La creación colectiva da vida a Stretch Timemonochromes, un proyecto liderado por la coreógrafa belga Isabella Soupart, el diseñador textil Jean-Paul Lespagnard y el director musical Guy Vandromme, quienes convierten al Museo de Bellas Artes en el escenario ideal donde convergen el sonido, la danza, el performance, el arte textil y la arquitectura, en una entrega que ha despertado disímiles expectativas.

El desarrollo de esta iniciativa novedosa es documentado minuciosamente para la producción de un audiovisual que muestra la participación de los artistas belgas y cubanos, que intervienen, más allá del espacio físico de la Bienal de La Habana.

Jóvenes bailarines, pertenecientes al grupo artístico-docente de la Compañía Acosta Danza, tienen el privilegio de participar activamente en la producción y ejecución del performance, cuyos ensayos ya se encuentran en marcha.

Foto Juan Carlos Borjas

Un performance con bailarines muy jóvenes

Para hablar de esta experiencia, conversamos con Aymara Vasallo Peraza, subdirectora de la Academia Acosta Danza, que nos comenta que el proyecto propone utilizar el entorno del museo, rodeado de arte, con espacios amplios, para acercarnos a un performance con bailarines muy jóvenes, en este caso, estudiantes de segundo y tercer año.

Según Vasallo, primera solista del Ballet Nacional de Cuba, se interactúa con el sonido, el vestuario, el canto, con movimientos que no solo son de la danza o del ballet, sino que incluyen un poco el breakdance, se sale un poco de lo que todo el mundo está acostumbrado a ver, existe una interacción total del cuerpo, con el espacio que lo rodea.

Para nosotros es muy nuevo, son estudiantes formados con los perfiles de la Academia,ballet, danzas folklóricas cubanas,técnicas de la danza moderna cubana, más otras asignaturas que también tributan a una sólida formación.

Se trata, dijo, de una experiencia muy rica que les ha permitido salir del salón de clases, quizás de una sala de teatro, para venir a bailar en este espacio en el que se nutren de cultura, de arte, en el que aprenden, siempre los insto a que lean, busquen, indaguen y saquen sus conclusiones, para todos ha sido muy enriquecedor.

La idea de la Compañía Acosta Danza desde su fundación fue siempre trabajar obras contemporáneas, defiendo la esencia cubana, es una compañía que ha marcado pautas, ha logrado un modo de hacer diferente, para alcanzar esa fusión artistica, con un registro coreográfico que abarca varios géneros, agregó.

En tal sentido subrayó que fue así, como surgió la idea de crear un grupo artístico-docente, porque se necesitó preparar desde la etapa escolar una cantera de bailarines que serían los futuros integrantes de Acosta Danza.

Muy emocionada destaca que es un gusto y un enorme honor participar en este proyecto con la coreógrafa belga Isabella Soupart, trabajar junto a sus bailarines asistentes, que les han aportado muchísimo, los estudiantes están felices porque después de dos años de pandemia, de cuarentena, de estar fuera de los salones de la escuela, esto se ha convertido en un regalo enorme.

Al mismo tiempo precisó que los jóvenes bailarines han dejado una magnifíca impresión por su preparación, disposición, entrenamiento y porque han sido capaces de asumir  los retos que se les han impuesto. Han hecho muy buen papel.

“Encontraron estudiantes muy dúctiles, es lo que siempre ha buscado nuestro director Carlos Acosta, con su academia y compañía, un bailarín que sea capaz de moverse en diferentes géneros, que permita a cualquier coreógrafo montar sus obras y hallar ese producto que puede moldear a su antojo sin niguna dificultad”.

Foto Juan Carlos Borjas

Interactuar con esa área  del museo de Bellas Artes, su ambiente mágico

Al referirse a la participación en el proyecto precisó que fue algo casual, el productor de la Bienal fue a visitarnos a la Academia, le expliqué como era todo el trabajo, me planteó el interés que tenía parte de la delegación belga, y en especial, esta coreógrafa, de trabajar con estudiantes, no con bailarines profesionales y surgió la oportunidad.

La intención que siempre tuvieron los creadores de Stretch Timemonochromes-señaló- era que se pudiera interactuar con esa área tan extensa del museo de Bellas Artes, su ambiente, realmente es un ambiente mágico para cualquier tipo de proyecto que se emprenda.  

“No habíamos tenido ninguna experiencia similar con un coreógrafo extranjero, la escuela es muy joven fue creada en 2017 si nos ponemos a contar, incluyendo el tiempo de pandemia, son jóvenes que están haciendo prácticas en la compañía,incluso la primera graduación será en febrero próximo.”

De todos los estudiantes iban a escoger a siete, luego aumentaron a 13, realmente se quedaron muy emocionados con lo que habían visto y quieren que participen más estudiantes, es todavía una incógnita, incluso para mí que vengo del Ballet Nacional de Cuba, en el que crecí como persona, ser humano, bailarina y tengo otros códigos, sigo aprendiendo todos los días.

Al habla con un joven bailarín

Para el joven bailarín Leandro Tomás Cleger Montero, proveniente de Santiago de Cuba, nivel elemental del perfil de danza,  trabajar con un grupo de profesionales, reconocidos y que han tenido una carrera tan beneficiada a nivel mundial, le ha ayudado a adquirir nuevas experiencias y le ha abierto otros horizontes.

Vas conociendo nuevos estilos para desarrollar una carreramás sólida, consideró que la preparación que ha tenido ha sido esencial. Gracias a la academia he podido enfrentar esto con más tranquilidad, con profesionalidad para incorporar los pasos,aprender la coreografía, añadió.

“Mi preparación no ha sido solo desde el punto de vista técnico, también, ha incluido la cultura general, la educación recibida hasta el momento, a la hora de expresarme, de dirigirme a mis maestros, de estar concentrado. Sueño con entrar a la compañía, conocer el mundo representando a Cuba y haciendo lo que me gusta: el arte de danzar”.