En la Sala de Conciertos Dolores de esta ciudad fue la última presentación de la Sinfónica Juvenil de Minnesota en su gira por Cuba.
En la ocasión, participó como invitado el pianista Ignacio Nachito Herrera, un cubano que hace 16 años vive en Minnesota. Al interpretar el tema “Cuba, que linda es Cuba” del compositor Eduardo Saborit Pérez, Nachito confirmó que los lazos de ambos pueblos son sentimientos únicos que ninguna ley puede romper.
La Sinfónica Juvenil de Minnesota se lleva la experiencia de sus presentaciones en el Teatro Nacional de La Habana, en el Avellaneda de Holguín y tuvo un cierre de muchas confirmaciones en la Dolores de Santiago de Cuba.
Con la dirección musical de Manny Laureano, la orquesta tuvo un público digno de una de las instalaciones de mejor acústica en Cuba. Casi a los diez minutos de iniciado el concierto, un imprevisto en la iluminación dejó a oscuras a los que asistimos a la velada.
Aun así, nada se detuvo, con luces improvisadas los instrumentistas se mantuvieron acoplados como prueba de una formación de excelencia; el pianista Nachito Herrera cumplió un programa que por vez primera en su historia profesional se ilumino con el corazón de los espectadores. Desde el público se dijo, que era esta una señal de que Cuba y Estados Unidos tienen vínculos que se enlazan con los sentimientos de una gran familia: ”El pueblo de los Estados Unidos desea estar unido a este país. Yo pongo a disposición de todos mi música, mi piano como fusil para luchar por la unidad de todos los pueblos”, aseguró el concertista.
Cuando a la escena de la Sala Dolores le llegó la iluminación habitual, el pianista ofrecía la pieza “Cuba que linda es Cuba”, del compositor Eduardo Saborit Pérez y el público le puso voz: ”Este guajiro que vive hace más de 15 años en los Estados Unidos, se siente orgulloso de ser cubano y ama a Cuba, el arroz congrí y la ropa vieja”, concluyó emocionado.
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