"Ha muerto el exbailarín Adolfo Roval", anuncian en titulares este sábado 24 de julio medios de comunicación y plataformas digitales nacionales y foráneos. Quien por muchos años fuera una de las figuras principales de la gran compañía fundada por Alicia Alonso y uno de los grandes nombres de la danza clásica de la Isla, se despidió de la vida a los 91 años de edad en la capital del país que le vio nacer.
Natural de Cienfuegos, Roval se apasionó por el mudo del ballet, y por esos caminos incursionó hasta llegar al Ballet Nacional de Cuba (BNC) en 1959; fecha en que la Revolución Cubana abrió nuevos caminos a la creación artística y la posibilidad de que el arte y la cultura estuviese al alcance de todos.
Con el Ballet Nacional de Cuba, el entonces joven bailarín, alcanzó la categoría de solista y protagonizó papeles como el Bufón en "El lago de los cisnes", Mamá Simone y Alain en "La fille mal gardée", y el doctor Coppelius en "Coppelia", por cuya interpretación recibió el reconocimiento de la crítica tanto nacional como internacional, según informó en una nota emitida a causa de su partida el BNC, del cuál formó parte por muchos años luego de concluir su carrera como bailarín.
Su pasión por el arte de las puntas, su constancia y consagración, le permitieron el reconocimiento en numerosos escenarios del mundo donde la compañía danzaria cubana se presentó, y su constante empeño le posibilitó acompañar a la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso en varias de estas obras en las que participó.
Cuando la edad no le permitió continuar su carrera como bailarín, jamás renunció a este arte y emprendió una carrera como maitre, siendo testigo de los procesos creativos que se llevaban a cabo en la compañía y cómplice de la formación de nuevos rostros que año tras año llegaban a ella.
Por su huella dejada en el BNC y en la danza cubana, mereció en 2019 el Premio Nacional de Danza. Al decir del investigador y crítico Amed Piñeiro en ocasión de este reconocimiento, señaló en una publicación " Roval es de esas buenas personas de alma noble y transparente que se gana el cariño desde el primer instante. En una hermosa evocación de Alicia Alonso sobre Royes Fernández, nuestra prima ballerina assoluta expresó: «Cuando se habla de Royes a alguna persona que lo conoció, casi siempre se produce una sonrisa y una cierta exclamación: “¡Oh, Royes...!”». Algo similar ocurre cuando se habla de Adolfo Roval, de quien siempre acuden a nuestra mente recuerdos entrañables, simpáticos o emotivos".
Junto a este, muchos otros reconocimientos y condecoraciones como el Premio al Magisterio Artístico, conferido por la Universidad Rey Juan Carlos y el Instituto Superior de Danza Alicia Alonso, de Madrid, reafirman la varia de Adolfo Roval en desarrollo danzario no sólo de su país natal, sino también de otras naciones donde llevó su arte y magisterio.
Deje un comentario