Cada época siempre trascenderá con nuevas interrogantes, proyectos, fórmulas, problemas incluidos todos (o casi todos) en las continuas  facetas y aspiraciones de índole social, política, económica y cultural (resueltas o no), que caracterizan a cada una de ellas. Con el transcurrir del tiempo —y hasta de los siglos—, un sinnúmero de obras emergidas producto del conocimiento humano han logrado valorar cada época, hecho, personaje, pueblo, nación…Y dentro de ellas se incluyen las enciclopedias referidas a los estudios e investigaciones de la Historia la que “siempre funciona como asidero para entender el presente y trabajar de cara al futuro” (1)

Concebido por el Centro de Estudios Militares del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y dirigido por el general de brigada Amels Escalante Colás, el Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba (2) “es el resultado de un minucioso trabajo de investigación emprendido por un pequeño colectivo de especialistas militares, de elevada experiencia y calificación”. Obra que abarca entre los años 1510 y 1898, en tres tomos divididos cada uno en: Biografías (I), Acciones combativas (II) y Expediciones navales. Acontecimientos político-militares (III).

El Tomo Primero dedicado a las Biografías  recoge las biografías de los principales jefes mambíes: “(…) En el caso de Cuba, el presente trabajo, que abarca desde la conquista hasta 1898, es el primero que se realiza con una visión científica investigadora, en la que se agrupan las biografías de las principales personalidades, hechos y acciones militares de la mayor significación y las expediciones mambisas que partieron con destino a la Isla durante el siglo XIX. Es, sin lugar, a dudas, uno de los proyectos más ambiciosos de la investigación histórica en Cuba, en especial, de la historiografía militar, el cual no tiene antecedentes en su concepción (…) La impronta dejada por los forjadores en el imaginario colectivo, en una nación venida al mundo con la mutilación soberana que significaba la Enmienda Platt, despertaba el interés por resaltar sus figuras como símbolos e inspiración de una Patria nueva”.

Reseñas de acciones militares importantes, representativas y pequeñas incluye el Tomo Segundo de este Diccionario…Como acciones importantes señala aquellas “de trascendencia político-militar, tanto por el objetivo alcanzado como por su envergadura; por ser la primera o la última de cada guerra; por la caída de algún jefe principal; por su repercusión en el ulterior desarrollo de una campaña o por haberse puesto en práctica alguna novedad táctica o técnica, entre otras causas”.

En el caso de las representativas, agrupa un conjunto de “acciones en las que están presentes las tres guerras, todas las regiones del país, los principales jefes cubanos y los diferentes tipos y modalidades del combate”, mientras que en el caso de las pequeñas “se incluyen combates de menor envergadura, incursiones, asaltos, escaramuzas, hostigamientos a columnas y poblados, emboscadas y otras similares, características del tipo de guerra que los cubanos se vieron obligados a librar contra un enemigo que los superaba ampliamente en número, equipamiento, organización y abastecimiento (…)”.

El Tomo Tercero a diferencia de los anteriores, aborda dos temáticas en forma cronológica: “la primera se refiere a las Expediciones navales separatistas salidas hacia Cuba en el siglo XIX, mientras que la segunda es una compilación y breve descripción de los Principales acontecimientos históricos vinculados con la lucha armada en Cuba, desde el inicio de la campaña de invasión y conquista de la Isla en 1510, hasta el Tratado de París de 1898.

Entre sus capítulos vale destacar  Guerra de Independencia (1895-1898) y, en específico, el Plan de Fernandina y sus tres embarcaciones: Lagonda, Amadís y Baracoa (12 de enero de 1895).

“(…) El plan completo fue dirigido y organizado, en persona y de forma totalmente compartimentada, por el delegado del Partido Revolucionario Cubano (PRC), en Nueva York, José Martí, y financiado, en lo esencial, por los emigrados cubanos en los Estados Unidos, a través del PRC. Según un autor su costo total ascendió a uno $65 000. Una de las expediciones vendría bajo el mando de los generales Antonio Maceo y Flor Crombet con unos 200 hombres en el vapor Lagonda, yate propiedad del reverendo William L. Moore, de Nueva York, con aparejo de goleta, casco de madera, 139 pies de eslora, 19,6 de manga y 10 de calado, 120 toneladas de desplazamiento, que desarrollaba 12,5 nudos de velocidad y era mandado por el capitán Griffing. El barco los recogería en Costa Rica y los desembarcaría en la provincia de Oriente. Otra embarcación vendría bajo el mando de los mayores generales Carlos Roloff y Serafín Sánchez, con unos 200 hombres en el vapor Amadís, yate propiedad de George H. Kimball, de Cleveland, Ohio, construido en 1893 (…) La tercera expedición vendría bajo el mando de Martí y el Mayor General Máximo Gómez, con el Coronel José Mayía Rodríguez, el Comandante Enrique Collazo y unos 300 hombres en el vapor Baracoa, de carga, propiedad de Harloff y Boe, de Bergen, con casco de hierro, 380 toneladas de desplazamiento y bandera noruega (…) que zarparía con Martí, Mayía y Collazo, recogería a Gómez y a los hombres en República Dominicana (o Santo Domingo, como dicen las cartas), y los desembarcaría en Camaguey, en los alrededores de Santa Cruz del Sur. Todas las expediciones, además del armamento que los propios expedicionarios llevaran, conducirían un cargamento de armas, municiones y otros medios, según Martí, en total, armas para 400 hombres y abundantes pertrechos”.

Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, riqueza historiográfica que abunda no solo en biografías, hechos, acciones y proyectos (logrados o no) de nuestras luchas por la independencia, sino también en antecedentes de tiempos y debates recuperados, gracias a la labor acuciosa y dedicada de un grupo de inteligencias y saberes responsabilizados en la acumulación selectiva de la Historia de Cuba dentro de un contexto real, científico y de cosmovisión estructurada.

Una obra más que se suma al acervo histórico, político y cultural de la Nación cubana, con una prosa que enriquece y reafirma el análisis investigativo de nuestra identidad, y exhorta además a continuar haciendo imperecederas aquellas notas que señalan: “(…) Conocer es resolver. Conocer el país y gobernarlo conforme al conocimiento (…) La historia de América, de los incas acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra. Nos es más necesaria. El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la conozca pronto, para que no la desdeñe”. (3)

Notas

(1) Dr. Pedro Pablo Rodríguez. Revista La Letra del Escriba. Septiembre, 2015. La Habana, Cuba.

(2) El Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba es resultado de investigaciones realizadas por el  Centro de Estudios Militares de las FAR en 2014, Casa Editorial Verde Olivo, Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba.

(3) José Martí: “Nuestra América”. Artículo publicado por primera vez en La Revista Ilustrada de Nueva York, el 10 de enero de 1891, y en el periódico El Partido Liberal de México, el 30 de enero de ese mismo año.