Los puristas tachan de afrancesados a quienes llaman cinemateca a la filmoteca, contestatario al impugnador, portafolios a la cartera, paraván al biombo, leontina a la cadena del reloj.
Dicen, además, que el gesto sólo se ejecuta con la cara, pues lo demás - - por ejemplo, lo que hacen las manos - - son ademanes.
Los enemigos de los galicismos agregan que las fortunas no se amasan, sino que se acumulan. Que no se riposta, sino que se replica. Que no se vende al detalle, sino al menudeo.
En fin, ¡allá ellos con su bronca!
* Su libro El habla popular cubana de hoy recibió el Premio de la Crítica.
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