Ediciones La Memoria, del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, inició sus presentaciones literarias en la 28 Feria Internacional del Libro de La Habana con las historietas Verdugos y Tapok. Historias de la prehistoria, del caricaturista y director de cine de animación cubano Juan Padrón, Premio Nacional de Cine del año 2008.
La sala Nicolás Guillén acogió esta presentación que desarrollaron Víctor Casaus, director del Centro Pablo, y Jorge Oliver, reconocido historietista, realizador de dibujos animados, caricaturista, guionista y conductor de programas de la televisión.
Casaus explicó que ambas historietas forman parte de las obras completas de Juan Padrón (Jovellanos, Matanzas, 1947), que la editorial de la institución que dirige tiene en planes publicar como un homenaje sentido y sincero al creador de ese personaje que ya es parte de la memoria colectiva cubana de varias generaciones: Elpidio Valdés.
Precisó el también poeta, cineasta, narrador y periodista, que Verdugos se presentaba impresa en papel yTapok. Historias de la prehistoria, en su versión digital.
En este momento, se proyectaron algunos de los Filminutos de Padrón, para, según palabras de Casaus, «tener la presencia audiovisual de este cineasta de talla mayor».
Por su parte, Oliver, realizó un breve recuento de la vida y trayectoria artística de Padrón y enfatizó en su condición de cubano rellollo y en su vocación de dibujante, la cual, explicó, dedicó en un primer momento a temas serios hasta dedicarse al final, «a dibujar y escribir en “bonche”: es lo mejor que se ha publicado en Cuba».
Subrayó que sus primeros pasos como profesional los dio sin preocuparse mucho por definir a qué tendencia o escuela pertenecían «sus manos sueltas, sus líneas seguras y sus composiciones visuales (…) y se ganó la admiración, la conexión y la preferencia de un gran jurado: el público de su tiempo, relación amorosa a prueba de balas y viento».
Sobre las historietas en cuestión, aseguró que son «dos renovadas, repasadas e iluminadas versiones de estos personajes que originalmente se publicaron a línea negra, ejemplos geniales de un humor inteligente; es esta una ocasión feliz, además, para celebrar la vigencia de estas piezas exquisitas, de su frescura a prueba del paso del tiempo».
Comentó que Tapok. Historias de la prehistoria, es «otra vez un “chucho” a los primeros humanos, a los primitivos» y añadió que los personajes creados por Padrón «son sorprendentes, fantasiosamente creíbles, de factura suelta y diseño ágil. En resumen: son de Padrón, son únicos y son nuestros».
Al referirse a Verdugos, declaró que esta historieta es un reto de humor negro y que con estos personajes de Padrón podemos reírnos «sin llegar a tener miedo».
Finalmente comentó que quizás ambas historietas nacieron sin muchas pretensiones pero, «hijos legítimos de Padrón, estos cortos tenían y tienen el gen, el ADN del buen hacer».
Estas premisas dan por sentado que los lectores, de cualquier edad, podrán reír con estos personajes tanto como el artista, que en el prólogo a Verdugos confiesa: «Yo me divertí como un bobo dibujándolos».
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