Como de algo muy especial en su trayectoria artística define Enrique Martínez Celaya (Cuba, 1964) la exposición “Los muertos hablan al alba”, abierta al público desde la tarde de este jueves 15 de febrero, en el Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).

Dicha particularidad se origina en el hecho de haber salido de su país natal con apenas siete años de edad, desarrollando parte de su niñez y juventud en España y Puerto Rico, hasta pasar a los Estados Unidos, donde reside actualmente.

En honor a tal circunstancia, de gran significación para él en lo privado y lo profesional, ha traído a La Habana ocho pinturas de gran formato, concebidas específicamente para la ocasión.

No obstante evitar que su trabajo concluya en lo meramente biográfico, tal como explicó en un encuentro sostenido con la prensa este miércoles en la propia sala expositiva, el artista admitió que en dichas obras pueden encontrarse muchas citas personales, relacionadas con su propia historia y las de personas por él conocidas.

También hay ciertas referencias a Wifredo Lam, con quien dijo sentir que comparte la experiencia de vivir fuera de su país de origen y, sin embargo, mantener en lo esencial un vínculo cultural con el mismo.

“La preparación de esta exhibición fue una preparación para el retorno. Estaba pintando, pero también estaba preparando la vuelta para acá y hasta hice cosas que nunca he hecho”, confesó el artista.

Interiores de casas habaneras dibujadas al carboncillo se hacen reiterativos en el fondo de todas estas piezas, en el centro de las cuales Martínez Celaya ha pintado al óleo los Tres Juanes que aparecen en la imagen de la Caridad del Cobre; figuras de niños o de animales, entre otras, siempre en un ambiente un tanto onírico.

“Quería que esto fuera un recorrido arquitectónico por parte de la historia de Cuba en los últimos doscientos años, más o menos, como un trasfondo, porque es el trasfondo que conocí visualmente. De las memorias visuales que tengo, casi todas son de trasfondos”, señaló.

Artista multifacético, se expresa a través de la pintura, la fotografía y la escultura. También es autor de nueve libros, incluidas dos antologías de sus entrevistas y artículos. Doctor en física cuántica, inició su formación en la pintura a los doce años de edad. Su obra, altamente demandada, se encuentra en 57 colecciones públicas, entre ellas el Museo Metropolitano de Arte y el Moderna Museet de Estocolmo. Ha realizado exposiciones en prestigiosas instituciones, como el Museo Estatal del Hermitage, en San Petersburgo, Rusia, y la Filarmónica de Berlín. En 2015 participó en el proyecto Detrás del Muro de la XII Bienal de La Habana.

En un gesto altruista del artista y de la Fundación Los Carbonell, coauspiciadora de la muestra, será donada al MNBA una de las piezas que se exhiben por estos días, la titulada “Lo que queda por contar”.

La exposición “Los muertos llaman al alba”, estará abierta al público en la Sala Transitoria del tercer nivel del Edificio de Arte Cubano hasta el 5 de mayo venidero.