En fecha reciente y como parte de la Semana Cultural Balear en Cuba, fue presentado en la librería Fayad Jamís Color cubano, volumen en el que el fotógrafo Joaquim Seguí reúne parte de las imágenes por él captadas durante los tres viajes que realizó a la Isla durante 2015 y 2016, acompañadas de textos literarios de José Martí, Leonardo Padura y fundamentalmente de Nicolás Guillén, a quien pertenece la frase que da título a la publicación.

Para quienes no hayan tenido alcance al libro de muy cuidada factura, en la Casa de África, ubicada en la parte más antigua de la capital, se muestra hasta mediados de octubre un segmento de este ensayo fotográfico, con una treintena de instantáneas en blanco y negro, tomadas en La Habana, Matanzas y Santiago de Cuba.

Los ritos afrocubanos, sobre todo los relacionados con el culto a San Lázaro en El Rincón, constituyen el núcleo de lo allí expuesto, de ahí los escenarios elegidos por este artista del lente, ajeno a ese folclorismo simplón que dirige su mirada solo a lo más superficial del ser cubano y su cotidianidad.

Tal interés por nuestro país, sus tradiciones y actualidad, no es fortuito. Más allá del atractivo que han constituido la Isla y su proyecto social para muchas generaciones en el mundo, en él influyó fuertemente su estrecho vínculo con Etiopía.

Allí, además de realizar Escenas etíopes, un libro similar a Color cubano, Seguí trabó contacto con algunos de los jóvenes de la nación africana que cursaron estudios en la Mayor de las Antillas, los cuales lo sensibilizaron aun más con nuestra gente y su historia.

Según ha comentado, los beneficios de la publicación del ensayo fotográfico realizado en la isla caribeña, también expuesto por estos días en la Casa de África, serán asimismo donados a proyectos humanitarios en Etiopía, tal como lo fueron los del libro a ese país dedicado.