Las Tunas.- La narración oral, importante reservorio del patrimonio intangible de los pueblos, atraviesa en la actualidad por una época de auge en Cuba, según afirman varios de los protagonistas de este movimiento creador que del ocho al 10 de octubre celebraron en Las Tunas el IX Festival Palabra Viva.
Considerada como una de las citas más importantes de la manifestación en el país, su programa de presentaciones permitió constatar las tendencias actuales de esta vertiente escénica, en la que conviven junto a la tradición de los mitos y leyendas afrocubanos y bucólicos, una mirada contemporánea más teatral y literaria.
El evento estuvo dedicado a la cultura afro-haitiana y rindió homenaje al maestro Lucas Napoles-Cardenas.
Los talleres de formación y creación que periódicamente se convocan, la vinculación de los jóvenes al movimiento, la red de festivales y la proyección internacional de los maestros de este arte, han contribuido al reconocimiento y expansión de la narración oral, dijo a Cubarte Fermín López, director del proyecto Palabras al Viento, de la Casa del Cuento, en la ciudad de Holguín.
En la Isla existe una rica variedad de estilos y tendencias que van desde los cuenteros populares y su sapiencia asentada en la tradición, hasta la labor de teatristas apoyados en proyectos como La Barca, que dirige el reconocido actor Uri Rodríguez en la provincia de Guantánamo.
La narración oral ha desarrollado una metodología para su aprendizaje—opinó Rodríguez—pero al mismo tiempo brinda enormes posibilidades expresivas para experimentar y dialogar con el público.
Con una marcada presencia en el trabajo artístico comunitario, la manifestación ha contribuido al desarrollo sociocultural de las localidades, en las que además se erige como un garante de su memoria histórica, aseguró Maike Machado, actor y director del Consejo Provincial de Artes Escénicas en Las Tunas.
A juicio de Verónica Hinojosa, directora fundadora del Festival y Premio Nacional de Cultura Comunitaria, la palabra oral hasta el momento no ha podido ser desplazada y sigue siendo eje fundamental de la comunicación de los seres humanos.
En Cuba, la narración oral ha sido vista como un hecho comunacional, un instrumento para la educación, sin embargo, desde la década de los años setenta, comenzó a ser reconocida como un oficio artístico independiente, lo que le permitió abrir una nueva etapa en su evolución dentro de las artes escénicas.
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