Crear resiliencia: fruto de la Feria Arte para Mamá
La Feria Nacional de Artesanía “Arte para Mamá”, desarrollada entre el 2 y el 13 de mayo en la Estación Cultural de Línea y 18, demostró esa resistencia creativa que ha mencionado en varias ocasiones nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
El público abarrotó el recinto ferial y encontró variedad de ofertas propias de alfarería, calzado, orfebrería, bisutería, textiles, talabartería y mobiliario, complementadas por vez primera con otros productos foráneos, muchos de primera necesidad, carentes en nuestro contexto. La mayoría de las personas llevó algo en sus manos para regalarles a las madres, lo que evidencia un alto nivel de respuesta a sus demandas en esta fecha especial.
Una vez más, quedó probada la ingeniosidad de un arte transformador, resiliente, perspicaz y alternativo, resuelto a brindar propuestas autóctonas de calidad y alto valor estético, en medio de complejidades económicas, del bloqueo estadounidense contra Cuba -que dificulta y encarece los insumos para la producción artesanal-, junto a las circunstancias inflacionarias que vivimos.
Según Ignacio Argudín Ponce, Director Comercial del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), los valores de gran cantidad de artículos estaban por debajo de los observados en otros mercados formales e informales; realidad constatada por clientes satisfechos, aunque la aspiración popular y también institucional es que continúen disminuyendo los precios, como las rebajas realizadas durante los días finales de feria.
La participación de las formas de gestión no estatal amplió las opciones de disfrute de las familias capitalinas con variados bienes para el hogar, expendio de alimentos y servicios gastronómicos. Estas alianzas fortalecen, tanto a la empresa estatal socialista, como a cuentapropistas y mipymes, en aras de un objetivo común: satisfacer las necesidades del pueblo.
Identidad hecha a mano
Tras 15 días de “Arte para Mamá”, creadores asociados al FCBC valoran este espacio que acoge sus innovaciones. Faval, marca ideada por Edenio Farrey y Yanisis Valdés hace alrededor de dos décadas, sobresale entre las más populares dentro de la tradición alfarera.
Las primeras sílabas de sus apellidos conforman el nombre, ya bien conocido por la singularidad y belleza de sus producciones. “Nos sentimos muy felices de haber participado en la feria, para nosotros ha sido un éxito. Se trata de un proyecto familiar, iniciado por mi esposo y yo, junto a mis hijos y hermanos. Ha ido creciendo, pero casi todos los trabajadores llevan mucho tiempo y forman parte de nuestra familia”, cuenta Yanisis.
“Faval se enfoca en productos utilitarios y decorativos, muy demandados por la variedad de diseños y su colorido, sobre todo los girasoles nos distinguen. Trabajamos la técnica cerámica de la mayólica, la cual permite decorar encima o debajo de una cubierta de esmalte y gusta muchísimo. Luego, incursionamos en el calado, que también ha causado sensación.
“Las tazas y las jarritas no nos pueden faltar, por eso tratamos de mantener surtido el stand para que las personas tengan un pedacito favaleño en sus casas. Agradecemos este espacio porque permite retroalimentarnos del público y conocer cuáles son los productos que la gente quiere. Esperamos estar pronto en la Feria Arte para Papá”, anunció.
Por otro lado, Osvaldo Miyares comenta sobre esta recién concluida cita en homenaje a las madres: “Me parece una buena idea, es un evento posicionado, con mucha afluencia de personas. Además de interactuar con el cliente, es una oportunidad para promover mis muebles. A veces la gente solo observa y luego encarga el mobiliario a su gusto, a la medida. A pesar de que son productos costosos, fabricados con maderas preciosas, han tenido muy buena demanda, porque ofrezco máxima seguridad, calidad y garantía.
“Me gusta el estilo antiguo en mesas, baúles, cavas de vino, estantería, que nos recuerda a los muebles de nuestros abuelos y bisabuelos. Aspiro a seguir esa línea de lo tradicional, es lo que realmente me inspira. Mi taller está ubicado en Calle 37 No. 3418 entre 24 y 26, Playa”, acotó.
El artesano Gilberto Soria Pérez también enclavó su puesto en el recinto ferial capitalino, como es habitual para él, quien ya lleva 30 años en la orfebrería: “He trabajado diversos metales, pero a raíz de la pandemia comencé con la plata. Me encanta la imagen Cuba, la forma del archipiélago luce muy bella en anillos, aretes, pulseras y dijes para cadenas. Cuando la figura de la Isla se hace más pequeñita, resulta muy trabajosa. Es un producto que gusta mucho y nos identifica dondequiera que estemos. Creo que en el sitio que sea, ante cualquier rumbo que nos depare la vida, siempre vamos a seguir siendo cubanos.
“También elaboro otra gama de artículos de joyería con piedras semipreciosas, todo hecho a mano, partiendo de cero, siempre tratando de mantener la cubanía. La plata es un metal muy agradecido, a veces es difícil adquirir la materia prima, pero se hace todo lo posible por satisfacer a los usuarios. Son muchos años en este oficio, ya los clientes me conocen, me buscan, saben que mis prendas tienen durabilidad, que no se engaña a nadie. Tengo abierto un punto de venta los miércoles en la Feria de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) en Obispo y Aguacate, Habana Vieja”.
Sin dudas, el Fondo Cubano de Bienes Culturales une muchas manos para agasajar a esos seres maternos, el sostén de nuestras vidas. En el año de su aniversario 45, la empresa busca soluciones, atemperadas con estos tiempos en que las familias cubanas y el país necesitan recoger los frutos de su gestión empresarial, capacidad adaptativa y rol aglutinador. Con apenas días de por medio, llegará la Feria “Arte para Papá” en la primera quincena de junio, otra oportunidad propiciada por la institución para crear resiliencia, como artesana de nuestros más auténticos valores culturales y patrimoniales.
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