Foto: Alina Morante
La noticia llegada en la tarde de este 19 de marzo, sorprendió a muchos: da su último adiós la dramaturga, crítica y profesora teatral Bárbara Rivero. Quienes la conocieron y mantuvieron un vínculo amistoso y profesional con ella, son testigo la valía de una mujer amante y consagrada al teatro, que dedicó gran parte de su vida a este arte, su promoción, investigación y búsqueda en las propias esencias de este arte escénico.
Formada en el Instituto Superior de Arte (ISA), en la especialidad de Teatrología, se nutrió de importantes maestros del teatro cubano, para apoderarse de herramientas y experiencias para enfrentarse el rico y diverso panorama teatral de la isla, y transmitir sus conocimientos posteriormente a nuevas generaciones y amantes del arte de las tablas.
Su labor fue más allá del trabajo de investigación, gestión y promoción teatral para abarcar otras áreas del conocimiento como es la docencia. Su huella queda en las aulas de la Facultad de Arte Teatral del ISA, donde aportó conocimientos a los nuevos jóvenes que se han formado ahí. También la Escuela Nacional de Arte y la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños contaron con su presencia como parte del claustro docente, posibilitando a los jóvenes un certero acercamiento al panorama escénico.
Bárbara Rivero se desempeñó además en el Departamento de Desarrollo Artístico del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, institución en la que también ocupó el cargo de vicepresidenta, y desde ahí asesoró procesos creativos, manteniendo un vínculo directo con los creadores y colectivos escénicos. Sus experiencias le hicieron posible asumir la dirección del Festival de Teatro de La Habana, convirtiendo a la capital cubana en una gran plaza teatral de referencia internacional.
Su pasión constante por la escena, le hicieron posible el desarrollo de numerosas investigaciones sobre procesos y creaciones teatrales. Sus artículos, críticas y reseñas han aparecido con frecuencia en espacios digitales y revistas especializadas, en las que se evidencia el conocimiento y profundo dominio de temas de la autora.
La pérdida física de Bárbara Rivero, deja un profundo dolor entre amigos, colegas y amantes del teatro, por la pasión con la que defendió ese arte y su entrega constante hasta sus últimos días.
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