La danza cubana marcó puntos cimeros en el IX Festival Internacional de Ballet de Cali, recién concluido en Colombia, afirmó hoy el historiador del Ballet Nacional de Cuba (BNC), Miguel Cabrera.

A su arribo a esta capital, el maestro catalogó el evento como una fiesta de arte y amistad y aseguró que Cuba estuvo brillantemente representada por los primeros bailarines del BNC Viengsay Valdés y Víctor Estévez, las jóvenes figuras principales Dayesi Torriente y Luis Valle y la compañía Danza Contemporánea de Cuba (DCC).

El nivel profesional en ese festival estuvo muy alto con delegaciones de 13 países de fuerte tradición danzaria, pero la presencia cubana eclipsó al resto porque nadie cosechó tantas ovaciones allí como los representantes de Cuba, comentó Cabrera a Prensa Latina.

Según el historiador, la artista más esperada era la Valdés, debido a su gran reconocimiento internacional, y junto a Estévez ella cerró dos de las galas con los pas de deux El cisne negro y Don Quijote, el cual repitieron en la clausura ante 15 mil espectadores.

Tuvieron un éxito de delirio y, al decir del especialista, no solo cautivaron por el derroche de virtuosismo técnico, la cantidad de giros y los equilibrios prolongados sino además por la relación de pareja y las interpretaciones del inocente y enamorado príncipe Sigfrido frente a la perversa y muy seductora Odile, conocida como El cisne negro.

El Teatro Municipal de Cali tiene una inclinación que casi supera los cinco grados y por lo general intimida a los artistas, sin embargo los cubanos salieron a bailar allí con aplomo y no permitieron que ese obstáculo mermara sus ejecuciones, sostuvo Cabrera.

Valdés y Estévez hicieron de la dificultad virtud, así lo atestiguó el crítico español Roger Salas en el diario El País y también consideró como un aporte al Festival el estreno mundial de Dueto, nueva coreografía de la bailarina del BNC Elis Regina Hernández.
Salas describió como un intenso diálogo la pieza interpretada por Torriente y Valle, mientras Cabrera ponderó la bella línea de piernas de la chica y dijo que desde la gala inaugural ambos ratificaron la definición de prestigio del BNC en el mundo.

De acuerdo con el historiador, aquel espectáculo al aire libre tuvo como inconveniente un aguacero poco antes del inicio, sin embargo el público, debajo de capas y periódicos, eligió no perderse la gala y ofreció la más alta ovación a los experimentados Valdés  y Estévez por el nivel de entrega en fragmentos del ballet Carmen, de Alberto Alonso.

En esta edición, actuaciones como la de Viengsay Váldes, así como los uruguayos y los alemanes, nos dejaron ver un nivel muy destacado, corroboró al periódico El País de Colombia la directora del Festival, Gloria Castro.

Por su parte, DCC es una compañía favorita en Cali, iba por tercera vez y el auditorio alucinó con la preparación de sus artistas y la calidad de las coreografías El cristal, del cubano Julio Casar Iglesias; Carmen, en versión del finlandés Kenneth Kuanstrom; e Identidad a la menos uno, del cubano Georges Céspedes, apuntó el
historiador.

Durante el Festival, Cabrera ofreció una conferencia magistral, 10 espectáculos didácticos y participó en una mesa redonda sobre la danza en América Latina.