“Un artista auténtico se crece, se nutre del caldo de cultivo que lo rodea, lo refleja, lo recrea y lo pone al servicio de la creación”, así expresó el reconocido pintor, grabador, fotógrafo y artesano cubano, Williams González Chávez (Güira de Melena, 2 de abril de 1966), miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, además vinculado al Fondo Cubano de Bienes Culturales y el Registro Nacional del Creador de las Artes Plásticas. A pesar de ser un pintor de formación autodidacta, su talento le ha permitido realizar exposiciones personales y colectivas; sus obras incluso han sido subastadas, otras forman parte de colecciones permanentes de importantes galerías nacional e internacionales. Su obra ha sido publicada en varios catálogos y en el libro Once artistas plásticos cubanos en el siglo XXI (México, 2010) con prólogo del Dr. Eusebio Leal Spengler (1942-2020), Historiador de La Habana.
Aerostato, 2007. Óleo sobre tela. 100 x 145 cm
“Williams González es un pintor prolífico, de voracidad total. Utiliza el surrealismo como liberador del instinto poético. Trabaja una sintaxis personal con perfección de miniaturista (El Principio fue un portal azul, 2009 y La tentación de Ambrosia, 2010). Una personalidad obcecada lo lleva a producir obra de acelerada intensidad, plena de sorpresas ante el análisis. Llegan elefantes y caballitos de mar, elementos fantásticos en espacios realistas; dinosaurios prehistóricos de varios tipos y libélulas que se posan en los brazos o se convierten en joyería art noveau; la esfera del planeta azul aparece con frecuencia cerca de un Cristo crucificado que flota sobre el fondo, en cuadros que son ejercicios de ingravidez; el rostro del propio artista o retratos de José Martí y Salvador Dalí con relojes líquidos que recuerdan La persistencia de la memoria, 1931; Gandhi, Don Quijote, o caras desconocidas que quizá son reflejo preciso de amigos o vecinos que posaron para él, junto a ranas que tocan instrumentos musicales” (*).
Así que el pasado 10 de diciembre de 2022 el artista inaugura Desde un portal azul en la Galería Salvador Zúñiga, del Instituto de Arte y Cultura de Celaya, Estado de Guanajuato, México. Muestra personal de 15 obras que forman parte del acervo de la colección Bardavid custodiada por Galería 10/10 y organizada a través del proyecto Depósito Itinerante y su curadora la Mtra. María Karenia Hernández Vallejo.
“Desde el año 2004 la galería 10/10 me contacta, gracias a un grupo de piezas que exhibía en el Centro Histórico de La Habana Vieja. El coleccionista Norman Bardavid Nissim estaba de recorrido por el lugar, le llama la atención mi obra porque difería de lo que normalmente se comercializaba en ese contexto. Compraron un grupo de ellas y me contactaron por medio de mi representante en ese entonces, y es ahí donde nace una relación de trabajo que ha perdurado hasta estos días”.
“En 2012 fui convocado por Norman para hacer una exposición personal, la cual se materializó el 4 de octubre de ese mismo año. Estuve en México durante 3 meses. En ese tiempo pude cumplir con un conjunto de actividades realizadas por la galería, como una subasta en beneficio de niñas de la calle, en el Museo Soumaya, propiedad del empresario Sr. Carlos Slim. Se inauguró también una en Monclova, Coahuila, de carácter colectivo, como parte del movimiento artístico Revelación. Durante todos estos años la galería ha continuado desarrollando actividades con los artistas de este movimiento, creado como fe de las relaciones entre Cuba y México”.
Vaca Eólica, 2008. Óleo sobre tela. 100 x 144 cm
“El Proyecto tenía como génesis crear una herramienta para desarrollar la paz, y sería el motor impulsor de la galería, de Norman y de los artistas”. Expresa Chávez que a partir de ese punto les toca dar forma a muchos proyectos hasta llegar a Desde un portal azul. Su extenso quehacer como creador lo ha llevado a otros espacios dentro de México: en el 2013 inauguró su segunda exposición personal, en la ciudad de Monterrey, en el Museo de Historia de Apodaca, titulada El Ciclo de la Tierra, muestra que al igual que las otras fueron realizadas con gran éxito. Hay en México una gran expectativa por el arte cubano y sus artistas.
“Cuba y México gozan de una complicidad en la cultura que para mí es indisoluble. Los primeros días de mi primera visita a México, me sucedió algo inolvidable. Tomé un autobús para recorrer algunos lugares de mi interés y, cuando lo abordé, mi primera sorpresa: María Teresa Vera era escuchada, se consumía ese tipo de música que tanto yo amaba en una ciudad postmoderna como es el Distrito Federal Mexicano. México tiene un público culto respetuoso del arte cubano, entiende nuestros códigos, se involucra en nuestra cultura a pesar de su diversidad cultural; lo mismo sucede desde Cuba, los cubanos siempre se han estremecido con la vasta cultura mexicana, amamos su música, su historia, su arquitectura y, por supuesto, las artes plásticas, artistas como Frida Kahlo y Diego Rivera, entre muchos otros de la plástica”.
Cuba fue país invitado de honor a la feria de La Flor más Bella del Ejido en la Alcaldía Xochimilco en abril 2022 dónde se mostró una exposición de arte cubano. En la foto podemos apreciar al Dr. Norman Bardavid durante el recorrido inicial, al fondo la obra de Martí de Williams González Chávez.
Desde nuestro Martí, entre Cuba y México ya existía una connivencia, un vínculo, una afectividad que se ha demostrado a través de la historia. Y así como dijo el Apóstol en su carta a Manuel Mercado (Nueva York), el 14 de septiembre de 1888, “Si yo escribiese sobre México, no me parecería que escribía, sino que hacía un ramo”.
No me pongan en lo oscuro…, 2012. Óleo sobre tela. 135 x 230 cm
En Cuba ninguna etapa será ideal para la creación. Siempre faltará un color en la paleta del pintor, pero aquellos meses de encierro sin mirar más allá durante la pandemia no fue fácil, todavía más difícil y dolorosa para aquellos que perdieron familiares cercanos, como sucedió con Chávez. A pesar de los obstáculos del momento, la escasez de recursos para trabajar, el llanto interior, la desesperación familiar, no fueron impedimentos para él. Es un artista que ha sabido crecer e incursionar en otras técnicas y lenguajes como el arte digital, buscando soluciones y consuelos para ese constante cúmulo de emociones que necesitan ser plasmadas, no solo en el lienzo sino sobre cualquier espacio material y/o inmaterial. Williams sabe magistralmente registrarlo en su obra. Cada mañana, y para sorpresa de los que pasan frente a su portal, se le encuentra en plena creación artística, dibujando de azul el horizonte de su mirada. Esta vez llegó hasta la Villa de la Purisíma Concepción de Zalaya, otro pueblo, pero en la extensa llanura mexicana.
(*) Tomado de las palabras de Martha Zamora al catálogo El hombre que piensa desde un portal azul, sobre la muestra personal del artista en Galería 10/10. Ciudad de México, Octubre 4, 2012.
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