En nuestro país existen algunas pocas
revistas acerca de temas culturales. Ese es otro de los problemas que nos trae
el bloqueo estadounidense. Pero, en las que existen, debe ponerse cuidado en
todo lo que se incluye en ellas.
Leo una revista cultural trimestral de una provincia central correspondiente a agosto de 2016. Tiene en sus ocho páginas ocho buenos artículos de cubanos, más otro trabajo de un autor extranjero. Hay siete nombres, desde el de su director al último de los correctores de la revista. Se ha tenido, pues, tres meses para que estas siete personas hubieran podido revisar estos materiales incluidos, ya que es una publicación trimestral. No existe la premura de la prensa diaria. Sin embargo, en sus páginas encontré algunas faltas ortográficas, así como otras de distinta índole, y nada de esto es culpa del bloqueo que nos tienen impuesto a Cuba desde hace más de cincuenta años los Estados Unidos.
Entre las faltas ortográficas, he aquí
las siguientes: “exprimiendo la sabia”,
por “exprimiendo la savia”; “que
se haya sumergido”, por “que se halla sumergido”; “que de por si hace suyas”, por “que de
por sí hace suyas”; así como “una edición preciocísima”, por “una edición preciosísima”.
Pues sabia es ‘mujer que posee sabiduría’ y a esta sabia no se le puede “exprimir”. Y savia es voz de Botánica, que significa ‘líquido que circula por los vasos de determinadas plantas’ y de forma metafórica puede ser la sangre humana. Por su parte, haya es forma del verbo haber, mientras que halla es forma del verbo hallar, es decir, ‘encontrar’. Nos dice el diccionario académico que de por sí es una locución adverbial, la cual significa ‘separadamente cada cosa; sola o aparte de los demás’. El sufijo ísimo, ísima, se une a adjetivos calificativos y a algunos adverbios para formar el superlativo. Ahora bien, el adjetivo calificativo precioso, preciosa, entra en la regla ortográfica de este sufijo que dice: “Los adjetivos terminados en una sola vocal átona suelen perder esta”. Y ese es el caso de precioso, preciosa. Así que preciosa, menos la vocal átona que se pierde, más el sufijo ísima, nos representará el superlativo: preciosísima.
A su vez encontré nombres propios mal
escritos, como: “Angel Enrique”, por
“Ángel Enrique”; “Julio Vernes”, por “Julio Verne”; y “Jhony”, por “Johnny”.
Además, vi un asunto de mala sintaxis: “Han trascurrido más de una década”, por “Ha transcurrido más de una década”.
También hay algunos acentos colocados en diferentes palabras que la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua han dispuesto que ya no deben “ponerse”, como: “no sólo en el escenario cubano”, por “no solo en el escenario cubano” y “devela que éste ha renacido”, por “devela que este ha renacido”.
Vi escritas en la revista que estoy analizando formas que tampoco deben usarse, como: “la perdurabilidad de la misma”, por “la perdurabilidad de ella (o esta)” y “valiéndose de mecanismos que publicitan su obra y en ocasiones hasta la publicación de la misma sin haber ganado un lauro importante”, por “valiéndose de mecanismos que publicitan su obra y en ocasiones hasta la publicación de esta (o ella) sin haber ganado un lauro importante”.
Debió existir unidad, es decir, uniformidad en la manera de exponer, no solamente en un mismo trabajo, sino en toda la revista, de asuntos o cosas que tienen igual origen. Por ejemplo, por un lado dice: “no solo en Estados Unidos”, y por otro se expresa: “de los Estados Unidos”. Por su parte, se escribieron muy bien, en letra cursiva algunas palabras no españolas, como: “chats, wifi, bildongsreman, spot y western”, así como otras más, pero la voz italiana “spaghetti” no se publicó en letra cursiva (valga aclarar que está incluida en el diccionario académico la forma española espagueti).
Me gustaría recordar algunas normas de
redacción:
1. No se escribe coma antes de guion largo (o pleca) ni antes del comienzo de paréntesis.
2. En un texto no se deben escribir abreviaturas, como: “Arq.”, “Sra.”, ni ninguna otra, como la abreviatura de “etcétera”, o sea “etc.”. Entre otras, la abreviatura de “doctor”, esto es, “Dr.”, como apareció en la revista.
3. Sin embargo, esto último no incluye a las unidades de medida, como la de “kilogramo”, que es “kg”, sin punto al final de ella, que en la revista de marras apareció con inicial mayúscula y con punto, así: “Kg.”.
4. Sí se puede escribir abreviaturas en el texto siempre que vayan incluidas entre paréntesis, y también en las notas bibliográficas o aclaratorias, que van fuera del texto.
Ya lo digo, con faltas de ortografía y otras “monadas” no deben nunca salir a la calle revistas cubanas, y mucho menos con el cartelito de “culturales”.
Deje un comentario