Una singular muestra fotográfica se exhibe por estos días en la Fototeca de Cuba como evidencia de un arte abierto y sin límites, flexible e inclusivo, que además de su función estética, contribuye a mejorar la calidad de vida de sus hacedores.
Se trata de la expo colectiva Miradas, que aúna veinte fotografías de 19 adultas y adultos mayores amateurs pertenecientes a la Cátedra Universitaria del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana.
Hasta el 3 de agosto el público podrá disfrutar de una multiplicidad de enfoques, significados y sensaciones que sobre la vejez nos ofrecen un grupo de adultos de la tercera edad. Así, a través del lente se nos revelan conflictos, alegrías, incertidumbres, sueños y añoranzas.
Bajo la curaduría de Lisette Rios Lozano, de la Fototeca, y el fotógrafo Alberto (Chino) Arcos, Miradas se inserta dentro del proyecto Fotográfico-Gerontológico “Diálogo”, coordinado por la Lic. Amarilys Mercedes Torrado Ramos, profesora de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana. Sobre ambas iniciativas, conversó Cubarte con su gestora principal.
¿Cómo surgió la idea del proyecto? En esencia, ¿en qué consiste?
Hace tres años soy profesora y miembro del Comité Técnico Asesor de la Cátedra Universitaria del Adulto Mayor, que es el programa universitario para y con adultas y adultos mayores de Cuba. En ella se realizan diversos cursos en pos de promover la actualización científico-técnica de la persona adulta mayor.
Fundamentalmente, se trata de cursos organizados por adultas y adultos mayores coordinadores de la cátedra en los municipios de la capital o presidentes de las respectivas aulas del adulto mayor. Hace tiempo pensaba crear un curso para ellos que fuera novedoso y posibilitara la introducción de las personas adultas mayores en la creación artística, ya que el arte potencia el desarrollo psicológico y el bienestar en cualquier etapa de la vida.
De ahí surgió, entonces, la idea del Proyecto Fotográfico-Gerontológico “Diálogo”, con el objetivo de introducir a las personas adultas mayores en el arte fotográfico como una vía para el desarrollo personal y social en la vejez y para la creación de un diálogo continuo intergeneracional.
Escogí justamente la Fotografía, al ser de las artes más cercanas a las prácticas cotidianas. Su aprendizaje requiere del conocimiento de requerimientos técnicos que logran adquirirse con una práctica continua. Además, implica el desarrollo de una sensibilidad, que en muchos casos se trata de despertarla, redescubrirla y potenciarla. En términos de temporalidad, los resultados que va teniendo el proceso de aprendizaje se pueden constatar de manera inmediata. Y en términos de recursos, es menos costoso a la vez que se tenga una cámara; nosotros trabajamos con cámaras compactas.
El proyecto fue apoyado por la Fototeca de Cuba y los profesores fueron Lisette Rios Lozano, conservadora, y Chino Arcos (Alberto Arcos Gómez), fotógrafo. El curso-taller de fotografía tuvo una duración de cuatro meses de trabajo que incluyó clases de historia de la fotografía, conversación y exhibición de fotos.
¿Cómo se gestó la muestra final?
La exposición constituye el resultado de esta primera edición del proyecto. Como presentación de los trabajos finales de curso de los cursantes, la expo es una evidencia tangible de los conocimientos del arte fotográfico aprendidos por los adultos mayores cursantes. Además, representa un espacio de reafirmación del papel activo de las personas de la tercera edad en la sociedad cubana.
La idea siempre fue realizar una muestra al final del curso como un motivo impulsor para los cursantes, quienes se fijaron esa meta y se exigieron mejorar su rendimiento en cada clase. Incluso, efectuaron clases prácticas individuales, aun cuando nosotros tuvimos en nuestro plan de estudio varias sesiones de clases prácticas grupales.
Todas las clases las impartimos en la Vitrina de Valonia, centro al cual también el proyecto le agradece mucho. Hicimos encuentros prácticos con diversos conceptos, pero a mí como psicóloga siempre me motivó la idea de que el concepto de la exposición fuera la Vejez. Al ser entonces adultas y adultos mayores que, a través de sus fotos, nos pueden mostrar cómo se ven en esta etapa de sus vidas, los resultados han sido muy interesantes y coherentes con las teorías gerontológicas. También se demuestra el potencial que pueden tener las personas adultas mayores de seguir aprendiendo y proyectándose al futuro.
¿Cuál fue el criterio curatorial para la selección de las obras y sus autores?
Son veinte obras pertenecientes a 19 adultas y adultos mayores, de 64 a 86 años de edad. El alumno integral Ramón Montano expuso dos de sus creaciones. Se realizaron más de cinco discusiones con todo el grupo que los jueves traía los resultados de su semana de trabajo individual. Nosotros organizamos clases prácticas grupales donde salíamos juntos a la calle a tomar fotos, pero luego cada uno le puso horas extras de trabajo individual.
La discusión de las fotos era rigurosa; se tomaron en cuenta parámetros de luz, composición fotográfica, ajuste de la foto al concepto de la exposición, los colores, etc. Fue muy interesante y motivador ver como todos los cursantes mostraron su perseverancia, y aun cuando ya había una posible foto suya para la exposición, continuaban trayendo más fotografías hechas en la semana.
Todos dábamos nuestro criterio para retroalimentarnos de lo que íbamos aprendiendo en las clases, pero el responsable y principal decisor fue el fotógrafo Chino Arcos, profesor principal del curso.
Las fotos tienen el denominador común del concepto Vejez. La curaduría fue todo un reto; participé en ella junto con la conservadora Lisette Rios Lozano, que trabaja en la Fototeca de Cuba y tiene más experiencia en el tema. Hay fotos conceptuales y otras no; quisimos lograr un equilibrio entre las piezas, pero también que la exposición contara una historia de vida. Cada obra pertenece a un autor, pero, a la vez, todas se unen para decirnos algo: comenzamos con la añoranza de una de las creadoras por su familia de origen y concluimos con las risas de cuatro adultos mayores que se reúnen en un parque, o viceversa. Es una exposición que habla de sentimientos, familiares y prácticas cotidianas.
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