Como elemento insoslayable para la vinculación entre los pueblos calificó al cine el ministro de la Embajada Argentina en La Habana, Luis Dellando, en un encuentro sostenido con la prensa a propósito de la Semana que con lo más reciente de la producción cinematográfica de ese país comenzó a desarrollarse este jueves en la capital.
El interés que ha despertado nuevamente el evento, dijo el diplomático, hace pensar que será otro motivo para estrechar los lazos que unen a Cuba y Argentina.
En el intercambio realizado en el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate participaron, además, Rómulo Pullol, gerente general del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, INCAA; y el actor Daniel Valenzuela, quienes vienen acompañando la muestra de diez películas que serán exhibidas en la sala La Rampa hasta el 28 del actual mes.
Tras agradecer el apoyo brindado por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y la Embajada de su país en La Habana, el directivo sudamericano señaló que el programa seleccionado para la presente Semana de Cine Argentino resulta un abanico interesante de las realizaciones concluidas últimamente, entre las que se encuentran desde un thriller hasta un drama o una comedia muy simpática.
Apuntó que la celebración de estas cinco ediciones no es una casualidad, sino que obedece a la decisión cultural y política de un gobierno como el que desde hace doce años han encabezado Néstor Kirchner, primero, y Cristina Fernández de Kirchner, después.
Señaló que en el año electoral que se vive en Argentina se escucha decir a algunos aspirantes al poder que muchas cosas van a cambiar.
“Una de las cosas que esas políticas neoliberales a veces quieren cambiar o insinúan cambiar son estas políticas que llevamos a cabo a través de nuestra Latinoamérica y sobre todo esta hermandad indestructible con la querida Cuba.
Así que es un compromiso para todos nosotros, cubanos y argentinos, seguir construyendo el puente indisoluble que hemos hecho a través, no solamente de estos cinco años, sino de toda nuestra historia riquísima en cinematografía”.
El trabajo del actor es la creatividad.
Conocido ya en nuestro país por su desempeño en películas como La León y Mundo grúa, entre otras que han tenido reconocimientos en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, el actor Daniel Valenzuela viajó por segunda vez a La Habana, esta vez para presentar El Bumbún, cinta de la cual es protagonista.
Según explicó en el intercambio con la prensa, la cinta está basada en hechos reales ocurridos al interior de la provincia argentina de La Rioja.
“La historia es la tradición de los hacheros en ese lugar que como herencia al hijo varón le dejan el hacha.
En este caso el personaje que encarno no tuvo hijos varones, entonces ahí arranca la película que es bastante cruenta, pero cuando estuve acompañándola en los lugares donde pasaron esos acontecimientos no se asombraban porque hay un montón de historias que no son conocidas y son similares a esta que contamos, en las que el machismo y la violencia están al orden del día”, apuntó.
Reconoció que cada personaje que asume le aporta de forma particular para su trabajo de actor.
“Yo digo que la actuación es nada más resolver situaciones, pero a la vez esas situaciones hay que enriquecerlas agregándoles vivencias de uno y creatividad también.
Creo que el trabajo del actor es la creatividad y cuando un personaje está el mayor tiempo dentro de la película uno puede llegar a desarrollar ese tipo de personalidad porque un personaje violento no lo es todo el tiempo. Los personajes tienen un montón de características y, si hay un tiempo prudencial dentro de una película para contarlo, es gratamente reconocido”.
Contó que pese a sus inicios en el teatro barrial, una vez que conoció las interioridades del cine lo prefiere por sobre todos los medios y agradeció la oportunidad que ha tenido de trabajar con la generación de nuevos directores de su país.
“En lo personal entendí la actuación y la cuerda a tocar dentro de lo que es trabajar frente a una cámara y me la enseñaron consciente o inconscientemente todos los chicos de esta nueva camada.
Para mí la actuación frente a una cámara es el ahorro de acciones y de movimientos. La cosa chiquita, como decimos nosotros, porque en el cine todo se magnifica y se ve mucho más grande.
Y yo me siento muy bien ahí. Me siento muy bien porque los directores jóvenes brindan libertad para crear”
Señaló que en Argentina algunos sostienen que estos nuevos realizadores no saben dirigir, en tanto que él piensa todo lo contrario ya que los mismos dan al actor la oportunidad de poner a prueba su oficio.
“Yo lo comparo con el fútbol. En el fútbol hay un director técnico que trabaja toda la semana diciendo qué jugada hacer pero después quien decide es el jugador. Y en el cine pasa lo mismo, el que decide al contar la historia es el actor y ahí es donde tiene que agregar creatividad.
Eso me lo enseñó toda la camada de directores jóvenes. Los nuevos. Estoy profundamente agradecido y me siguen llamando y sigo haciendo óperas primas y sigo participando dentro de la construcción de la película que es lo que más me gusta: ser partícipe en función de para dónde vamos. Eso me gratifica y es lo que más me hace crecer”.
Dijo que actualmente está dirigiendo un documental sobre la Asociación Argentina de Actores, y piensa ponerse tras las cámaras en una versión que hizo para el cine de la obra teatral Menos diez, la cual trata de la relación de Diego Armando Maradona con quien fuera su representante, Guillermo Coppola.
Próximamente se sumará a la delegación argentina el actor Juan Palomino, protagonista de la película Diablo, otra de las que se presentarán por estos días en el cine La Rampa.
Palomino y Valenzuela son fundadores del Festival de Cine de las Tres Fronteras que este año tendrá su segunda edición en Puerto Iguazú, en la argentina provincia de Misiones. Su estancia en La Habana también la aprovecharán para promocionar esta cita cinematográfica.
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