La estirpe de grabadora de Diana Balboa es un hecho. Pero, también es una realidad su pertinaz intención de irse renovando en el tiempo: Carte de visite, exposición inaugurada este jueves en la Galería del Taller Experimental de Gráfica de La Habana, evidencia que la también pintora, dibujante y ceramista es una creadora que a pesar de una muy larga serie —de más de dos décadas— en la que la música y sus protagonistas fueron el centro, puede moverse con hondura, gracia y holgura en otras temáticas, pero sin abandonar los acordes y los silencios tan consustanciales a la música.
Carte de visite incluye cerca de cincuenta piezas surgidas en distintos momentos de su ya larga vida creativa (Cienfuegos, 1945), pero tienen, de seguro, un denominador común: el grabado que con toda intención y destreza Diana ha sabido entremezclar con otros lenguajes y medios expresivos, como la fotografía.
Hacer un recorrido por la muestra —abierta al público hasta el venidero 30 de noviembre— es encontrarse con cinco momentos de la vida creativa de la Balboa que fueron muy bien curados por Yamilys Brito, también artista visual y quien asume desde hace un tiempo el complicado reto de dirigir el Taller de Gráfica de la Catedral, que es como mejor se le conoce a esta imprescindible institución de la cultura cubana que, desde el ya lejano 1962, ha formado varias generaciones de grabadores y ha consolidado el desarrollo del original y múltiple arte contemporáneo cubano.
La exposición fue organizada a partir de cinco series-temáticas o proyectos que la Balboa ha acometido a partir del año 2000 hasta hoy: diez litografías realizadas a la más tradicional usanza del grabado demuestran la pasión de Diana por la música y la admiración por antológicos trovadores que van, desde Sindo Garay hasta Silvio Rodríguez, sin dejar de recalcar la figura de Sara González, con quien compartió más de tres décadas de complicidad y amor. La excelencia técnica que Diana Balboa pone en evidencia en estas obras es de una exquisitez a tener en cuenta.
Con marcado interés Diana se involucró con otras dos fotógrafas: la norteamericana Estelle Disch y la española Ela Rabasco. De ambas tomó sus instantáneas y las manipuló a partir de dos miradas diferentes. La primera el paisaje y la segunda con imágenes tomadas a un grupo de gatos habaneros y madriñelos. Felinos con solfase tituló el resultado de ese trabajo, que se vio en Cuba y también en España, y que ahora a partir de 12 piezas nos releva algunos de los misterios del gato que son “un enigma desde los egipcios hasta hoy; y ese enigma —siempre acompañado de melodías y musicalidad— mezclaron sentimientos”, según confesó la creadora a esta reportera el día que quedó inaugurada en la galería de la sala Abelardo Estorino del Ministerio de Cultura.
Seis paisajes de la reconocida fotógrafa Estelle Disch —repletos de lirismo y a partir de una mirada integradora— fueron escogidos para Carte de visite y en ellos, estampa su impronta Diana para trastocar la realidad en la sublimación de un paisaje que interviene a su antojo: estas piezas son unas joyas no por su tamaño sino por la intensidad y yuxtaposición de las dos miradas: la de la fotógrafa y la de la grabadora.
2017 fue un año importante en la vida creativa de Diana porque debutó como fotógrafa profesional a partir de Rodilla en tierra, que trabajó de conjunto con la actriz y realizadora audiovisual Claudia Rojas. Rodilla en tierra es mucho más que un proyecto fotográfico y audiovisual: es todo un concepto de respeto hacia la repatriación, al regreso, al amor a la patria, desde la música, el poema, las imágenes y la actuación. De esta serie se escogieron diecinueve fotografías, todas en blanco y negro, que fueron intervenidas por Diana gracias a las posibilidades que ofrece la técnica mixta. Es decir que adiciona sobre la impresión fotográfica su trazo, su dibujo y también su grabado.
Con Carte de visite Diana Balboa, con sus juveniles 71 años de edad, nos demuestra que —por muy arriesgado que sea— no tiene el menor prejuicio ni el más mínimo recato a la hora de asumir retos creativos: es más, va en pos de ellos, pero sin abandonar ¡jamás! su esencia de grabadora, raza que se mantiene puramente intacta.
Deje un comentario