“Debemos comenzar a crear la sociedad socialista”, Comandante bolivariano Hugo Chávez Frías


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En la memoria de millones de hijos de la patria de Bolívar continúan presentes, hoy más que nunca, el profundo pensamiento de reivindicaciones y de justicia, y las innumerables enseñanzas de su líder Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, a siete años de su partida física. Y es que “en los tiempos críticos triunfan, por la ley de tabla del naufragio, los virtuosos”, como bien sentenciara nuestro José Martí. (1).  Virtuoso que hizo de la construcción del Socialismo su labor fundamental como político y gobernante.

Y es que desde 1998 en que resultó electo –por vez primera–, Presidente de Venezuela hasta su partida física, y aún hasta la fecha bajo el mandato de otro gran bolivariano seguidor de Chávez, Nicolás Maduro Moros, el Gobierno Bolivariano ha sido objeto de las más criminales acciones agresivas por parte de la derecha de ese país, financiada y apoyada por las distintas administraciones norteamericanas, y consolidando posiciones de mando a partir del 2016. Desde entonces elementos de la contrarrevolución y del mercenarismo venezolano han tratado de llevar a vías de hecho distintos proyectos con vista a socavar las conquistas políticas, sociales y culturales de la Revolución Bolivariana. Todas ellas, como es sabido, han provocado en distintos momentos acciones de desestabilización económica, además de un férreo bloqueo económico, financiero y comercial dirigido y apoyado por las administraciones de Washington.

Rememoremos algunos de sus diálogos televisivos dirigidos al pueblo venezolano en el programa Aló, Presidente, los que ya forman parte de la historia económica, política y social de ese país, al incluirse –programa tras programa–, en un volumen titulado Hugo Chávez Frías. Aló Presidente Teórico (2), prologado además por el actual mandatario Nicolás Maduro Moros.

Recordemos algunos de esos diálogos entre el amigo y fraterno Presidente y su pueblo:

“(…) El capitalista ve esto, no como nosotros. Él ve una cama aquí, una litera…y lo que ve es esto: dólares, bolívares, dólares. Lo de él es eso, plata y cuánto vale. Y entonces resulta que todos los productos elaborados por la magia del trabajo del hombre, del ser humano, terminan convertidos en mercancías, y ya no están regidos por el valor de uso. Nosotros le damos valor a esta mesa por la utilidad, por el uso que le vamos a dar, por la necesidad que tenemos de ella, de una cama, de una litera, de una casa…El capitalista le da otro tipo de valor, que es el de cambio, que no tiene nada que ver con el de uso, ni con el de producción que parte de las manos del trabajador (…) Es para volverse rico, es la ambición materialista individual, la riqueza materialista. Y todo esto ha perdido el mundo. Vean las crisis que ocurren en el mundo. ¿Por qué aquí no se sienten? Porque existe una Revolución, porque llegó a tiempo una Revolución Bolivariana y todas las medidas anticrisis que tomamos están cumpliendo su función (…) Aprendamos que el valor de uso es el que tenemos que recuperar como concepto y como praxis, su utilidad para la sociedad, para la familia, para el individuo (…) Vamos a darle más valor a la utilidad de las cosas y vamos a quitarle magnitud al valor de cambio, porque nosotros mismos terminamos en el capitalismo siendo categorizados como un valor de cambio. Así estaremos reduciendo uno de los códigos fundamentales del capitalismo” (p. 96).

“(…) Ellos son profesionales de una profesión que es un apostolado, la Medicina. El médico debe estar ahí, donde está el pueblo, médicos para la vida, no médicos para la mercancía. Médicos para el Socialismo, médicos para la felicidad de un pueblo “(p. 156).

“(…) El Socialismo, decía Carlos Marx, lo que busca es que el ser humano individual, desarrolle el máximo de su potencial. Si tú lo desarrollas, el otro, la otra, la sumatoria del potencial individual no va ser sumatoria, ni siquiera va a ser multiplicación, va a ser multiplicación del poder colectivo, de los poderes creadores, los poderes milagrosos del pueblo. Entonces, fíjate, cuando yo hablo del ámbito moral es para que el pueblo, la Comuna tenga el máximo poder moral; valores, valores humanos, los valores del Socialismo, del verdadero Cristianismo, para los que somos cristianos”. (p.96)

“Por ahí vino un amigo de otro país a ver lo que aquí pasaba y después de varios días conversé con él, y me dijo: Hugo, es riesgoso que la vanguardia del proyecto sea lo económico, si eso no va acompañado de lo moral, de la conciencia…Agrego yo: del deber social (…) Yo creo que el razonamiento de este amigo mío es válido, solo que agrego lo siguiente: nosotros vamos a seguir financiando proyectos, inyectémosle a ese proceso, en una dosis muy grande la conciencia del deber social pero para demostrarlo, no para decirlo, para hacerlo, y además inyectémosles la formación política (…) Seamos como Bolívar, seamos como el Che, seamos como Manuela Sáenz, seamos verdaderos humanos, pues potenciemos los valores humanos, he allí lo social para resumirlo (…) El moral es el primero; el segundo, el social, la igualdad; la igualdad, lo dijo Bolívar, la piedra fundamental de nuestro sistema descansa en la igualdad establecida y practicada en Venezuela, donde estemos, en el territorio de la Comuna, todos debemos ser iguales y practicar la igualdad. No sólo pregonarla, debemos comenzar a crear la sociedad socialista”. (74-75).

“(…) Seamos como Bolívar, seamos como el Che, seamos como Manuela Sáenz, seamos verdaderos humanos, pues potenciemos los valores humanos, he allí lo social para resumirlo (…) El moral es el primero; el segundo, el social, la igualdad; la igualdad, lo dijo Bolívar, la piedra fundamental de nuestro sistema descansa en la igualdad establecida y practicada en Venezuela, donde estemos, en el territorio de la Comuna, todos debemos ser iguales y practicar la igualdad. No sólo pregonarla, debemos comenzar a crear la sociedad socialista”. (p.76).

Ciertamente, su partida ha sido física pero, lo fundamental en él está vivo en el ejemplo cotidiano de su pueblo, en sus valores humanos, en la sonrisa de cada niño, de cada mujer evocadora de la Manuela Sáenz, de su fuerza uniformada trasgresora en tiempo y espacio de aquellos jinetes guerreros –lanceros y con pobre armamento–, cruzando peligrosos desfiladeros y llanuras de la geografía venezolana, colombiana, ecuatoriana…en su infinita amistad y solidaridad con Cuba y su pueblo, y en sus lecciones martianas y fidelistas.

 

 

Notas:

(1)José Martí. O. E. Cuaderno no. 18. Tomo 21, p. 384.

(2)Aló, Presidente Teórico. Hugo Rafael Chávez Frías. Instituto de Altos Estudios del Pensamiento del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías. Imprenta de la Cultura, Caracas, Venezuela. Febrero, 2017.


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