La 2da. Semana de la
Moda en La Habana, bajo el lema Artesanía
e Identidad puso en evidencia, en los desfiles realizados entre el 12 y el 16
de octubre, en la hermosa sede de los salones del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el caudal existente
aquí, donde se cruzaron creadores llegados desde las artes visuales, diseñadores,
bailarines/coreógrafos, estilistas, orfebres, artesanos en una palabra…,
quienes en una manera mancomunada entretejen los trabajos con sus anhelos, para
construir, desde lo más profundo de su ser, otra realidad.
Foto: Antonio Hernández. Foto: Daylene Rodríguez.
El vestir, nadie lo duda, es un ARTE. Con los años, el concepto de moda varía, como ente vivo que cambia con el tiempo, se desarrolla para estar al ritmo de la vida. Cada país incorpora en ella sus tradiciones y cultura específica, al compás de la región geográfica, clima, sueños, realidades y cuantos adjetivos puedan vestirla a sus formas específicas porque es parte de la nacionalidad e idiosincrasia. En los últimos tiempos, dado el auge tecnológico, las comunicaciones, globalización, migraciones, se entremezclan las culturas y los gustos. Amén que la actividad es realizada por más artistas que llegan desde otras latitudes creativas que la han enriquecido. Cuba no es una excepción.
Fotos:
Yosvany Martínez.
En primer lugar, hay que agradecer a los organizadores: el Fondo Cubano de Bienes Culturales, la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas, y al grupo de la Semana de la Moda, y los co-auspiciadores, entre los que se cuentan la Oficina Regional de la UNESCO, el Consulado de Mónaco, el Jardín Angélica, la cadena Ibeorestar, y otros, la realización de este encuentro, con mucho esfuerzo, que viene a llenar un vacío en esta importante área de las artes, siguiendo el camino de los desfiles de moda de FIART, y Arte Moda, predecesores, que resultan aportes esenciales a este menester en Cuba.
Fotos:
Yosvany Martínez.
Para nadie es un secreto que con el tiempo la manera del vestir cotidiano cubano ha ido en franca decadencia. La otrora conocida elegancia de la mujer cubana, en muchos casos ha cedido, por causas muy diversas, a una manera de vestir, diríamos descuidada y en algunos casos lindando con lo chabacano, condicionada por “gustos” importados que nada tienen que ver con nuestra idiosincrasia, cultura y clima. Algo que, desgraciadamente, se ha ido pasando –en gran parte de la población- como los genes, de padres/madres a hijos, y vemos entonces a los pequeños vistiendo a la “manera adulta”, sobrepasando etapas y creando estereotipos alejados de su edad y de nuestra realidad educativa/cultural. De ahí que la colección infantil propuesta por la talentosa diseñadora Catherine Dorticós fuera tan aplaudida/aceptada. Con sus diseños en lino, algodón…, en tonos cálidos, y algunos elementos artesanales, ella rescata y trae a nuestro presente, trajes idóneos y acordes a la ternura/ingenuidad de los infantes.
Fotos:
Yosvany Martínez.
ARTE PARA IMITAR
Esta Semana de la Moda de La Habana (SMH), enfocó un conjunto de creaciones que pudieran ser imitadas, o al menos constituir un patrón por el cual modelar la manera de vestir cubana y caribeña, sin olvidar lo mejor que pueda adecuarse a lo nuestro del exterior. Entre los más de 40 diseñadores presentes, llegados de Cienfuegos, La Habana, Pinar del Río, Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila y Guantánamo, pudimos observar la combinación en el vestuario con trabajos de orfebrería, accesorios, joyería de valor artístico, y la utilización, en buena parte de lo mostrado, de tejidos nacionales acordes a nuestro clima como lienzo, gasa, entre otros, sin olvidar las tradiciones llegadas con técnicas artesanales –que realza y distinguen el tema de la SMH- como el crochet, patchwork… Hubo de todo, y algunas colecciones que no debieron presentarse, pues poco tenían que ver con la idea de la SMH. De ahí que sea necesario, para próximas ediciones, que el jurado de admisión realice una selección aún mucho más rigurosa, para dejar lo que verdaderamente se adecue al propósito fundamental de este evento: dar pautas claves al vestir nuestro. Aunque pasaron también piezas imaginativas con esa fantasía que no puede obviarse en este tipo de encuentros, pues exhalan imaginación y el mundo interno de los artistas que es siempre el alma de la creación.
Fotos:
Yosvany Martínez.
Llamó mucho la atención en estas pasarelas, la originalidad con que las artistas Anayce Figueroa y Rosana Vargas (y jóvenes orfebre del proyecto En busca del Sol), fundieron diseños de vestuario/joyería, respectivamente, en la colección La perla del Edén, una acertada combinación en los creativos trajes de baño, muy poco producidos en nuestro mercado a pesar de ser una Isla rodeada de mar; la fusión de tradiciones, colorido, adecuados tejidos que subrayan la artesanía e identidad, en las labores de José Luis González trabajando el lienzo con aplicaciones artesanales, cuerda por la que también transitó Jesús Frías (Chuchy) en sus propuestas de diseños depurados jugando con texturas en ropa/accesorios (carteras) que despertaron las miradas. Elegancia en la sencillez –perfecto binomio- a lo que nos tiene acostumbrado con su quehacer Mario Freixas, quien regaló realizaciones de excelente factura, en blanco y negro que causaron admiración por su mirada actual con tintes retro… Destacados creadores de la talla de Oscar de la Portilla, Viera Reinoso, Frank Álvarez, Lourdes Trigo, Evidio Perdomo, Ismael de la Caridad, que muchas huellas han dejado en esta vereda artística en el tiempo, entre otros, trajeron a los desfiles piezas imaginativas, personales que hablan de los variados caminos por los que cruza hoy el diseño de vestuario en nuestra Isla.
LA CLAUSURA CON BROCHE DE APLAUSOS
Fotos: Daylene
Rodríguez.
El día de la clausura sobresalieron por el espacio, que para próximas ediciones debe concebirse con una pasarela alta para que sea visible a todos los presentes, los diseños de alto vuelo creativo/personal del artista Yosvany Martínez –uno de los más ovacionados en esta SMH-, por su extraordinaria originalidad desplegada en la colección Mi hobby, portadora de un laborioso trabajo –tejido en dos agujas- que rescata las tradiciones de nuestras abuelas con una mirada contemporánea y diseños atrevidos cautivantes; Salomé aportó un toque de elegancia, combinado con una terminación visible que realza la calidad de la colección y sus piezas; la colección presentada por los artesanos/artistas Raquel de la Paz, Víctor Fortuny y Dámaso Crespo en la que se reunió de manera coherente diseño, tejidos y calzado constituyó un momento especial en esta temporada de la moda; mientras que el Proyecto Triada incorporó nombres como los de Nelson Domínguez – Premios Nacional de Artes Plásticas-, el conocido orfebre Pauyet y Guayza, para regalar piezas únicas en un momento diferente, a partir de un agradable performance que cerró esta importante iniciativa que busca, no solamente enseñar las líneas actuales y las raíces del quehacer de los diseñadores, artistas/artesanos en la Isla hoy, sino sobre todo, reflejar la verdadera y tradicional cubanía en ese potente espejo donde todos debemos miramos.
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