El dramaturgo y director cubano René Fernández Santana, Premio Nacional de Teatro, recibió en el 19no. Congreso Mundial de la Assitej (Asociación de teatro para niños y jóvenes) —que se desarrolla en Ciudad del Cabo, Sudáfrica— un galardón en reconocimiento a su obra creadora y por servir de ejemplo e inspiración a las nuevas generaciones de artistas.
Según informó a Granma Esther Suárez Durán, presidenta del Centro Cubano de la Assitej, se trata de una nueva distinción que otorga la organización el Premio a los Dramaturgos Inspiradores y ha sido entregado a solo tres dramaturgos «que han dedicado su obra a niños y jóvenes, y han destacado por su carácter novedoso, fundacional, por su audacia artística y creadora».
El maestro fue seleccionado por un jurado compuesto por reconocidas personalidades del arte entre quince dramaturgos representantes de doce países de los seis continentes.
Al recibir el lauro, Santana, director del matancero Teatro Papalote, en sus palabras de agradecimiento, expresó: «Como hombre del siglo pasado y del presente, he transitado de la radio al mp3, de la ruidosa máquina de escribir al discreto teclado de mi laptop, del mimeógrafo a la impresión láser, aunque aún no uso teléfono móvil y viajo en un coche de caballos al trabajo todas las mañanas… sin dejar de hacer teatro. He atravesado cambios sociales, tormentas ideológicas, crisis de la economía, instauración, caída y nueva creación de símbolos… sin dejar de hacer teatro. He visto florecer la ciencia y el pensamiento, defender como nunca al hombre y la naturaleza, asentarse la diversidad… sin dejar de hacer teatro. Cuanto peor o mejor es el momento, más teatro necesitamos».
«Tras escuchar en este Congreso tantos temas cruciales para el mundo teatral destinado a la infancia y la juventud, me reafirmo en que esos desafíos encierran la semilla de nuestra legítima renovación. No sé si es candidez o metáfora de 73 abriles, pero creo que ni los videojuegos, las hambrunas, las drogas, el terrorismo o los manejos del mercado del arte puedan detenernos. Porque somos privilegiados que necesitan de un único recurso: la escena, el público y sus poderes de hablar todos los idiomas. Con esa energía instruyendo y divirtiendo contamos historias sin fronteras, sea en grandes escenarios, en campos de refugiados o a la sombra del Cabo de Buena Esperanza».
«Lleno de respeto y emoción, a nombre de Cuba y sus artistas, me encuentro en África para dar las gracias», concluyó el maestro.
El Premio a los Dramaturgos Inspiradores consta de una obra artística confeccionada por niños africanos en diálogo con cada uno de los ganadores. Con las respuestas personales que cada uno de ellos ha brindado al cuestionario se ha confeccionado tan singular obsequio.
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