Quiero dejar bien claro que no soy una experta en el ajedrez, ojalá lo fuera, simplemente me mueven otras razones. Mi condición de mujer y de mujer revolucionaria, me inspiran a escribir estas líneas que considero necesarias.
Hace muchos años, era yo muy niña, en mi casa se hablaba de José Raúl Capablanca. Supe en aquel entonces, que era un gran jugador de ajedrez, que había nacido en 1888, en la Habana, y que aprendió el juego al observar a su padre mover las fichas. Decían que a los cuatro años, el hijo le ganó al padre una partida y que esto fue una noticia difundida por todo el mundo. Aquel niño había nacido en la Habana Cuba, en aquellos años uno de los mayores centros ajedrecísticos de Nuestra América. ¡Era Capablanca un niño prodigio!!
Siempre relacioné el ajedrez con Capablanca, ni imaginaba que Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, aquel hombre valiente que dio la libertad a sus esclavos y el Grito de Yara que ilumina nuestra Historia, era también un aficionado al ajedrez y supe que muchos insignes patriotas del Bayamo heroico, practicaron también el llamado juego ciencia.
El ajedrez fue introducido en Cuba por los españoles y alcanzó una hermosa historia en nuestro país.
Se estima que el Capitán español Francisco de Parada fue uno de los que introdujo el ajedrez
José Martí, aficionado del juego ciencia
Este juego para José Martí fue sumamente interesante. En España tuvo que haberlo practicado. En Cuba, desde niño, en casa de Rafael María Mendive, cuando lo visitaba, es muy posible que lo haya conocido. Lo jugó también en casa de Francisco de Zayas Bazán, en México, y en ese hogar coincidió con amigos como el cubano Andrés Clemente Vázquez, famoso en esa disciplina y fundador de la Revista de Ajedrez: “La Estrategia Mexicana “.
Martí sabía con exactitud lo que decía del juego ciencia y fiel a la cita, traslado sus palabras, publicadas en la Revista Universal, el 20 de julio de 1876:
"Están en hora buena los discípulos de La Bourdonnais y Stauton. Según sabemos, desde el próximo domingo comenzará a ver luz pública en esta capital un periódico que se ocupará únicamente de ajedrez y saldrá del establecimiento tipográfico de San José de Gracia".
Años más tarde, al trasladarse nuestro Héroe Nacional a Guatemala, fue el compañero en el juego ciencia del general Miguel García Granados, ex-presidente de la República, padre de María García Granados, "La Niña de Guatemala".
Che Guevara durante una simúltanea de ajedrez
También Ernesto Che Guevara sentía pasión por el ajedrez
Pasados los años, después de aquel primero de enero del 1959, conocí de la pasión de Ernesto Che Guevara, el heroico Comandante de la Sierra, por el ajedrez, juego que efectuó desde pequeño. Una vez que triunfa la Revolución cubana, comandada por Fidel Castro Ruz, el propio Guerrillero Heroico fue el principal impulsor del ajedrez en nuestra Isla.
Organizó un sin número de eventos y actividades relacionadas con el juego ciencia. Importantes personalidades del mundo relacionados con el ajedrez vinieron a visitarnos. Cuba logró alcanzar muchos resultados reconocidos debido a las ideas revolucionarias sobre el alto rendimiento y la masividad en muchos deportes que han llenado de gloria al pueblo. Grandes Maestros, Maestros Internacionales de la Fide, son muestra fehaciente de estos logros.
En tiempos de pandemia, una historia sobre una mujer ajedrecista
Por causa de esta pandemia que afecta a la humanidad, permanecí en México durante muchos meses el pasado año. Entre tantas cosas que hice para tratar que el tiempo pasara rápido y pudiera regresar a mi Isla, una tarde encontré en Neflix un trabajo de ficción, que supe después estaba basado en un libro publicado en 1893, del escritor estadounidense Walter Tevis El Gambito de la Dama, una historia sobre una mujer ajedrecista norteamericana, que jamás existió.
Hay una escena en que la pequeña ajedrecista quiere aprender y desarrollarse en el juego y le indican que debe estudiar un libro de Capablanca. Quizás pensé que esta niña podría ser la cubana María Teresa Mora Iturrable , una niña prodigio del ajedrez cubano.
Vi la Serie, muy entusiasmada esperando que apareciera Maria Teresa, pero por supuesto, eso no ocurrió. Le he peguntado a algunas personas, inclusive a quienes están viendo Neflix y no conocen mucho a Capablanca y me dicen que no han oído nunca hablar de María Teresa Mora.
Una tarde, hablé con algunos jóvenes y les conté cosas interesantes sobre Capablanca, y por mí supieron que al gran cubano lo llamaban también “La máquina invencible”, “El Rey de Reyes” o “El Mozart del ajedrez”, que murió joven en Nueva York, que sus restos reposan en Cuba, que fue uno de los grandes Maestros del Mundo y fundador del ajedrez moderno. Además les dije que a los 12 años se convirtió en el Campeón de Cuba y a los 29 fue el Campeón del Mundo.,
En 1950, Capablanca, recibió el de GM post mortem y María Teresa, el Título de Maestra Internacional, por la obra de la vida.
A medida que avanzaba la Serie, me asaltaba cada minuto el nombre de la cubana ajedrecista y sentía que había sido víctima de una gran injusticia, quizás obligada por el machismo reinante en su época, o quizás, por otras cosas que yo ignoraba.
Única mujer que compitió en un campeonato cubano con hombres bien fogueados y ganó
María Teresa Mora Campeona Nacional desde 1938 hasta 1960
Entonces, comencé una búsqueda en Internet que me aclarara muchas cosas que no conocía de esta mujer cubana y supe que con tan solo 14 años era considerada alumna de Capablanca, creo que su única alumna. El Campeón la consideraba una gran promesa y aquí sus palabras expresadas en sus memorias:
«Había en La Habana una joven de 12 a 14 años que me interesaba mucho. No solo era inteligente y modesta en todos los aspectos, sino que, además, jugaba al ajedrez bastante bien (creo que hoy es probablemente la jugadora más fuerte del mundo, aunque solo tiene 15 o 17 años). En realidad, aprendí yo más que mi alumna, aunque espero que mi joven amiga se beneficie de la docena de lecciones que le di»
En 1922, superó todas sus expectativas. María Teresa se convirtió en la única mujer que compitió en un campeonato cubano con hombres bien fogueados y ganó. Creo que nunca más pudo hacerlo porque en las únicas competiciones mundiales en las que participó, fueron solo de mujeres.
Fue Campeona Nacional desde 1938 hasta 1960. Dicen que un día, el Maestro y su alumna compitieron. Fueron tres juegos. Ella ganó dos y empató uno. Fue algo espectacular. Cuentan que con su modestia de siempre, María Teresa expresó: “¡Ay qué pena, le he ganado!”.
María Teresa estudió inglés, tomó clases de violín y mandolina y confesó un día que amaba la música.
Ofreció un concierto de violín en 1921 y además le gustaba mucho escribir en los periódicos,
Voy a seguir investigando. Dicen que en el año de la muerte de la campeona, en 1980, se acordó realizar un torneo de ajedrez en su nombre, que se extendió por varios años.
Sería hermoso que se mantuviera este evento en recordación de María Teresa Mora, gloria del deporte cubano, una actividad deportiva que contribuiría a no olvidarla y a entusiasmar a muchas féminas a practicar con verdadero arte este juego ciencia.
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