo al diplomante, en tanto el tema es cotidiano y costumbrista, de lo cual está plagado el arte internacional. Sé que para Alberto esto no será una traba y que continuará encausando sus naves en el intento por explorar otros procesos más intensos y cuestionadores con los cuales, tal vez sí pueda brindarnos «una visión más modular de los procesos que conforman aquello que llamamos arte».

 


0 comentarios

Deje un comentario



v5.1 ©2019
Desarrollado por Cubarte