“Puertas que se abren y se cierran,
pero tu pensamiento se desata sin
límites. Cualquier lugar puede ser ideal
para bailar en dúo”
La quince edición del Concurso Nacional de Coreografía e Interpretación DanzanDos, a celebrarse en la ciudad de Matanzas del 24 al 27 próximos de octubre ya ha lanzado su convocatoria. Organizado por Lilliam Padrón y su compañía Danza Espiral, con el acompañamiento determinante de la Dirección Provincial de Cultura, el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, la filial matancera de la UNEAC y la dirección de Asociación Hermanos Saiz del territorio, nuevamente alistan la ciudad para recibir lo más diverso que, en formato de dueto, muestra la diversidad de nuestras danzas.
La danza es acción. Es exploración del espacio físico y mental del danzante e indagación de su corporalidad en relación con el tiempo y espacio presentacional. Se sabe, asimismo, que cuando el baile comenzó a socializarse era porque aquel rito propiciatorio y mágico necesitaba del otro, no era suficiente una relación "abstracta" entre el individuo y la deidad. Ahora la deidad regiría desde lo alto (cielo, estrella, nube) o desde lo bajo (suelo, tierra, río) la relación que se va a establecer entre las partes. Así ve la danza el tránsito del ritual mágico-religioso a la recreación colectiva.
Ya situada en ese camino, la danza evoluciona a la categoría “escénica/espectacular”. Entonces comenzarán a ser otras las leyes, los signos y los requerimientos: de la Academie Royal de la Danse al clasicismo y, de ahí al vanguardismo y sus derivadas alternativas expresivas. Cuando Petipa fija la estructura inamovible del pas des deux, dejaba claro que el dúo en danza no era cosa de "zurcir y tararear": hay paso a dos, pues ambas partes son importantes y ambas deben significar en el entramado de los hechos y en la acción dramática-cinética presencial de la coreografía. Acción como sentido, como transformación generativa, no solo como acontecer. Acción que revele la información contenida en el movimiento. De eso se trataría: advertir, anunciar, dialogar con el lector-espectador desde el acto expresivo que es la encarnación y escenificación de la danza.
En ese sentido, los organizadores del 15 DanzanDos han apostado este año por el desafío que implica el adaptarse a nuevos espacios, ir hacia una creatividad sin fronteras. La convocatoria está abierta a todas las formas y estilos posibles que encuentra la danza para tramar hoy en día el baile y la coreografía en dúo. Invitación a coreógrafas, coreógrafos, bailarinas y bailarines, a artistas del performance y accionismo corporal para retarse a sí mismos a través de la reinvención de espacios, modalidades y modos creativos; siempre que el pensamiento descolonizado de “lo danzario”, sepa volverse acto transformador eficaz de la danza, su imaginario, su espacialidad y tiempo en dueto.
Bases del concurso:
Propuestas coreográficas para dos intérpretes.
Las coreografías tendrán un máximo de diez minutos de duración.
Pueden presentar dúos para espacio teatral habitual y para espacios abiertos.
Enviar al Comité Organizador una muestra en video formato MP4 del trabajo hasta del 30 de septiembre, cierre definitivo de la convocatoria.
Deben incluirse los datos generales de la propuesta (título, tiempo de duración, música, necesidades técnicas básicas); así como los créditos de autoría de la coreografía y sus intérpretes.
El Jurado estará integrado por prestigiosas personalidades de la danza, su decisión será inapelable.
Se premiarán las mejores coreografías e interpretaciones.
Cada participante se autogestionará los gastos de transportación, alojamiento y alimentación.
El Comité Organizador asume la transportación interna y ofrece opciones de hospedaje, previa coordinación. La cotización es de 3500 pesos MN diarios por persona.
Como es habitual, la agenda del Concurso Nacional de Coreografía e Interpretación DanzanDos ofrecerá un sistema de clases magistrales, talleres y otras actividades formativas que enriquecerán la experiencia cultural e interrelación profesional de todos los participantes. Por segunda ocasión, se extiende la invitación a las escuelas de Nivel Medio de Danza y Ballet de todo el país a través del certamen “DanzanDos en la Academia”.
DanzanDos 2024 es celebración al sesenta y cinco cumpleaños de la compañía Danza Contemporánea de Cuba, así como al coreógrafo José Antonio Chávez y al bailarín Alfredo O’Farril, Premio Nacional de Danza 2023 y 2024, respectivamente.
Si bien el término dúo proviene del italiano duetto ("composición musical a dos voces"), en la danza, el bailar en dúo, el socorrido pas de deux, el dueto, el paso a dos, son definiciones sustantivas del hecho que implica para dos danzantes el actuar juntos, en acople, ensembles. Tanto en el original italiano del dúo como composición musical para dos intérpretes en la que ambas partes tienen la misma importancia que la pieza misma; en la danza (aun distinguiendo coreografía de interpretación como campos distintos), por igual ambos danzantes poseen idéntica jerarquía y significación dentro de las grafías que entre cuerpo, tiempo y espacio se tejen en su baile. Y como suele ocurrir en la música, que a menudo una composición que involucra a dos cantantes o dos instrumentistas, se diferencian la armonía en que los intérpretes se turnan para interpretar una sección solista en lugar de actuar simultáneamente; en el baile a dúo también acontece. Ah, notorio es que esta itinerántica danzante no sea comodato insustancial del entramado movimental bailante. De ahí que el arte coreográfico sea un acto de tamaña y meticulosa responsabilidad.
Con todo y más, a través de la evolución de los aconteceres escénicos, los dúos siempre han formado parte de estructuras dramáticas, de los ballets y las óperas, al baile de salón. Las óperas de principios del siglo XVI que incluyen duetos durante toda la representación a la Italia del siglo XVII, donde los duetos se utilizaban a menudo en escenas cómicas de óperas serias. En la Francia barroca, el dúo era popular en tragedias, como canciones de venganza y confrontación. El dúo de amor se caracterizó por cantar en estrechas armonías de terceras y sextas, simbolizando la unidad tras el conflicto. Así, la escena balletística llega con Petipa a la definición más exacta, rigurosa y geométricamente pensada, de lo que significa bailar en dúo. Sí, con el artista marsellés anclado en la Rusia zarista, el pas de deux se transformó de objeto dancístico en sí mismo a objeto de triunfo cultural. En el tejido de las interrelaciones que emergen de la experiencia dancística, y quizás fuera de cualquier guiño seductor, en el “baile de dos” propuesto por el maître francés, se buscaba cierto acercamiento abstraído sobre la experiencia de contacto con el otro, así como sus implicaciones en el proceso creativo.
Parecería que el legado de Petipa aún hoy después de tanto ir y venir en materia de calco, negación, reinvención dentro y fuera de la creación coreográfica, sigue significando bien y mucho sobre la multiplicidad de modos de ser en danza. De ahí que, agradeciendo la vocación, suerte de convicción ética, personal y profesional de Lilliam Padrón en su voto por la permanencia del concurso DanzanDos desde los espirales que lanza cotidianamente la vida, Matanzas y la danza misma. En correspondencia, es oportuno sumarnos a la venidera fiesta, todas y todos en variedad de nuestros compromisos, ocupaciones y misiones creativas, institucionales y acompañantes del evento. Anótese que nos referimos a la edición décimo quinta del único certamen que junta en concurso y acento propiciatorio movilizador a quienes hoy seguimos el reto por ser tribuna de lo que, a dúo, puede mostrar la danza de esta rica tierra. Sumatoria con el deseo de que más allá de las puertas que pudieran abrirse y cerrarse, el pensamiento se desate sin límites y haga de cualquier lugar, un set ideal para bailar en dúo. Ojalá Matanzas siga dejándonos persistir en la constancia de danzar una y otra vez. Y una y otra, desafiar el baile que se trame alrededor del buen decir del cuerpo siempre que el dúo revele la complicidad de sus danzantes.
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