El incendio que está adentro y nos alude... El título es un verso de un poeta venezolano Freddy Ñáñez, de 38 años, que hoy hace apenas un mes integra el gabinete ministerial de la República Bolivariana de Venezuela. Nacido en el céntrico barrio de Petare, de niño lo llevaron a vivir a la frontera, y en San Cristóbal fundó y dirigió la revista literaria Sujeto Almado y la Editorial Nadie Nos Edita Editores, integró el grupo de títeres Kinimarí, fundó una banda musical, y después marcó, desde su rol de director de Cultura de ese estado, un perseverante afán de «descaraquizar» la cultura.
Cuando regresó a la capital ya organizaba, con la Alcaldía de Caracas, importantes festivales como el Internacional de Teatro, hasta presidir la Fundación para la Cultura y las Artes (Fundarte), en tanto había llevado a imprenta ocho libros de poemas, con varios premios literarios. Acaba de llegar a La Habana, esta vez como ministro del Poder Popular para la Cultura.
¿Cuáles son sus principales retos? Con la mochila intempestiva del viaje a La Habana, resume para JR sus principales valoraciones: «¿Qué hace uno en estas circunstancias? Lo pedía José Martí como la palabra de pase para una generación. Hay que crear. Nosotros lo aprendimos atravesando todo Táchira con un cubano, el escritor Imeldo Álvarez, que estará siempre a nuestro lado porque nos enseñó a amarlo: Hoy luchamos por ello, para que a mi hijo no le suceda lo que a mí, que vine a enamorarme de Bolívar gracias a Chávez, a sentirnos orgulloso de la patria, porque solo una Revolución de pueblo pudo devolvernos la memoria y la propia identidad.
«Tenemos ambos pueblos nuevos retos y circunstancias, y es hora de andar más apretados que nunca. El mismo imperialismo ensaya sobre nosotros tipos de guerra, una económica y brutal, en Venezuela, como antes fue con Cuba; y la blanda, que ataca a nuestros valores más sagrados. Nos hacen una guerra de símbolos, y nos quieren acorralar en esos términos. Entonces más que nunca debemos defender el imaginario heroico de nuestros pueblos. Hay que ser capaces de blindarlo. Que nuestra lucidez política nos permita crear espacios atractivos para los jóvenes, que van a definir con su accionar esta coyuntura.
«Porque la Revolución Bolivariana está más viva que nunca, nos toca, por tanto, ser de los que levantan la moral, e incluso no solo de los revolucionarios, sino de todos los patriotas. No podemos gobernar únicamente con el 44 por ciento, tenemos que saber por qué un ocho por ciento de los votantes se distanció del proceso, cuando este ha hecho lo que nadie: más viviendas, más universidades, más hospitales. Ningún Gobierno en la historia de la nación ha hecho tanto en nuestro país por el arte y la cultura. Por eso nos toca sumar a los que no están contra la Revolución, incluso aunque no estén con nosotros. Esto es la Patria, o contra la Patria».
Pedirle al camino un poco de camino...
«Nosotros solo podemos tener palabras de agradecimiento con el pueblo cubano, con cuanto han hecho sus mejores hijos al lado nuestro. Y no en términos pretéritos, sino en presente. La Misión Cultura Corazón Adentro es una experiencia única de políticas sociales, que nos permite tener una territorialidad, llegar a los que han estado más desamparados. No hemos sabido honrar suficientemente esta experiencia, que es mutua. Hace pocos días visitaba una base de misión en Aragua, y allí veía la capacidad de acción de nuestra unidad: los colaboradores cubanos y los animadores venezolanos. Es una fuerza impactante por toda nuestra geografía.
«Nosotros somos un ejército, el ministerio más fuerte después del de Educación. Equipos muy preparados, con líneas programáticas claras, y capacidad de acción y movilización. Nadie sabe más de historia local que la Misión Cultura Corazón Adentro. Nadie tiene mejores diagnósticos de nuestras comunidades, ni levantamiento de liderazgos, ni metodologías para que nuestros niños aprendan a tocar el cuatro, o a cantar un aguinaldo. Hoy que la guerra económica quiere impedirnos construir comunidad, si estamos en una emergencia como nación, necesitamos un solo programa de acción y una política cultural muy fuerte, una sola política nacional.
«Un autor nuestro, Augusto Mijares, lo resume en una obra titulada Lo afirmativo venezolano, que nuestro presidente Nicolás Maduro citaba en el Mensaje a la Nación. El último mensaje del Comandante Chávez era en sí mismo un proyecto de trabajo para los tiempos por venir: nos pide Unidad, Lucha y Victoria. Y nos advierte que no faltarán los que pretendan en nuestra patria restaurar el capitalismo. Y es que Chávez creó una nueva conciencia geopolítica, nos reinsertó en lo latinoamericano, en la Patria Grande de Nuestra América.
«A la guerra que hoy se nos hace, respondemos ya con una ofensiva de símbolos, como mismo hemos respondido la afrenta contra la imagen del Libertador y de nuestro Comandante Supremo. Hoy hay que realzar el heroísmo venezolano, su vocación de entrega y solidaridad, su antiimperialismo. Como cuando fuimos capaces de recoger diez millones de firmas contra el Decreto de Obama. Nos quedan grandes retos y combates para defender nuestra Revolución Bolivariana, y contamos con la solidaridad de los artistas e intelectuales cubanos, sus promotores e instructores de arte, con lo mejor de su pueblo, para estas nuevas batallas».
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