Artista plástico cubano que ha encontrado en el grabado un medio de creación, y una forma de abordar otras manifestaciones que han contribuido a legitimar sus producciones artística. La capacidad con que se apropia de fachadas arquitectónicas, son un rasgo que distingue su obra; siendo las problemáticas sociales y culturales la sustancia de su discurso.
- ¿Cómo llegas al mundo del arte?
Desde muy pequeño, tenía apenas 8 o 9 años y aunque mi mamá no tuvo la visión, pues provengo de una familia muy humilde, que no tenía una vasta cultura en lo que respecta a las artes plásticas, mi padrastro y una amiga de mi madre fueron los que vieron en mí, ciertas actitudes. A raíz de esto, comencé a asistir a cursos y luego me presenté varias veces en San Alejandro, hasta que finalmente al tercer intento entré por el curso de 12 grado.
- ¿Por qué el grabado como expresión artística?
Tenía un amigo, Néstor, que me ayudó mucho en lo que fue mi formación en San Alejandro. Él me comentaba que el grabado era un poco más experimental que la pintura, que podía abrirme más la visión hacia las artes plásticas, y que formar parte del Taller Experimentar de Gráfica de la Habana, me daría otras posibilidades para luego pintar y hacer trabajos con texturas.
- Haz transitado por varias técnicas en busca de un lenguaje que te defina y con una estética propia dentro del discurso plástico actual ¿coméntame sobre estos cambios, y como sientes que has avanzado en tu obra?
Empecé haciendo litografías y luego monotipias. Posteriormente entré como en crisis, porque quería crear con esta última técnica una especie de pared y no lograba hacerlo, fue entonces que me incliné hacia la colagrafía. Me sentí identificado íntegramente con ella, por el hecho de poder construir y de crear cual si fuera un albañil las fachadas que actualmente estoy haciendo.
- Dentro de las fachadas, descubres emociones y edificaciones importantes de La Habana. ¿Por qué eliges esta ciudad?
Nací en La Habana. Vivo en un barrio humilde, en donde siento y veo todo el tiempo el deterioro de la ciudad y las necesidades de su gente, esto me llama la atención y es lo que llevo a mi trabajo.
Hago una especie de denuncia y crítica, pues me afecta ver como mi ciudad cada día envejece y la conciencia de arreglar las cosas no es lo que prima.
Quizás para muchas personas es algo romántico venir a mi país y fotografiar una construcción al límite del deterioro; pero para mí no, porque sé que dentro viven personas, que quizás tengan sus almas tan desbastadas como sus casas.
- ¿Hay algún artista en el que te hayas inspirado para realizar su obra?
No. En el concurso Belkis Ayón conocí a muchos colagrafos muy buenos, pero nadie que estuviera haciendo lo que yo, trabajar con las fachadas. Simplemente he estado creando crisis a nivel personal y experimentando con la técnica.
- ¿Qué es lo último que vienes haciendo?
Esa es una pregunta que me he estado haciendo, por el mero hecho de trabajar en el taller donde he crecido artísticamente. Los grabadores suelen quedarse un poco congelados en el tiempo, por el hecho de que con una matriz pueden estar imprimiendo esa pieza durante 20 años.
He estado todo el tiempo en una especie de inquietud por no quedarme en ese congelamiento como grabador. El taller tiene un nombre, y es Experimental de Gráfica. Para mí es una ironía el nombre del local en contrastación con lo que se hace dentro, pues dista mucho de lo experimental. Todo es muy tradicional, y un poco que quise romper con eso, para que se dieran cuenta de lo que se puede hacer con el grabado. De ahí surgió la idea de los tornillos, y apoyándome en la xilografía que es todo el tiempo en blanco y negro, quise lograr una visualidad parecida usando elementos que aluden al negro.
También estuve trabajando un tiempo con Orlando Montalbán, él fue uno de mis impulsores para romper con lo que estaba haciendo. Mucho tiempo pasamos los dos conversando como podíamos hacer algo más con el grabado, y surgió el rinoceronte que está en la pared de la galería del taller. Luego seguí cocinando en el taller de mi mente e hice cosas con corcho y ahora las maquetas.
- ¿Qué materiales utiliza para la maqueta?
Trabajo con material reciclado. Para mí sería un facilismo ir a una carpintería y comprar la madera. Buscar en la calle es algo romántico de mi parte, soy como un constructor que va armando su edificio con sus propios medios, entonces se acaban los recursos, y salgo a buscarlo.
La tónica es hacer más con menos, sin transformar la madera, la uso tal cual como la encuentro y recreo fachadas que representan el deterioro de una ciudad envejecida constructivamente.
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