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Cuando el amor sí alcanza


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A finales de octubre, en el Encuentro Provincial de Talleres literarios de La Habana, una joven conversaba con una planta situada en una maceta a un lado del escenario, sobre la importancia de los libros para el desarrollo espiritual de los hombres. Era Mónica Pigot caracterizada con el  personaje  Mariposa de la recién finalizada novela cubana Cuando el amor no alcanza.

La guionista principal de esta telenovela es la reconocida Maité Vera Morúa (La Habana, 26 de noviembre  de 1930), ícono de la Televisión cubana, quien hace honor a su apellido materno que nos remonta a Martin Morúa Delgado, autor de Sofía (1891) y La familia Unzuazo. Maité Vera pertenece a la época del espacio dramatizado Horizontes, cuando con recursos mínimos se creaban obras que aún se recuerdan. Graduada de pintura en San Alejandro, Maité ha sabido utilizar esta faceta para dibujar personajes inolvidables como el Melesio Capote de La Peña de León, que inmortalizó Reinaldo Miravalles.

El inicio de Cuando el amor no alcanza fue impreciso, aunque se recuperó el espacio de los sábados para la telenovela del patio, como tanto pedimos desde este periódico digital, pero fuimos víctimas de un producto que no lograba atrapar la atención de los televidentes al contar con un elenco desequilibrado, en el que actores consagrados como Alicia Bustamante, Obelia Blanco, Marta del Río, Amada Morado y Samuel Claxton, entre otros, compartían escena con nuevos rostros televisivos, y el saldo dejaba bastante que desear: sobreactuación, maniqueísmo en los personajes, estereotipos, etc.

Algunos de los que nos sentábamos frente al televisor, no lográbamos ni tan siquiera vislumbrar de qué iba el conflicto, quiénes eran los personajes principales. Otra vez la escenografía era rígida con casas que no parecían hogares por su frialdad, poca imaginación y  el mismo color rosa dulce, en todas partes.

Las críticas negativas no se hicieron esperar y el colega Yoel del Río arremetió desde las páginas del diario Juventud Rebelde contra “otra mala novela cubana”. Yo abandoné mi butaca a esa hora y simplemente me negué a ver más de lo mismo aunque fuera para realizar mi trabajo como periodista.

Por aquí y por allá los personajes de la novela escaparon de la pantalla chica para dialogar en las “guaguas”, carros de alquiler y colas de las bodegas. Los conflictos de Teté, Rita, Mela, Queta, Nereida, etc., empezaron a inquietar a más de una ama de casa, maestros, jubilados y hasta mi amigo el psiquiatra Reynaldo Duret, me pidió no ser molestado en este horario.

Como rectificar es de sabio, de nuevo comencé a ver la telenovela y poco a poco  me fui identificando con  los conflictos planteados. Llamó mi atención el que se tejió alrededor del personaje de Lester y su adicción al juego, un flagelo que azota algunas zonas de nuestra sociedad, a pesar de los esfuerzos del gobierno revolucionario por eliminarlo, pero últimamente ha proliferado, los videos juegos se apropian de nuestros hijos y desde edades tempranas suplantan los inocentes juegos tradicionales.

Los guionistas de la novela con valentía y acierto decidieron abordar este asunto: cómo un joven cae en una adicción como esta y luego es capaz de todo para saldar sus deudas. Así se fue complicando lo que empezó siendo una historia de adulterio, la balanza se equilibró al poner en escena situaciones que se presentan entre las diferentes generaciones que conviven en nuestros hogares desde los abuelos hasta los adolescentes.

El guión tocó temas medulares de nuestra sociedad actual  como la familia, el abandono de los hijos, la bigamia, las madres solteras, los problemas de viviendas, el chisme, la vida en el campo, el racismo, el cáncer de mama, la sobreprotección de los hijos, el amor  entre una mujer adulta y un joven, entre otros, lo que nos hace halagar el trabajo de un guión compartido.

Maité Vera a sus ochenta y cinco años, continúa siendo una mujer capaz de crear personajes  como esta niña tierna que conversa con las plantas. Sin dudas el personaje más controvertido ¿Qué tipo de retardo tiene? ¿Es verosímil o no? ¿Puede una muchacha como ella tomar decisiones cuando desde el principio de la novela todas sus decisiones fueron tomadas por su familia?

En el encuentro de Talleres literarios Mónica que tiene mucho que ver con Mariposa sobre todo por la dulzura, explicó que el personaje tiene un ligero retardo, y pretende llamar la atención sobre los discapacitados y luchar sobre todo contra la invalidez mental, de los que los discriminan, dio gracias a Maité Vera por crearlo y destacó el personaje de Teté  que fue capaz de crecer a través de la literatura.

Con un happy end finalizó Cuando el amor no alcanza, dejó la nostalgia de las obras que logran despertar nuestra simpatía y cariño, vino de menos a más, fue capaz de recuperar no solo televidentes si no también los sueños.


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