CUMPLEAÑOS 45 DE SON 14


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El conjunto Son 14 arribó a los 45 años y, no se  puede hacer la historia de esta agrupación sin mencionar a su cantante especial Eduardo Morales “Tiburón”.

Nace en el poblado aledaño al Central Amancio Rodríguez, antiguo Francisco Guayabal, el 17 de octubre de 1935. Carismático cantante principal del conjunto Son 14, alcanzó un amplio nivel de popularidad en toda la isla y también el exterior, especialmente en Venezuela, México y Colombia. La voz peculiar del legendario sonero contribuyó en el gran éxito del famoso conjunto.

El Tiburón era de esas voces que aparecen de vez en cuando como enviados de las zonas campesinas voces “telúricas”, más bien folclóricas, que impactan en las capitales. 

En una de mis muchas visitas a Santiago de Cuba, entrevisté varias veces a Eduardo Morales, aquí rindo un homenaje a la voz que dio el toque mágico al conjunto Son 14.

-¿Quién era Eduardo Morales antes de Son 14?

Siempre estaba en el estadio Cándido González, de Camagüey. Iba frecuentemente con el difunto Ubaldo Canes —quien trabajó después en Son 14 y marcó pautas como tumbador para los que vinieron detrás, porque ayudó a formar la sonoridad de la orquesta con su ritmo.

-¿Por qué te llaman Tiburón?

 Siempre me pasaba el día entero nadando en la orilla del mar, y con mi boca abierta; entonces la gente empezó a decir: “Mira un tiburoncito!” y ahí quedó la cosa.

-¿Cómo llegas hasta Adalberto Álvarez en Camagüey?

En realidad, yo era pelotero del equipo Granjeros, en la Liga Nacional de Béisbol de Cuba. Pero también me gustaba la música. Dejaba la pelota para irme a la música y tuve muchos problemas. Me iba para mi pueblo a cantar en una feria; eso me fue perjudicando y llegó el momento en que no me querían, ni como músico, ni como pelotero; ni una cosa, ni la otra. Dejaba a todo el mundo embarcado, cuando cantaba diez piezas musicales, yo me iba para la pelota.  Adalberto me escuchó en una ocasión con el conjunto Yaguarimú (casualmente Aramís, otro de los cantantes de Adalberto era también pelotero). Un buen día Adalberto andaba buscando un cantante y llegué a verlo, Adalberto me escuchaba cantar cuando se iba la luz en el estadio. Me conocía por el pelotero de la media rota, y eso le dio mucha gracia. Un día le dije que me diera un chance en el conjunto, pues me comentaron que faltaba uno para el  que pensaba organizar en Santiago de Cuba. Le declaré a boca de jarro: “No busque otro cantante, yo soy el cantante que usted busca. El papá de Adalberto, Nené le dijo que me diera una oportunidad. Adalberto se arriesgó, porque yo no era cantante, era pelotero y bastante feo. Adalberto más adelante diría que yo soy gracioso como cantante y como persona y que iba a triunfar.

-¿Cómo fue la idea del conjunto en Santiago de Cuba?

Rodulfo Vaillant llega a Camagüey, era director musical de la radio y la Televisión en Santiago. Tuvo la iniciativa de formar un conjunto en Santiago, prometió apoyarnos, junto a Antonio Orúe de la Empresa Musical. Arrancamos con varios músicos de Camagüey y, después de muchos problemas administrativos, se logra una “plantilla”, para crear un conjunto en Santiago de Cuba. Al fin estrenamos en una fiesta, noviembre de 1978, en la calle Santa Úrsula y Primera.

-Cuéntame de las voces de Son 14

Daniel Carmenate, Héctor Anderson y Eduardo Morales (Tiburón). Anderson era la voz prima que le daba el timbre al conjunto, hacía los dúos, con todos los matices y daba las notas más altas. Tiene mucho picante, baila, es explosivo y alegre, trasmitía mucho sabor y ambiente sonero. Daniel Carmenate (bolerista y coro), guitarrista, compositor y excelente voz y Tiburón el gran sonero. Hubo una etapa en que estuvo también el cantante Félix Baloy, que en 1984 volvió con Adalberto en el nuevo conjunto de Adalberto y su Son. Logramos un trío de voces que no se parecía a nadie; Oscar D´Leon y Rafael Lay le decían a Adalberto que era el mejor coro de conjunto.

-¿Cómo fue la acogida del conjunto Son 14?

En aquellos tiempos habían declinado los conjuntos y la gente esperaba algo nuevo. Los bailes se llenaban para disfrutar el son cubano, en una etapa en que la salsa latina se colaba en todas partes. Tocábamos mucho en La Trocha, Martí y San Pedro (Siboney), por la Terminal de Ómnibus. Alternábamos con orquestas habaneras.

-¿En qué se distinguía Son 14?

Adalberto es un genio de la música, tenía las influencias de los conjuntos soneros de Cuba, en especial Rumbavana. También estaba la influencia de los salseros latinos, lo que hacían Tito Puente, Palmieri, se identificó con algunos de sus temas, piezas de origen puertorriqueño, venezolano, se propuso imprimirle un sello parecido a lo que se estaba componiendo, tratando de algún modo de devolverles lo que ellos estaban haciendo con la música nuestra. Por eso es que Son 14 parecía a veces un grupo latinoamericano, o sea, un conjunto que complacía el gusto de cualquier país latinoamericano.; vamos a decir que se hacía la música mucho más rápido que el resto de los salseros, o sea, más al gusto del bailador cubano.

-¿Cómo logra diferenciarse de Rumbavana?

Buscó su estilo propio, introdujo el trombón, en las grabaciones adicionaba el tres de Pancho Amat. Era como un experimento, y le salió bien la jugada.

-¿Cuándo sale al exterior Son 14 por primera vez?

En el verano de 1979 llegó a Santiago de Cuba la orquesta Dimensión Latina, con el cantante Andy Montañés, tocaron en el Estadio Guillermón Moncada. Andy también cantó con nosotros y, al terminar expresó: “Que lástima que una verdadera orquesta de música cubana como Son 14 no fuera a Venezuela, a Puerto Rico, a los lugares donde se cantaba y bailaba nuestra música. Esa declaración nos iluminó, en ese momento estaba en empresario disquero Orlando Montiel tuvo la visión de llevar a Son 14 a Venezuela, centro de la salsa del caribe. Montiel estaba aliado al empresario Alí Ko, representante de Oscar D´ León. Fuimos contratados en septiembre de 1979, al Festival de La Divina Pastora, en Barquisimeto, Venezuela,  nos mantuvimos doce días y ganamos el Premio Crepúsculo Dorado. Después volvimos a Venezuela, pero al poliedro de Caracas frente a frente con Oscar D´ León.

-¿Entonces Son 14 sale por primera vez a Venezuela y no a La Habana, cuando llegas a la capital con Son 14?

Vinimos después del regreso de Venezuela. Debutamos en el salón Mambí, en el parqueo del cabaret Tropicana. Más de diez mil bailadores se dieron cita para bailar con el nuevo conjunto Son 14, que venía de la tierra caliente.  Recuerdo que tuvieron que sacarnos del Mambí en un camión encabillado, para protegernos de los admiradores del conjunto. Nunca habíamos visto cosa igual en la música, hasta esos días. Recuerdo el choque de trenes en el teatro Carlos Marx, en una especie de competencia amistosa. También lo hicimos con Rumbavana, mi querido conjunto donde empecé con mis canciones.

-¿Después qué pasó con La Habana?

Ya en 1980 Son 14 estaba listo para entrar en La Habana.

Nos presentamos en el programa de Radio Progreso “Alegrías de sobremesa”, en el espacio de moda de la televisión: “Para bailar”. Y, lo que nos dio a conocer en todo el país fue el segundo lugar en el Festival de la Canción Adolfo Guzmán, donde alcanzamos el Premio de Interpretación, acontecimiento decisivo. Comenzamos a participar en todos los festivales especialmente de son, el de Benny Moré, donde el conjunto ganaba todos los premios.

-¿Todo eso lo apoyaba un disco?

El disco A Bayamo en coche, que fue un éxito de ventas y de popularidad. Fue obra de la producción de Frank Fernández que nos conectó con la Egrem en La Habana, donde grabamos el disco en 1979, en sólo nueve días. Otros hits fueron Son para un sonero, El son de la madrugada: “Tú me dejaste en la calle/ de madrugada/ cuando el gallito cantaba/ de madrugada/. También grabamos dos discos más: Son como son, Adalberto presenta a Son 14.

-¿Fue muy sonado el choque de trenes, el boxeo entre  Oscar Valdés de la Banda Irakere y tú?

Cuando aquello Irakere estaba en lo más alto, fue un acontecimiento musical. El choque ocurrió en el teatro Carlos Marx, poco después de aquel encuentro Habana-Jam, en el mismo teatro, entre músicos estadounidenses y cubanos.

-¿Cuándo Adalberto abandona Son 14, qué pasa entre ustedes?

Adalberto se llevó a algunos integrantes, él me dijo que se mantuvo todo el tiempo posible en el conjunto porque era una institución con un nombre y una fama. Además, en Santiago de Cuba me apoyaron bastante. Nosotros seguimos con el conjunto y, en México y otros países nos acogieron con mucho amor.

           

 


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