No siempre favorecido en los espacios expositivos de la capital, el arte abstracto toma revancha en el actual verano con la inauguración en fecha reciente de al menos tres muestras colectivas, una de ellas, la titulada “La construcción del silencio”, abierta al público hasta finales del próximo mes de agosto en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV).

Treinta reconocidos artistas participan en este proyecto que, con la curaduría de uno de ellos, Alejandro Jurado Morales, y Meira Marrero, pretende desplegar ante los ojos del espectador el amplio espectro de posibilidades que siempre ha ofrecido a los creadores de nuestro país este modo de expresión.

En tal sentido, en la muestra se trataron de incorporar los diferentes movimientos que han tomado vida dentro del arte abstracto desde que este irrumpiera en el panorama visual de la nación en los comienzos de los años 50 del pasado siglo, agrupando las obras en tres secciones, las cuales, partiendo de algunas figuras imprescindibles de la vanguardia cubana, atienden a las dos vertientes fundamentales de la abstracción: la informalista y la concreta. 

Así, en el primero de ellos titulado “Joyas”, aparecen, entre otras, obras de Antonia Eiriz, Antonio Vidal, Hugo Consuegra, Sandú Darié, Julio Girona y Pedro de Oraá; mientras que, en el segundo, denominado “Pensamiento”, figuran artistas que, sin adherirse completamente a la abstracción, ejemplifican con sus piezas el significado de madurez evolutiva que esta tiene en el pensamiento humano.

En dicho acápite aparecen obras de Flavio Garciandía, Eduardo Ponjuan, Aluan Argüelles y Evelin Aguilar, por sólo mencionar algunos. Finalmente, como expresión del pensamiento vinculado a la acción, está el titulado “Gesto”, en el que participan, por ejemplo, José Villa Soberón, Rigoberto Mena, Julia Valdés y Enrique Báster.

Más allá del amplio panorama que de la abstracción cubana proporciona, “La construcción del silencio” es también un homenaje a la capacidad del ser humano de trascender la realidad concreta, sin para ello desvincularse de los valores de su nacionalidad.