Ya no es solo que no haya apagón cultural en Cuba, sino que hay alumbrones, como la recién concluida edición del Festival Internacional Jazz Plaza, que debemos celebrar. Una “fiesta sonora” exitosa al decir de muchos de los participantes; opinión que compartimos los que seguimos sus actividades (conferencias, clases magistrales, homenajes…) y el plato fuerte, los conciertos y descargas.
No solo por el hecho mismo de mantener la cita, pese a las condiciones que impuso el rebrote la pandemia del Covid 19, sino por sus saldos positivos en cuanto a la calidad de su variada propuesta y por el alcance conseguido, por los canales virtuales y por el Canal Clave de la Televisión Cubana Resultante de la comunión del Comité Organizador del Festival y de los músicos participantes, con el respaldo de varias instituciones y empresas del Ministerio de Cultura y del Instituto de Radio y Televisión.
Fue como “convertir el veneno en medicina”, como me compartió uno de sus protagonistas, el saxofonista, compositor y arreglista César López. “La decisión de hacer la edición de este año online y, por la situación que tenemos no liquidarlo, fue una estocada maestra, eso fue… perfecto; se mantienen los músicos vivos, se mantiene la música viva. De otra manera, porque no es igual, pero se mantiene vivo. Fue una genialidad del equipo que se le ocurrió. Que el Festival del Jazz Plaza este vivo, a través de las redes, de internet, fue algo beneficioso para los músicos, para la cultura, porque la vida sin música no existe.
Para el periodista José Dos Santos, escritor del programa radial La esquina del jazz y creador del sitio D'Cubajazz, esta 36 edición, la primera online, aportó valores agregados a sus múltiples contenidos musicales:
“Permitió visibilidad masiva (con énfasis en las redes sociales tan de moda entre las nuevas generaciones) del fortísimo movimiento musical que cultiva el género en Cuba y sus derivaciones, admiradores y conocedores.
Dio cabida a multiplicidad de criterios --históricos y actuales, informativos y valorativos— que sin ser necesariamente nuevos nunca habían tenido la posibilidad de ser expuestos con tanta fuerza, coherencia y utilidad para extraer enseñanzas, no sólo para los creadores y seguidores, sino para los decisores en el campo de la cultura.
Rescató de archivos, colecciones e internet materiales valiosos, desde testimonios desconocidos hasta joyas fílmicas enmohecidas por el desuso, que podrían integrar un espacio fijo de plataformas más accesibles para el común de los cubanos interesados, que somos muchos, como el Canal Clave, el más musical de la televisión nacional.
Demostró que Cuba cuenta con capacidad técnica, conocimientos y voluntad para no dejarse vencer ante un demoledor desafío como lo ha constituido la actual pandemia, la cual ha llevado a la suspensión de festivales tan relevantes, en lo planetario, como el suizo de Montreux.
Estimuló a los músicos cubanos a dar rienda a sus ideas creativas “a distancia”, con el efecto benefactor de difundir sus esfuerzos y realizaciones más recientes, en sus respectivos y obligatorios encierros –algunos en distantes geografías—y así confirmarles la utilidad y justa valoración de su quehacer artístico en su terruño natal.
Internacionalizó esta edición no solo por el acceso a ella de forma remota –aunque numerosos grupos de turistas tuvieron que posponer sus planes de concurrencia—sino, en especial, por la asistencia virtual en decenas de otros países mediante las nuevas tecnologías, entre ellos una ilustrísima representación de figuras de Chicago, muchas de ellas cabeza de cartel en cualquier escenario mundial del género.
A lo que añado, la posibilidad de disfrutarlo todo, o casi todo, de volverlo a ver, una y otra vez lo que se grabó y se puso a disposición en las páginas institucionales y en las de los músicos, y en los canales de YouTube. Suerte que no tendríamos en una edición normal, presencial, en las que tenemos que escoger en qué concierto participar y en cuál no, porque coinciden. Pudimos incluso disfrutar de presentaciones que nos habíamos perdidos en ediciones anteriores.
Merece un destaque, entre las diversas actividades programadas, la edición XVI del Coloquio Internacional de Jazz Leonardo Acosta, que su fundadora y directora, la musicóloga Nerys González Bello no dejó de promover diariamente. Fue la posibilidad de acercarnos a la obra de imprescindibles figuras de la música cubana, a géneros y estilos dentro del devenir jazzístico en la Isla. Conocer más de grandes figuras como Armando Romeu, Leonardo Acosta, Frank Emilio Flynn, Chico O’ Farrill, Cándido Camero, Emiliano Salvador, Miguel Faílde y Chucho Valdés. Y también de conocer del criterio de jóvenes cultivadores del jazz, que además de talentosos con sus instrumentos evidenciaron lucidez al valorar este legado o compartir sobre su quehacer como músicos y arreglistas.
Y vale, para confirmar el alcance de esta edición online, comentar algunas de las estadísticas ofrecidas por la Dirección de Comunicación del MINCULT, obtenidos por #StreamingCuba. En una medición, durante los 6 días de desarrollo de la cita virtual, se acumularon más 46 horas de transmisión en Vivo para Facebook, con 130 páginas enlazadas, un alcance de 1 023 862 de seguidores y 231 606 reproducciones de video; consiguiendo 35 001 interacciones y 2 580 comentarios. Más de 6 mil enganchados decidieron compartir las trasmisiones con sus amigos.
El Jazz Plaza 2021 llegó a un total de 96 países de 216 regiones del orbe. Internautas de Estados Unidos, Cuba, México, Colombia, España y Perú resultaron los más asiduos a las actividades de la cita anual. Al respecto vale señalar que por primera vez la región de La Habana superó a la Florida (Estados Unidos).
Entre las 54 publicaciones socializadas, las de más alcances fueron: Concierto de Pancho Amat y Javier Colina (45487), Concierto de los Muñequitos de Matanzas con Alejandro Falcón (43387), concierto de Elito Revé y su Charangón en "La Tropical" (35445), Concierto de Roberto Fonseca en la 36 Edición del Festival Internacional Jazz Plaza (32529) y Concierto de Pupy y los que Son Son en La Tropical" (29677). Resulta significativo el hecho de que varias propuestas de música popular se cuenten entre las de mayor alcance y que sean las más reproducidas de todas, la de Pancho Amat y Javier Colina sumó 10629 reproducciones.
En resumen, como afirmó el talentoso Michel Herrera, el Jazz Plaza fue un logro en medio de las condiciones impuestas por la pandemia. Y la experiencia online, como que evidenció provechos, deberá mantenerse, para bien del jazz y de la cultura cubana.
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