En la calle Trocadero, entre Industria y Virtudes, del capitalino municipio de Centro Habana se encuentra un inmueble de tres niveles construido en 1929 bajo el proyecto del arquitecto Emilio Juncosa. Desde su inauguración, y hasta 1976, vivió en uno de sus apartamentos José Lezama Lima, el genuino autor de Paradiso (1966) y Oppiano Licario (1977), el poeta y crítico de arte, el intelectual que sin dudas se reveló como una de las más significativas voces de la literatura cubana del siglo xx, reconocimiento que avala la apertura en ella de la Casa Museo José Lezama Lima el 30 de junio de 1994. Por los valores arquitectónicos e históricos reunidos en este edificio, en sesión de la Comisión Nacional de Monumentos correspondiente al 10 de diciembre de 2010, se concedió a dicho inmueble la categoría de Monumento Nacional, inscribiéndose por ello en el Registro Nacional de Bienes Culturales de la República de Cuba como parte del Patrimonio Cultural de la Nación.
Sin embargo, la Casa José Lezama Lima no solo protege, conserva y divulga el tesauro vinculado al ilustre escritor, sino que además propone en sus espacios el diálogo con el latir de la cultura contemporánea desde diferentes manifestaciones del arte y la cultura. La exposición del artista de las artes plásticas David Rodríguez La Rosa, bajo el nombre Personal Details, da muestra del alcance de este museo en la vida sociocultural de La Habana. ¿Podría considerarse Personal Details como un documento histórico de la contemporaneidad? ¿En qué medida el Museo Lezama Lima exhibe un discurso que en lenguaje moderno penetra en la historia sociocultural cubana desde una perspectiva de historia de vida? Del valor documental del arte la doctora Adelaida de Juan subrayaba la reiteración de Marx y Engels al confesar haber aprendido más de economía con La comedia humana de Balzac, que con los textos de historiadores y economistas de la época, mientras el historiador Jorge Ibarra centra su atención en la plástica de la vanguardia para un análisis psicosocial del cubano en la República Neocolonial. Aproximémonos a Exclusivamente personal tras las huellas de un documento, mas apuntemos antes que su autor, David Rodríguez La Rosa, posee sustanciales lazos con la conservación y restauración patrimonial.
Graduado de la especialidad de pintura en la Academia San Alejandro en el 2008 David se interesa por la intervención de bienes muebles e ingresa en el 2009 a un curso de materiales pictóricos en el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología con sede en el Convento de Santa Clara en La Habana Vieja, optando con ello por devolver al tesauro de la red de museos el prístino esplendor, tarea que requiere del noble principio de penetrar en los intersticios de la producción de varios autores del pasado —en no pocas ocasiones anónimo—, a lo que habría que añadir la complejidad de esta labor no solo por la diversidad de materiales y técnicas a tratar sino también por la heterogeneidad de temáticas que pueden presentarse.
La profesionalidad y ética puesta en práctica durante el desarrollo de acciones de conservación de monumentos en el 2011, como el que erigiera el Ayuntamiento de La Habana en memoria de Francisco de Frías y Jacott, Conde de Pozos Dulces (1809-1877), a quien debemos la concepción y trazado de El Vedado, conjunto emplazado en el parque que limita las calles L, 9 (Línea), K y 7, en dicho reparto; así como la restauración de un conjunto de obras de Ramón Loy pertenecientes al Centro Provincial de Patrimonio de La Habana para el proyecto expositivo Loy, desde el largo sueño del olvido (2014); evidencia el contraste del quehacer de David con obras tan contemporáneas como la decoración de interiores del Hotel Las Morlas en Varadero (2012), las piezas presentadas y premiadas en el Salón Panorama 42 en el 2007 y 2008 y la muestra personal La otra parte del silencio (2014) que presentara en la Galería Fresa y Chocolate del ICAIC en el 2014. Debió fomentar la conexión con el universo patrimonial su activa participación en los montajes de los museos municipales del Cotorro, Guanabacoa, Marianao y San Miguel del Padrón durante el 2011, al tiempo que constataba, durante el manejo de sus colecciones, la potencialidad de los exponentes para explicar modos de vida del pasado, más allá de la naturaleza y los rasgos estéticos que le acompañan.
¿Cuánta de esta práctica está en Personal Details? Se percibe en esta muestra la combinación de la experiencia del trabajo con lo patrimonial y la moderna visualidad que permite el uso de técnicas y materiales de este tiempo. De modo que se presenta ante el receptor una obra cuyos destellos de atracción pueden tener por origen el conjunto, es decir, la composición total; o cada una de las partes que la definen. Quedar atrapado en una de las fotografías digitales, uno de los collages o una de las instalaciones aquí reunidas no resulta difícil en tanto reina en la muestra un sistema iconográfico que no distingue espacios o zonas culturales porque a todas atiende y responde. Junto a un detalle que desborda el franco apego al estereotipo —y quizás precisamente por ello— para erigirse en signo capaz de desencadenar el diálogo entre pasado y presente, coloca David un elemento que solo podría interpretarse desde la hermenéutica, desde ámbitos cuya complejidad transita desde una psicología individual a la psicología social; si se trata de un discurso motivado por la praxis vital del autor, lo cierto es que en lo connotativo deviene un texto cuya pluralidad encuentra entendimiento en cualquiera de nuestros sectores sociales.
Conceptualmente asistimos a una muestra esencialmente autorreferencial que, como la “historia de vida” en la historiografía, podría ser entendida como testimonio social de auténtica valía. La familia y su rol en la formación de valores; la relación entre profesión —más pintor que restaurador en este caso— y la “correspondiente” retribución económica; los procesos de continuidad y ruptura ante una formación filosófica e ideológica; la interrelación de planos a los que cotidianamente asistimos al margen de barreras entre lo culto y lo popular o la dicotomía entre el deber ser al que nos convoca la vida; son algunas de las razones para saber buscar —y encontrar— en Personal Details un documento histórico.
No es casual el uso de las manos como referente personal en la obra Tensión. En ella, además de encontrarse las huellas dactilares que como ADN nos presentan en íntegra identidad, está el signo del trabajo y la magia individual de expresar preferencias y actitudes. Acompañan a las manos, más allá de ámbitos culturales, un lenguaje que solo las ligaduras —al decir de la zorra en El pequeño príncipe— pueden descifrar con certeza; téngase en cuenta que recae en las manos el anuncio de la elección, el acto de tomar un objeto y no otro, de preferir un tabaco “Crédito”, un cigarro “Criollo” o un “H. Upman”. Tensión es más que la ansiedad que asiste al fumador, es un himno al derecho de la unidad como concreción de las diferencias, razón por la cual desafiando el espacio para disfrutarla a plenitud y obviando el hecho de que formara parte de la muestra La otra parte del silencio (2014), diera la bienvenida al público en la Casa Museo Lezama Lima.
Completan Personal Details, en la técnica del collage, las piezas Documentos históricos, Un cúmulo de ideas y Economía artística o La regla de oro. Síntesis intergeneracional de modos de concebir la historia y el desarrollo del hombre; maneras de asumir patrones que heredados de nuestros padres se revelan inoperantes ante cambios de las coordenadas, dialéctica que desborda el haber nacido en 1982 porque forma parte indisoluble del camino transitado por la realidad cubana a lo largo de su historia. Si intentar equilibrar tipos de monedas resulta una operación dictada oficialmente por la economía, en el ámbito cultural es un hecho subordinado en su plenitud al espacio y las circunstancias de la operación y, por tanto, coloca a la regla de oro en el campo de la habilidad comercial, más que en el derecho comercial.
Singular alcance tiene la fotografía digital al combinar en soporte tecnológico de primera línea dos de las unidades básicas en la vida del cubano. Por un lado, el pan en su porción no genérica, sino en el de canasta básica bajo el título Identidad de la dieta; por el otro, la moneda de cinco centavos como su valor de cambio, Huellas. Ante el exportador, ambos elementos se desnudan como vestigios arqueológicos. Se distingue también en esa técnica la imagen de una Caribbean Transfers, bajo el nombre Ideas vacías. Dos instalaciones cierran la exposición, Introducción y La cima de la sabiduría, ambas regodeo de una retórica universal atemperada a la isla.
David no es aquí solo el confesor de su formación y travesuras personales, sino también la voz de una generación de creadores que en franco proceso de encuentro y desencuentro legan desde su profesión un testimonio de nuestra realidad, un documento al que tendremos que volver en el futuro, una mirada al alcance de todos en la Casa Museo José Lezama Lima.
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