Mario Rodríguez Alemán era un crítico cinematográfico con aire bonachón y gran sapiencia. Todos los domingos después de almuerzo, mi familia se sentaba a ver la presentación de la película que magistralmente nos hacía ese tan comunicativo especialista. Era la época en que el cine se movía en ruedas y de manera estable a las montañas y pueblos alejados, y las filas en la capital para ver el último estreno eran largas y animadas.
Todo eso me venía a la mente durante el fructífero debate del que fui partícipe ayer en la Sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), convocado por la Comisión Cultura y Medios nacida a partir del último Congreso de la organización para dar seguimiento a los acuerdos allí alcanzados. El Taller sobre el Programa para el Fomento de la Cultura Audiovisual, contó con la presencia de Abel Prieto, Asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y de Miguel Barnet, Presidente de la UNEAC.
La convocatoria abarcó a las instituciones que fueron llamadas en el año 2012 a integrar un grupo de trabajo que, a través de acciones concretas, coadyuvaran a la difícil labor de atraer al público, y en especial, a los jóvenes, hacia el buen cine, ese que no hace concesiones cuando de arte se trata. Se encontraban también en la sala importantes directores del cine cubano, rostros conocidos de la crítica cinematográfica e intelectuales que han insistido durante años en la necesidad de trabajar para que todos tengamos acceso a lo mejor del séptimo arte.
El Presidente del ICAIC, Roberto Smith, explicó lo que se ha logrado, pero se detuvo más en lo que nos falta. Y si algo quedó claro es que el empuje de las instituciones cubanas involucradas en el Programa no ha sido el mismo en todos los casos. Destacó que el diálogo y la concertación de acciones con el ICRT ha sido constante, aunque el trecho por recorrer en ese caso es todavía largo. Incluyó a la Asociación Hermanos Saíz también entre los que han trabajado por hacer llegar las mejores películas de la historia a centenares de jóvenes a través del proyecto Memoria.
El ICAIC agrupó digitalmente aquellas 250 películas del cine mundial que constituyen, según los críticos, el catálogo de lo que nadie debe perderse si de cultura audiovisual se trata. Se distribuyó a los organismos que inciden en la formación educacional y en la difusión masiva, para que pudiera estar al alcance de todos los interesados. El Programa incluía también la preparación de debates sobre cine en todo el país, fundamentalmente en las escuelas de la enseñanza media superior y las Universidades. Esto último no se ha concretado.
Rubiel García González, Presidente de la AHS, conversó con los que allí estábamos sobre lo que se ha logrado con el proyecto Memoria. No solo el catálogo preparado por el ICAIC se ha podido hacer llegar a muchos jóvenes, sino también miembros de la Asociación han aportado más filmes a dicho compendio, con lo que ha aumentado el número de películas a las que pueden tener acceso los que así lo deseen.
Al abrirse el debate, el crítico Rolando Pérez Betancourt fue enfático en la necesidad de no quedarse tranquilo ante la avalancha de violencia y otros males de los cuales están llenos los filmes que actualmente circulan fácilmente de mano en mano entre nuestro pueblo. Lo escuchaba y entendí que no se trata de prohibir, pero sí que todos tenemos la responsabilidad de trabajar porque llegue a nuestra población la obra audiovisual de los mejores realizadores del mundo. Para ello, su difusión a través de la Televisión y la promoción en todos los medios es fundamental para que ese acceso sea masivo y permanente.
Sobre el tema de la promoción que se requiere para que el público se acerque a los programas cinematográficos de la Televisión y a la cartelera del ICAIC en nuestros cines habló Luciano Castillo, crítico y Director de la Cinemateca de Cuba. Su programa “De Cierta Manera” sobre cine cubano de todos los tiempos sufre esas carencias en la divulgación, a pesar de contar con un público fiel que pudiera ir creciendo si se adoptan acciones para su difusión.
Helmo Hernández, Presidente de la Fundación Ludwig de Cuba, habló de la experiencia que comenzará esa institución en el próximo año con jóvenes de la educación media superior en el acercamiento al audiovisual. Recalcó la importancia de trabajar con los que se están formando en la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación (FAMCA), para que puedan asumir los retos de esta nueva época. Para ello se requiere de la voluntad que permita que los alumnos tengan acceso a la tecnología de filmación y edición, de la cual carecen en estos momentos. El crítico Joel del Río también se refirió a dichas limitaciones de la FAMCA e insistió en que se necesita que los realizadores, productores y otros especialistas ya consagrados del audiovisual cubano se incorporen al claustro docente de esa Facultad del Instituto Superior del Arte.
Hay que hacer llegar el buen cine a todos los rincones, fue la idea central de lo expresado por Jorge Luis Sánchez, el director de “El Benny “, “Irremediablemente Juntos” y ” Cuba Libre”. Cuando uno visita barrios humildes de la capital y de otros lugares del país siente la necesidad de que esa población pueda también acceder a lo mejor de la cultura en todo su amplio espectro.
Otro realizador, Alejandro Gil, habló sobre el rescate del cine documental en el país. Cuba tiene un archivo importante de documentales realizados a lo largo de los últimos cincuenta y seis años que deben ponerse en los cines y hacerlos llegar a través de la televisión y otras vías a nuestro pueblo. Mientras Armando Pérez, crítico de cine que reside en Camagüey, recalcó la importancia de trabajar desde la escuela primaria en la formación del gusto audiovisual. Hay ejemplos de ello y los resultados son estupendos en cuanto al interés que se despierta en los niños cuando ven una obra cinematográfica y se les explica.
En las palabras de Danylo Sirio, Presidente del ICRT, y Julián González, Ministro de Cultura, se esclareció que ambos organismos están trabajando de conjunto para ese noble objetivo de cultivar el gusto por el buen cine. El titular de Cultura explicó las inversiones que se están haciendo en el país para dotar a los cines de tecnología y confort, y que en los últimos seis meses se abrieron 19 pequeñas salas en varias provincias del país.
El Presidente de la UNEAC, Miguel Barnet, hizo un llamado para que los intelectuales del país colaboren en este ambicioso programa. Y Abel Prieto insistió en que si no trabajamos de conjunto todos, instituciones y creadores, no podremos nunca enfrentar de manera efectiva el pensamiento neocolonial que se nos quiere imponer por la vía del consumo audiovisual.
No es mi intención relatar todo lo debatido durante las tres horas que duró el encuentro. Lo que sí realzo es que el ambiente fue muy propositivo. La preocupación de todos los presentes por lo que ven a diario nuestros hijos y la necesidad de enfrentarlo con toda la capacidad y el derecho que nos otorga la inmensa obra cultural de nuestra Revolución se hizo sentir en esa tarde en la que pudimos compartir de manera diáfana y concreta. Otros encuentros vendrán, como dijo Magda Resik, quien dirige la Comisión Cultura y Medios de la UNEAC.
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