En días pasados la presidencia del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, circuló e hizo pública una Declaración donde se explican las razones por las que no se autorizó la exhibición de Quiero hacer una película, obra que había sido propuesta a última hora para formar parte del programa no competitivo de la XVII Muestra Joven ICAIC. La decisión, expuesta en conferencia de prensa el 22 de marzo último, fue impugnada por el equipo coordinador de la Muestra, lo que provocó que se concluyera el referido encuentro sin abordar, siquiera, la programación y particularidades del evento.
Según la Declaración, en el filme “un personaje se expresa de forma inaceptable sobre José Martí”. La consabida polarización que ha generado después este tema, sobre todo en las redes sociales, pone al descubierto el diálogo real de la película donde se alude al Héroe Nacional. Algunos miembros del equipo realizador, entre ellos, su director, han tratado de explicar su posición; este último aclara cómo “la película no va de Martí”, sino “de una historia de amor entre dos jóvenes aparentemente muy diferentes” para más adelante confesar que sintió, al dejar la escena, que “atacarlo (a Martí) era, dada las circunstancias, el mejor cariño”. ¿Cómo puede esta contradicción explicarse? ¿Bajo qué cánones éticos y estéticos se entiende esta diatriba?
La Asociación Hermanos Saíz, aglutinadora de la vanguardia artística joven del país, entre ellos, de los realizadores audiovisuales, expresa su desacuerdo con postulados estéticos que vayan en detrimento de la identidad y los símbolos nacionales. Problematizar la realidad, abrirle caminos al pensamiento, convocar desde la emoción difícil y auténtica, no pueden ser sinónimos de ofensa; como no debe ser la visión joven y fresca sinónimo de irresponsabilidad. El arte responsable siempre ha sido garantía de toda creación auténtica. Existen en el audiovisual cubano sobrados ejemplos de una visión desmitificada de los héroes, sirvan para ilustrarlo (trayendo a colación al Apóstol) los filmes Páginas del Diario de José Martí de José Massip, o José Martí: el ojo del canario de Fernando Pérez. Desmitificar no significa insultar.
Confirmamos nuestro apoyo a la Muestra Joven ICAIC, de la cual formamos parte desde su primera edición y de la que sentimos el orgullo de contribuir cuando apenas era una jornada de cine promovida desde el seno de nuestros más audaces y certeros creadores. Creemos que se impone reformular el diálogo realizadores-institución para seguir desarrollando un evento que cada año trasciende la visión particular y universaliza las perspectivas heterogéneas y las dinámicas cada vez más complejas del audiovisual cubano. Eventos como El Almacén de la Imagen en Camagüey, La Cámara Azul en Holguín, o la Jornada de Crítica Cinematográfica, forman parte de ese diálogo entre la organización de los jóvenes escritores y artistas cubanos y el ICAIC que, en vísperas del Tercer Congreso de la AHS, se seguirá fortaleciendo a favor de los jóvenes realizadores del país.
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