“El béisbol es parte de nuestra identidad, incluso hasta en la confrontación política existe también lo que llamamos la diplomacia del béisbol que identifican los peores momentos de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos –identificamos también lo que ocurre en el presente--, los intentos de encuentros de este deporte pueden establecer un puente para que ambos pueblos mantengan la comunicación”.
Así expresó el escritor cubano Norberto Codina Boera durante una interesante conferencia que versó sobre el tema "El béisbol en el Misterio de Cuba. Otras lecturas de la apreciación martiana", efectuada en la sede habanera de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM), en el espacio Cultura y Nación. El Misterio de Cuba.
Invitado a dicho espacio, el también Director de la publicación La Gaceta de Cuba enfatizó en la trascendencia de ese deporte en algunas obras literarias de connotados autores cubanos --Roberto Fernández Retamar, Lezama Lima y José Rodríguez Feo, entre otros--, al igual que en artistas de la Plástica y compositores musicales. “Y es que los hombres de la Cultura cubana han estado siempre muy ligados a la Pelota: nuestro Deporte nacional, el que forma parte de nuestra Cubanía de nuestra identidad y al que, por tanto, debemos y tenemos que reivindicar como Patrimonio nacional”.
Al respecto explicó que existe un grupo de periodistas, cronistas, escritores…que dialogan desde hace bastante tiempo con la Comisión Nacional de Patrimonio para que la Pelota sea reconocida como Patrimonio de la Nación Cubana.
Al iniciar su intervención Codina Boera rememoró que el 23 de mayo de 1895 se da a conocer en Venezuela (en completo uniforme), el Caracas Baseball Club, el que efectuó un encuentro donde sus integrantes se organizaron en dos teams: azul y rojo.
“Dicho acontecimiento estuvo marcado profundamente para todos y, en especial, para los representantes de la Mayor de las Antillas allí reunidos. Ese día los cubanos Manuel y Joaquín; Adolfo y Emilio, saltaron al terreno del juego con una gran tristeza, pues poco antes de comenzar el partido se enteraron del fallecimiento del Apóstol José Martí, quien había caído en combate cuatro días antes.
“Este episodio de solidaridad de los venezolanos con la causa independentista cubana, del que pronto se cumplirán 125 años, no sería aislado sino que se reiteró particularmente en los eventos beisboleros en consonancia con la presencia significativa de los isleños como atletas y promotores”, resaltó el Escritor para agregar que “a las colectas y manifestaciones públicas, se sumó un hecho de gran carga simbólica cuando en diciembre de 1895, el cubano Emilio Kramer fundó en Caracas un equipo de pelota al cual le puso el nombre del Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes”.
Destacó que a finales del siglo XIX y en los años sucesivos, Cuba se convirtió en el primer epicentro del béisbol en el Caribe y sus jugadores los apóstoles del juego. Fueron los exiliados emigrantes cubanos quienes despertaron el interés hacia este juego en la República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y México.
En la Isla este deporte y el movimiento independentista revolucionario estuvieron relacionados dándoles un carácter ideológico más fuerte a este deporte que el que tuvo en los Estados Unidos.
Así para los cubanos del último cuarto del siglo XIX el béisbol no era tan sólo símbolo de modernidad, sino también anti español en un momento crítico de la formación de la identidad nacional. Introducido en la Isla por estudiantes, emigrantes, marinos norteamericanos…por los primeros que habían estudiado y residido en los Estados Unidos este pasatiempo agudizó las distinciones entre cubanos y españoles, cuando éstas asumían implicaciones de carácter crecientemente político.
El disertante afirmó que durante las tres guerras coloniales los cubanos se identificaron con este internacionalismo y enviaron al extranjero a miles de exiliados –entre estudiantes, trabajadores y emigrados de guerra--, y con ellos el béisbol se convirtió en su deporte, su estado de conciencia y su declaración de independencia.
Entre 1870 y principios de 1890, surgieron en la Isla más de 200 equipos de pelota y según se fueron estableciendo clubes de revolucionarios nacionalistas, en Tampa, Nueva Orleans, Nueva York y Filadelfia éstos también organizaron equipos de pelota. Así se fue identificando la temprana y perdurable posición de este deporte en la Cultura cubana y su importancia en los cubanos.
Nuestra Cultura, como es común en todos los pueblos --y, sobre todo, en todos aquellos que sólo suman unos siglos de existencia--, es una acumulación que se enriquece con las apropiaciones; ya sea por la vía de corriente migratoria, comercio o influjos coloniales o neocoloniales…esa influencia se incorpora y asimila en el proceso de formación de la cultura emergente, incluso, en la ya establecida.
“Dentro de nuestro Patrimonio intangible ha sido reconocida la Décima, originaria de las Islas Canarias, y la Rumba con su origen sincrético en las comunidades africanas. Por tanto la apropiación del béisbol, originado en los Estados Unidos, fue un hecho legítimo de la naciente formación de la nacionalidad cubana”, subrayó.
Asimismo, Codina Boera hizo referencia a un libro del escritor norteamericano Jorge Febles Souce, quien realizó un largo estudio titulado Martí, frente a los deportes anglosajones (…) en algunas escenas norteamericanas, donde expone coincidencias y diferencias de Martí en relación con el conocimiento del béisbol.
En Martí se plantean sus diferencias relacionadas con el boxeo, el foot ball rugby, el andar maratónico…En todo ello revela una actitud crítica. Y es que su ética lo acompaña en todo momento.”
Finalmente, Codina Boera enfatizó en el desempeño del béísbol practicado por mujeres cubanas, durante las décadas del treinta y del cuarenta del pasado siglo. Haciendo un poco de historia recordó que durante la Segunda Guerra Mundial se fortalecieron las ligas femeninas de béisbol en los Estados Unidos, en las que participaron un grupo numeroso de peloteras de nuestro país: “Razón por la cual hoy la pelota femenina en Cuba se está tratando de revitalizar”.
Con antelación el profesor José Antonio Bedia, investigador del Centro de Estudios Martianos (CEM), presentó el libro de su autoría Martí y el Deporte, “primera compilación que realicé luego de concluir mis estudios universitarios en 1991 y a petición de dicha institución. Este libro nos brinda un Martí poco abordado, y quien nunca fue deportista, pero sí escribió sobre esto. Sus textos sobre deportes aparecerán publicados entre 1876 y 1889, criticando deportes rentables como el boxeo, el foot-rugby, de caminadores… deportes vinculados con el desarrollo científico-técnico y con los negocios. Martí habló acerca del deporte para el desarrollo y enriquecimiento de las mentes, de los músculos. Nunca para desarrollar sentimientos bárbaros en el ser humano.
Presidido por el vicepresidente de la SCJM Rafael Polanco, en este espacio de Cultura y Nación… correspondiente al mes de marzo estuvieron presentes, entre otros, Eugenio Suárez director de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, al igual que prestigiosos investigadores y estudiosos de la Obra martiana.
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