El Complejo Histórico Morro Cabaña fue la plaza del encuentro “Niños, autores y libros: una merienda de locos”, evento teórico sobre literatura para niños, adolescentes y jóvenes que todos los años la Editorial Gente Nueva realiza en el marco de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Muchos fueron los temas a debatir en el encuentro, entre ellos las problemáticas relacionadas con la diversidad sexual y la racialidad. Con sede en la Sala Dora Alonso, se conversó también sobre la producción literaria infanto-juvenil cubana y universal y la necesidad de poseer un catálogo que realmente cumpla con las expectativas de este sector del público, y en el caso de los niños, que sean didácticos sin dejar a un lado el tema estético.
“No hay estudios de mercado. El libro no es llevado al lector. Se pone en una librería y se compra bien y si no tan bien”, dijo en el panel el literato cubano Maikel José Rodríguez Calviño en Sala Dora Alonso de La Cabaña. “Muchas veces escribimos sin saber qué quieren leer los lectores. Trabajamos a ciegas”, reconoció.
Para los participantes en el panel, la literatura infantil ha de ser, sobre todo, respuesta a las necesidades íntimas del niño. Y su acción se ejerce preferentemente por contacto, aprovechando su potencial lúdico, sin explicación y sin instrumentalización.
Según el escritor un tema de preocupación es que los estudiantes no conocen al escritor cubano que vive en su esquina. “No están en los planes de estudio. Me parece bien que se estudien a los clásicos, eso es cultura, pero tiene que ir acompañado de los escritores cubanos que están escribiendo de sus horizontes”.
En el panel se habló de la importancia de diferenciar la literatura para niños, adolescentes y jóvenes, tanto en la producción como a la hora de ser premiada.
Al respecto, la escritora cubana Nieves Cárdenas López, quien dirige la sección infantil juvenil en la UNEAC, comentó que siempre se piensa en una élite cuando se conforman los jurados, y este “tiene que tener experiencia y voces nuevas. Hay que balancear las tendencias para que haya discrepancia en el jurado”.
Sobre el hábito de lectura, Rodríguez Calviño es de la opinión que esta no se ha perdido. “Los jóvenes leen constantemente en el móvil. Pero si no tenemos buenos mediadores como bibliotecarios y profesores, el hábito se pierde”. De igual modo, dijo que el padre compra lo que cree que su hijo quiere leer. “Hay que preguntarle a los niños y en ese empeño respetar la diversidad”.
Se debatió también sobre la escasez de propuestas novedosas e incluso la necesidad de potenciar la redición de clásicos de la literatura cubana y universal, principalmente la destinada a los jóvenes y adolescentes. Por otro lado, se habló sobre la sexualidad, raza y religión en la literatura infantil frente a los nuevos extremos y sobre el libro de papel a más de 20 años de anunciada su muerte.
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