La gráfica, antes que llegaran el cine, la pintura y las redes sociales, siempre ha ocupado un lugar importante en el consumo visual de las sociedades contemporáneas.
En Cuba a partir de 1959, con el triunfo de la Revolución, esta técnica cobró nuevo impulso llegando a desarrollar un código visual totalmente original, de fuerte impacto, caracterizado en ocasiones por un peculiar humor, cualidades que la convirtieron en un producto de amplio consumo social; y aquí hay un guiño que merece ser estudiado como una herencia del muralismo mexicano, teniendo como diferencia su carácter efímero y su exhibición en espacios públicos.
El artista cubano Antonio “Ñiko” Pérez González (La Habana, 1941) es reconocido como uno de los más importantes diseñadores cubanos. Autor de muchos carteles de cine que acompañan el patrimonio fílmico del cine nacional.
La película El hombre de Maisinicú del director recientemente fallecido Manuel Pérez Paredes, se estrenó en julio de 1973 con música compuesta por Silvio Rodríguez y Leo Brouwer, con una duración de 2 horas y 4 minutos.
Nos acercamos al Maestro Ñiko, autor del afiche de la película, quien con mucho gusto desde Xalapa, ciudad donde reside, no dudó en responder a mis preguntas.
¿Cuándo inicia sus vínculos con el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, Icaic?
“Me inicio en 1968 con el cartel ‘Iluminación íntima’. Y ya en 1970 a tiempo completo”.
¿Cómo conoce al director Manolito Pérez?
“Manuel era compañero de trabajo. Y sí, como es conocido, tuve la fortuna de hacer el cartel para su película El hombre de Maisinicú”.
¿Para su diseño se inspiró viendo primero la película o alguien le contó el guión?
“Vi la película como parte del trabajo que hacíamos en el Icaic, en una sala pequeña que estaba en la Distribuidora de películas, en la calle 25, detrás del edificio principal.
Primero veíamos la película que nos asignaban y después diseñábamos el cartel. Con todas las películas a las que se le hacían sus carteles se procedía de igual manera, ese era el método y no otro. Habría que revisar si todas tuvieron carteles. Llegamos a ser un buen equipo de diseñadores, cada uno con sus lenguajes y estilos. Tuvimos siempre toda la confianza de los que dirigían el Cine y la Cultura. No recuerdo un cartel censurado.
Después se estrenó en la sala principal de la Cinemateca y el cartel acompañando la obra fílmica en La Habana y el resto de la isla. Entonces el cine también llegaba sobre ruedas en un camión improvisado a los lugares más insospechados de Cuba.
Yo no escogí la película, a mi me la asignaron; pero desde entonces la llevo muy adentro como una estrella que nadie me puede arrebatar. Es un pedazo de la historia de mi patria y su cultura, de la que me siento muy honrado de ser y de estar”.
Antonio Pérez González reside en México desde 1992, donde ha desarrollado una trayectoria como docente en la Universidad Gestalt de Diseño en Xalapa. Ha sido distinguido por La Universidad Veracruzana (UV) con el título Doctor Honoris Causa.
Es miembro del Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba Uneac y miembro honorario del Consejo de la Bienal Internacional del Cartel en México, entre otros reconocimientos y distinciones.
El Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba exhibió en el 2022 su muestra Ñiko. Imaginación del cartel, que reunió 74 obras realizadas en Cuba entre 1967 y 1988, y 20 reproducciones digitales de su quehacer en México.

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