David Faya, a golpe de jazz en conciertos Estamos Contigo


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David Faya es uno de los bajistas cubanos más prolíferos de los últimos tiempos. Perteneciente a una generación de jóvenes músicos que recrean, desde las estéticas del jazz y la música cubana, una propuesta auténticamente versátil, resultado de la combinación de sonoridades contemporáneas caracterizadas por el uso de códigos musicales que llegan de diversas culturas y se compenetran perfectamente con los géneros tradicionales de la música cubana.

Él llegó a la serie de conciertos de Estamos Contigo muy bien acompañado por dos grandes músicos: Miguel Ángel García (a.k.a wiwi) al piano y Reinier Mendoza Valdés en el drums. Dos amigos que siempre lo acompañan, para juntos crear un ambiente de disfrute constante por lo que hacen. El escenario se viste elegante y la música encuentra cobijo divino.

Jugando fue el primer tema que presentaron en el concierto. Clave de guaguancó, ritmo de latin, melodías expresamente hermosas desarrolladas a través de progresiones armónicas típicas del jazz, cambios tímbricos al piano e improvisaciones constantes son testigos de la destreza musical que desarrolla este emsemble.

La creación in situ es uno de los elementos característicos que admiro del jazz. Jugar instrumentalmente con los contratiempos, con los acordes de 13na, los suspendidos, sustitutos, II-V-I, escalas modales y mucho más, fue clave constante en estos ocho primeros minutos del concierto.

Las influencias que de los sonidos del mundo oriental se ha captado por el arte musical cubano crece con los años. De la experimentación armónica, las horas de estudio fusilando melodías árabes y asiáticas que desde siempre han existido dentro del imaginario sonoro del cubano, nos llega Pentafoneando.

Este tema, al igual que el anterior, es ejemplo de la exactitud sonora y virtuosa de los tres músicos que están en escena. Importante resaltar el trabajo de acompañamiento, donde cada uno de los integrantes del ensemble conoce su rol, sabe en qué momento destacar, en qué momento rellenar armónica y melódicamente los espacios. Es música de detalles, de motivos conjugados por el buen gusto y el hacer de sus creadores.

Soy fanática de los danzones jazzeados. Pudiera estar una noche entera escuchándolos sin descanso. Por eso, Viejo Danzón, el último tema de este concierto, ha sido mi favorito sin duda alguna. He recordado lo mucho que extraño escuchar un concierto de jazz cubano en vivo, de ir a los jam session en Fábrica de Arte o a los encuentros nocturnos en el espacio ancestral de La Zorra y el Cuervo.

Melódica y rítmicamente es muy tradicional. A través de la recreación armónica, característica del trabajo sonoro que vienen haciendo estos músicos dentro de sus carreras durante años como solistas e instrumentistas, se renueva la propuesta sonora; una que es virtuosa, efectista y altamente musical.

No dejar perder la tradición es importante, y ellos lo logran magistralmente. El estilo del danzón cubano más añejo  se despierta aquí, donde la melodía al piano es protagonista de los minutos. Los cierres de frases típicos, el tumbao echao’ pa’ atrás, los latin y el "cha"donde van, la síncopa y los tresillos que contra dan fuerza, lo modernizan.

Sinceramente, las expectativas que tenía con este concierto se cumplieron con creces. Ojalá y pronto podamos disfrutar, sin miedos, de todas estas excelentes propuestas  en directo. Es vital y necesario para que las melodías antiguas revivan y la buena música sobreviva al tiempo y a los espacios.


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