Desde los años treinta del pasado siglo detectamos la presencia de la cultura campesina cubana en la dramaturgia, la cinematografía (1) y la radio, quien con sus cadenas de cobertura nacional la propagó por toda la Isla.
Ni el modelo de radiodifusión con fines mercantiles vigente hasta 1959, ni el menosprecio hacia nuestro campesinado, ni la fundación de la mayoría de las televisoras en las principales capitales de provincias impidieron que numerosos proyectos mediáticos fundieran lo estrictamente artístico-cultural con la crítica social.
Por muchos años la publicidad se apropió de sus símbolos para identificar una zona importante de las raíces de nuestra cubanía, y entre sus múltiples actividades se recuerdan los escenarios rodantes de las Casitas Partagás ?que recorrían las campiñas?, y las competencias nacionales de controversias (2), donde los bandos Azul y Rojo se enfrentaban en duelo simbólico en los salones de la cervecería La Tropical y en el Estadio del Cerro; desde las cuales, cada fin de año ?primero la radio y luego el video? las difundieron.
Para 1959, importantes creadores e intérpretes cubanos constituían la nómina habitual de sus géneros, a los que consagraron talento y su vida profesional. Algunos ejemplos son Paco Alfonso (actor, dramaturgo y guionista); Justo Vega, Adolfo Alfonso y Jesús Orta Ruiz (poetas, decimistas y cantantes); Sol Pinelli (actriz y directora de programación mediática); Antonio E. Vázquez Gallo (pedagogo, actor, dramaturgo, asesor, guionista y director); Celina González y Reutilio, Radeunda Lima, Ramón Veloz, Coralia Fernández y El Jilguero (cantores) o músicos como Miguel Ojeda y Eduardo Saborit.
La mayoría de ellos coincidían una y otra vez en proyectos diversos, en las radioemisoras, en los canales y hasta en los ideales sociales comunes.
Hoy les propongo un sucinto acercamiento a los poetas que en su periplo mediático deleitaron al campesinado y despertaron hasta en los propios citadinos la admiración y el amor a las controversias improvisadas o a las estrofas nacidas en la intimidad creativa, que luego esparcían los declamadores por doquier.
Justo Vega (San Antonio de Cabezas, Matanzas, 9 de agosto de 1909- La Habana, 13 de enero de 2003). Debutó en la radio en 1934 cantando en el cuarteto Trovadores cubanos.
Recorrió la RHC Cadena Azul, CMQ Radio y CMBF. En la emisora Mil Diez ?hasta 1948, cuando la furia anticomunista cerró la planta? dirigió el Guateque Partagás, donde entabló controversias con Adolfo Alfonso. Cuando en los años 50. CMQ Radio transmitía en tiempo real las competencias nacionales de controversias, ya destacaba entre sus poetas. Con las décimas hizo humor, crítica y sátira política en ferias, verbenas y programas radiales. Hasta 1959, en Radio Cadena Habana, en cada amanecer, despertaba a los cubanos con lo más criollo de nuestra campiña.
Desde 1962, en la revista musical televisiva Palmas y Cañas, integró con Adolfo Alfonso un dúo de repentistas sin par. Allí perfeccionó su décima partida ?interrumpida antes de culminar los diez versos y que recibía respuesta?, formato propagado al universo desde 1980, cuando ambos viajan a España; y luego multiplicado en México, Perú, Panamá, Venezuela e Islas Canarias. (3)
Por su talento, personalidad, lealtad y gentileza le llamaban “El caballero de la décima”. En su honor se constituyó, tras su fallecimiento, el Concurso Nacional de Improvisación.
Adolfo Fernández González (Adolfo Alfonso. Melena, La Habana, 8 de julio de 1924- ?). Su infancia transcurrió en Güines, cuando tenía diez años la familia se traslada a la capital. Con 14 años cantaba guajiras y tangos en la CMBF.
Muy pronto la improvisación le sedujo, y con ella recorrió la CMBZ, Radio Salas; la RHC, Cadena Azul; la Mil Diez y aquella CMQ Radio que inauguró la práctica del público presente en el estudio radiofónico mientras se emitía el programa.
Desde los años cuarenta hizo controversias diversas en canturías y programas radiales: con Celina González y Radeunda Lima desarrolló controversias deportivas en la RHC, Cadena Azul; en la Mil Diez, con Justo Vega, Benny Moré y el Trío Matamoros; en CMQ Radio con Los cantores de Ariguanabo, Chanito Isidrón y el Trío de Miguel Ojeda; con Clavelito en Rincón Criollo y en Cuba; y sus canciones junto a Ramón Veloz, Coralia Fernández y el locutor Agustín Roquefuentes. Hasta 1959, en Por el campo y la ciudad (Unión Radio) junto a Rigoberto Rizo, hizo décimas políticas gracias a que la censura menospreció a sus audiencias.
Estuvo entre los fundadores del Canal 6 (CMQ TV), pero entre 1956-1958 se hizo famoso los domingos a las siete de la noche con El guateque de Apolonio (Canal 2. Telemundo), donde cantó e interpretó al Manengue, la contrafigura del Liborio que actuaba Jesús Orta Ruiz.
En la televisión pública cubana, en Palmas y Cañas ?desde 1962 y por más de veinte años? compartió con Justo Vega los retos lingüísticos, la agilidad mental, la respuesta ágil y el humor. Ese humor que emplazaba sin ofender; que era popular y cubano pero carecía de grosería, y donde afloraba fresca y auténtica una tradición que ellos renovaban cada semana desde el estudio televisivo o la cooperativa campesina.
Sabio Jesús Orta Ruiz (4), El Indio Naborí (5) (Finca Los zapotes (6), 30 de septiembre de 1922- La Habana-30 de septiembre de 2005). De niño, cantaba e improvisaba versos en las canturías y de adolescente publica sus primeros poemas en Cooperación, un periódico local, donde también se estrena como periodista.
Los exiguos registros sobre su periplo mediático inicial solo informan que desde 1948, en CMQ Radio, escribía décimas informativas ?noticiero en versos? de frecuencia diaria y de su activa participación en la Emisora del Pueblo Cubano (Mil Diez).
Entre 1956 y 1958 escribió dos guiones semanales para El guateque de Apolonio (Canal 2. Telemundo): uno para la censura, y el otro ?representado ante las cámaras? en difusión directa al aire. Allí, quien desde 1957 ya se reconocía como autor de varios libros con décimas de temáticas campesinas, intimistas, patrióticas y certero periodista de la revista Bohemia (6), vuelve a sus raíces de repentista agudo y osado; esta vez con su peligrosa crítica política que enfrenta a la dictadura.
Durante los primeros años de la Revolución colisiona la gran mayoría del pueblo que respalda al Gobierno Revolucionario, sus leyes y medidas, con la reacción que intenta retornar al pasado, y se sucedían importantes acontecimientos. En este entorno, la poesía revolucionaria de Naborí se esparció por múltiples escenarios.
¡Cómo olvidar el primer ejemplar de 1959 de la revista Bohemia donde aparece su famosa Oda al Primero de Enero, día del triunfo de la Revolución. Ese año también escribió guiones televisivos sobre temáticas sociales antes vedadas; también para Ocurrió así, a las 11.40 a.m., en CMQ Radio.
Desde 1960 se inaugura en CMQ Radio (7) — dirigido por Raúl Valdés Vivó— el noticiero Venceremos. En abril de 1961, tras la invasión mercenaria a Playa Girón, surge el espacio El poema del día; donde la actriz y poetisa Alicia Fernán declama diariamente una de las poesías-crónicas de Naborí, que narra desde la sensibilidad poética un suceso importante de la actualidad nacional.
Al día siguiente en el periódico Hoy (8) —para quien el poeta escribía artículos—, la sección Noticias de Hoy; crea Al son de la historia, donde el poema estrenado en la radio transita al papel. Naborí mantuvo ese ritmo diario hasta 1965, cuando otras responsabilidades le hicieron espaciar sus colaboraciones. (9)
Durante la invasión mercenaria a Playa Girón, fue corresponsal de guerra y escribió poemas como La elegía a los zapaticos blancos. Casi en paralelo, apoya con su obra y su actuación directa a la Campaña Nacional de Alfabetización, integrándose a las brigadas artísticas que promovieron esta gesta cultural en todo el país durante meses.
En 1962, cerró su ciclo fecundo de periodista empírico, graduándose en la Escuela profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling.
A principios del año 2005 disfrutó intensamente la XIV Feria Internacional del Libro de La Habana, dedicada a su obra. Poco después fallece, dejándonos su obra y un ejemplo patrio perpetuo.
Mucho habría que decir de estos grandes de la cultura cubana que propagaron estas expresiones culturales desde nuestros medios de comunicación, afianzaron el respeto y el amor por estos valores autóctonos y se ganaron el cariño y la admiración de todo un pueblo. Hoy, agradecemos su legado.
NOTAS:
(1) Antes de 1959, la industria cinematográfica cubana no se había consolidado. No obstante, en la cifra reducida de filmes realizados, varios de ellos reflejaron la cultura campesina; como en Rincón criollo.
(2) Llamadas también “concentraciones culturales”.
(3) Cuando un cubano emigrado dio como pie forzado la frase “Entre Machado y Fidel” —comparando de forma provocativa al líder de la Revolución cubana con un infausto dictador republicano cubano— la respuesta en verso del dúo fue tan contundente, que los espectadores presentes en el Teatro Benito Pérez Galdós; respondieron con ovaciones.
(4) Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez (1960).
(5) Nombre artístico inspirado en denominación de una de nuestras tribus aborígenes. También firmó su obra como: Jesús Ribona, Juan Criollo y Martín de la Hoz.
(6) Actual Municipio San Miguel del Padrón.
(7) Sus textos periodísticos se calculan en más de 700. Los poemas publicados en Al son de la historia, entre 1961-1967, superan los 2000 poemas; patrimonio cultural de la Revolución, merece rescatarse en texto independiente.
(8) Luego Radio Liberación y finalmente, Radio Rebelde.
(9) Periódico de los comunistas cubanos. Precedente de Revolución y del actual Granma.
(10) Años también lo hace en el Periódico Granma.
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